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lunes, 14 de abril de 2014

ROTA, FRÁGIL, SIN ABUELO - PROSA DE NICTÉ TOXQUI





Rota, frágil, sin abuelo, sin poemas, con ganas de vivir, con la locura de vivir, con la incomprensión de vivir, con el amor atorado en la garganta, con las lágrimas que son surcos, con las arrugas prematuras, rota frágil, rutinaria, sumisa. Cómo llegué a este punto. Quiero esta vida, quiero esta tierra ausente, quiero el pasto, el frío de las paredes. No quiero pensar por qué frágil rota y sin abuelo y sin poemas y con ganas de vivir llegué a este punto. Es posible la catarsis, no encuentro el éxtasis, el éxtasis en decadencia, la oscuridad finita. Esta es una tumba cálida para no salir jamás, quien querría salir jamás de estas cuatro puertas que te encierran para siempre porque no hay nada más terrible que las ausencias de la misma ausencia, casi desaparecida, rota frágil sin abuelo y sin poemas, enterrada en las sábanas que resultan soledades a distancias y rota y frágil y sin sentido no quiero pensar cómo llegué a este punto ni la incomprensión de vivir. Siempre observo cómo se marchitan las flores y me gusta, me gusta cómo se van muriendo poco a poco como un espectáculo de feria donde cobran menos de veinticinco pesos. Esto no es más que un espectáculo para incrédulos y por eso estoy aquí fría rota frágil, marchitándome entre minutos como las cartas que jamás di. La espera, y el vaivén y la desincronía también enferman pero divierten, no es más que el entremés que nadie quiere porque todos saborean el éxtasis en decadencia, por qué no puedo ser sumisa, por qué intento no ser sumisa si es mi naturaleza, si es mi amor estar entre cocinas que se incendian, por qué estar aquí entre las sonrisas ensayadas y la ropa bonita de muñeca, por qué me visto como no se visten las demás muchachas y los tacones y el glamour y el cutis bonito, por qué no me interesa, porque no le veo caso, porque no encuentro como no ser yo, no quiero ser yo, como ser así si para eso están todas ellas, como llegué a este punto, con el amor atorado en la garganta, atrofiado, con la certeza de dejarlo morir para siempre, para qué se quiere si no es para siempre, para qué se espera en la terminal de autobús si jamás te recibe nadie a tiempo, quizá por rota y frágil y sin abuelo, por desubicada.



¿Será?

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