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lunes, 29 de abril de 2019

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL "PADRE PEDRO"






   Concluida la misa el día Domingo, en un pueblo de pocos habitantes, y habiéndose mitigado cada una de las velas del templo, todas las imágenes religiosas parecieran cobrar vida e incrementar más dramatismo a la situación.
   Dante, un joven servidor, como monaguillo, ama a su parroquia y al Padre Pedro, pero desde hace varias noches un sueño lo atormenta, pide al Padre Pedro fervorosamente, antes de que cierren las puertas de su iglesia, confesarse, el Padre lo escucha, comienza a sudar, y tiemblan sus manos; Dante nota cierta intolerancia en el Padre y no entiende que sucede, Dante necesita revelar que desde hace un tiempo golpea a su mujer, ya no lo puede esconder más. El Padre suda y le siguen temblando las manos, Dante intenta recordar un sueño que siempre vuelve que lo recuerda borroso, confuso e impreciso. Terminan la confesión y el Padre pide a su seguidor que le lleve a lavar todas las vestiduras eclesiásticas para la misa siguiente.
   Dante vuelve, había recordado el sueño calamitoso, pide confesarse de nuevo, el Padre lo escucha en silencio, y Dante busca en su mente manifestar con palabras el sueño. Habla, cuenta que cada noche sueña que el Padre Pedro se dirige hacia la casa de él, y le hace el amor a su mujer como nunca nadie se lo había hecho antes, con lágrimas en los ojos, cierta ira y enojo Dante se atreve a decirle eso al Padre. El Padre perplejo no sabe que decir, le siguen temblando las manos, Dante saca un arma, apunta al Padre y en medio de toda esa componenda comienza a desarrollarse una historia, que dejará desconcertado a los espectadores hasta el punto de no saber con quién empatizar y con quién sentirnos insensibles, ambos son víctimas de la vida. Uno de un mundo hostil, rutinario y otro de un mundo que vive de apariencias, de compadecerse, de disfrazarse de pastor o más bien de cura. En esta espectacular obra ambos discursos se caen, estos personajes tridimensionales también usan máscaras como nosotros, las mismas máscaras con las que enfrentamos la sociedad, la vida y el mundo cada día.
   Vale destacar la dramaturgia de José Ignacio Serralunga que, sin ella, la increíble dirección de Matías Gómez,  las sobresalientes actuaciones de Jorge Fernández Román y Ricardo Torre esta obra no sería exquisita y de mi mayor agrado. Por otro lado el vestuario y la escenografía  de Patricia Ramírez  Barahona y Javier Parada respectivamente quien conjugándose nos envuelven en el clima eclesiástico.  

Ficha técnico artística
Dramaturgia: José Ignacio Serralunga
Actúan: Jorge Fernández Román, Ricardo Torre
Vestuario: Patricia Ramírez Barahona
Escenografía: Javier Parada
Iluminación: Ricardo Sica
Música original: Lucas Bustamante
Diseño gráfico: Verónica Martorelli, Valentina Marvaldi
Asistencia general: Julieta Korenman
Prensa: Kazeta Prensa
Producción ejecutiva: Mariana Zarnicki
Dirección: Matías Gómez
Crítica: María Cecilia Durán



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