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miércoles, 27 de julio de 2011

UN CUERPO AL BORDE DE UNA COPA



Saltó la imagen de una virgen que se apiadó de los pecados
Primitivos.
Rezó una oración en falso y aventajó con la indiferencia a los obreros que no podían otra cosa que llevar miseria a sus casas.
Un cielo es el único decorado de esos ojos de cristal que derraman sangre ajena y bajezas propias.
Y así estamos y así estoy.
Como un soñador disfrazado a veces de oveja y a veces de mosca en mal estado. Incendiando algún que otro subterráneo sin tiempos.
Levanto la mirada, y escucho la paz imperfecta, falsa y maloliente que tienen todas las extremauciones.
Ahora me tocó a mi. No hables, no quiero escucharte. Que tu hijo, que recién nace y ….No me hablés de culpas. No me hablés de la lluvia interminable hasta las cinco.
Solo llamame cuando desates tu locura en el infierno mas bajo.
Y como en todo cuento en el que el final pertenece al pasado, dejo de recuerdo este naufragio de sueños ahogados, y de recompensas a la cabeza.

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