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martes, 30 de agosto de 2016

CRÍTICA TEATRAL DE LA OBRA "LA MUJER DEL DON"




“La Mujer del Don” es una obra que se presenta en el teatro Beckett, todos los sábados  a las 23:00 hs.

Dirigido y escrito por Guillermo Hermida, este relato nos sumerge en un mundo mágico y de misterios; llevándonos a través de la vela a explorar una vida entre brujas, pitonisas y creencias milenarias. Refleja el alma de una mujer atormentada por su don. Mientras que el común de los mortales lo consideraría un regalo de Dios, para ella es una maldición que pesa sobre sus pensamientos y su corazón.

Lo invito a entrar a un mundo distinto, a embriagar sus sentidos, a compartir con  nuestra dama su mundo de ensueño, miedos y pesadillas.

La protagonista nos va llevando lentamente dentro de su relato y nos muestra de manera muy gráfica y sencilla como es ser una “bruja”. En la sociedad, la familia, el mundo. Nos deja ver la verdadera naturaleza humana celosa, envidiosa, muy falsa y frívola. Pero también nos muestra lo gentil, piadosa, humilde y sencilla que puede ser el alma del ser humano.

La química entre los actores: ¡Excelente! Mostrando un trabajo grupal y comprometido.

El diseño escénico es muy minimalista y complementa la puesta en escena de todos sus aspectos. El vestuario impactante acompañando siempre al relato y sus distintos momentos. La iluminación nos transporta desde la sobriedad de una catedral europea, hasta la más frívola alfombra roja del Jet Set, siempre en sincronización con la música que nos transporta como entre sueños a esos lugares.

Les recomiendo ir a transitar por este suceso teatral; muy interesante alternativa para ver las cosas desde otro lado, lejos de la pesada rutina.

Ficha Técnica:

Autor y director: Guillermo Hermida
Intérprete: Silvina Sabater
Coro: Ignacio Francavilla, Carolina Borca
Asistente de Dirección: Juan José Barocelli
Coreografía: Valeria Narváez
Vestuario: Marisol Castañeda
Escenografía: Lucila Rojo
Diseño de luces: Ricardo Sica
Producción Ejecutiva: Sebastián Ezcurra
Fotografía: Silvina Galdi

Crítica: Adrian Ferreyra





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