Siento gritos, me asusto, todo esta oscuro, corridas, movimientos, me empiezo a mover de a poco. No se que me pasa, ya no aguanto mas este encierro.
Ya escuche muchas cosas, promesas, risas, llantos, quiero verlos, quiero conocerlos.
En unos instantes, el silencio nuevamente invade mi hábitat, todo se tranquiliza, todo menos yo, siento que estoy al revés.
Oigo puertas que se abren, una mujer llora, un hombre grita, una sirena que aúlla, estoy completamente desorientada, tengo cada vez más miedo, siento que algo se abre y veo a lo lejos una luz.
Un hombre grita… vamos que ya llega, ya viene, ya esta acá.
No se si fue dolor o el pánico o el golpe que recibí pero comencé a llorar y todos lloraron conmigo.
Autor: Edgardo Ieraci
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