Páginas

lunes, 6 de octubre de 2014

ENTREVISTA LITERARIA AL ACTOR RAFAEL SPREGELBURD


Es un enorme honor para La Letra Tal Vez, presentar semejante Entrevista Literaria. Por un lado por el abundante material literario que intercambiamos. Segundo por el protagonista en sí, ya que es uno de los mas grosos actores con enormes películas en su haber en cine, otras tantas obras de teatro, y como si fuera poco, cada tanto lo disfrutamos en televisión, por ejemplo la última aparición en TV fue en Guapas.  Precisamente cuando había empezado a grabar en el unitario del 13 fue que tuvimos el primer encuentro, y la entrevista la pudimos hacer cuando sus horarios aflojaron cuando terminó su intervencion en ese programa. Sin embargo Rafael Spregelburd nos nuenta que nunca sucede para él esa expresión "tener tiempo". A pesar de todo podemos tener el testimonio, no solo del actor, además hablamos del traductor Rafael Spregelburd. Todo una grata sorpresa cuando nos enteramos cuantas cosas es este gigante artista.

Le agradecemos profundamente habernos hecho un lugar. Un honor...Pasen y lean.


Ph: Hernán Corera


LLTV: Los tres libros mas importantes que hayas leído o que mayormente te constituyeron como persona.

RSTres clásicos como cualquier otro: “Diccionario Revisado Inglés-Español y Español-Inglés de Appleton/Cuyas”; “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry; “Rayuela”, de Cortázar.

LLTV: ¿Último libro que leíste?

 RS: Un best-seller adolescente sin vampiros: “Abzurdah”, de Cielo Latini. Se adaptó como guión de cine y es posible que actúe en la película, así que quise leer antes la novela.

 LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué?

 RS: Muchos libros me marcan y eso es para siempre. Elijo uno al azar: “The designated mourner”, la obra de teatro de Wallace Shawn que traduje al español como “El oficiante del duelo”. Es una obra muy poderosa, abrumadoramente contemporánea, que vuelve una y otra vez cuando estoy escribiendo.

LLTV: ¿En qué circunstancias escribís?

RS: Soy escritor, escribo todo el tiempo y más o menos en cualquier circunstancia. Escribo dormido. Escribo en mi cabeza mientras hablo de otra cosa.

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a tomar un café, y por qué?

RS: A Nassim Nicholas Taleb, autor real y probablemente personaje menos real de su propia obra-ensayo “El cisne negro: El impacto de lo altamente improbable”. Igual yo no tomo café y creo que nos aburriríamos sin límite.


LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a comer en tu casa dispuesto a divertirte y pasar un buen momento?

RS: Tal vez al atribulado A., el nombre ficticio de Paul Auster en “La invención de la soledad”. Pero no garantizo que pasemos precisamente un momento divertido…


    LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?

 RS: Casi todos los de Herman Hesse, que eran obligatorios en la adolescencia.

Ph: Jorge Pogorelsky

LLTV: ¿Tenés escritores que puedan llamarse referentes para vos?

RS: Tengo escritores que me gustan mucho, pero no sé si es lo mismo que un referente. No los copio, tampoco se trata de admirarlos ciegamente: me gusta saber que respiran por ahí y a veces siento esotéricamente que respiramos juntos al escribir. Sin duda los primeros nombres que vienen  a mi cabeza son los de Raymond Carver, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, César Aira, Paul Auster, Harold Pinter, Umberto Eco, Wallace Shawn, Haruki Murakami, Antón Chejov, Jean Paul Sartre, Petr Zelenka, Tom Stoppard, Samuel Beckett, Mauricio Kartun, David Lynch o Steven Berkoff, pero la lista de lecturas que me influyen de algún modo es larga y caprichosa: Alejandro Urdapilleta, Mariano Pensotti, Javier Daulte, Leónidas Lamborghini,  Néstor Perlongher, John Ford, Joseph Conrad, John Cheever, Ítalo Calvino, Daniel Link, Martín Kohan, Angélica Gorodischer, Roberto Juarroz, Mariano Llinás, Emmanuel Carrere, Michel Houellebecq, W.G.Seebald...

 LLTV: ¿Qué cosa es lo que más te sorprende de la humanidad?

 RS: Su infinita capacidad de autodestrucción.

 LLTV: Cuánta identificación hay en la mirada que tenés sobre las películas de cine, en relación a la que tiene Víctor Téllez, el personaje que representás en “El Crítico”.

 RS: Si tu pregunta es si me parezco a Téllez, la respuesta es no. Si bien soy un espectador de cine muy analítico, me gusta jugar sin grandes prejuicios a la aventura que propone perderse en cada film. Téllez ya sabe lo que ama y lo que detesta: su sorpresa y su capacidad de imaginación están obturadas. Si no le ocurriera esa gran aventura que le toca vivir en el film, su vida sería un verdadero desastre.

Fotograma de El Crítico


  LLTV: Nos permitimos hacerte una pregunta como traductor que sos de diversos autores. ¿Recordás cuál fue el primer texto que decidiste traducir y cuál fue el más difícil?

 RS: Ambas respuestas son la misma: la obra fue “Decadencia”, de Steven Berkoff. La traduje por encargo de su director, Rubén Szuchmacher, y jamás pensé que iba a ser tan difícil. La obra está escrita en un verso desquiciado, con reminiscencias shakespeareanas y un lenguaje soez, barriobajero, para el que el inglés tiene monosílabos ajustadísimos y el castellano debe en cambio explorar en su retórica barroca. Fue casi una reescritura íntegra, pero así suelen ser las traducciones de teatro: no basta con “informar” lo que dice el texto en lengua original, sino que hay que hacerlo respirar en la lengua nativa, sin aclaraciones, de una nueva comunidad de sentido.

LLTV: ¿Dónde sentís que logras sacar el mayor potencial, como director o en tu rol de actor?

 RS: Odio dirigir: me encantaría que las cosas de los actores se ordenaran por sí solas. Pero como no es posible, la dirección es una pena forzada para poder armar el universo en el que disfrutar de la rara y confusa magia de la actuación.

LLTV: ¿Se puede contar cuáles son los planes para el 2015?

 RS: Creo que no se pueden contar: son incontables. Pero como suele suceder con los planes, muchos a veces no se concretan. Por lo pronto, seguiremos con las funciones de “Spam”, mi última obra de teatro, en la sala El Extranjero, además de algunas giras programadas para Chile, Uruguay, Alemania, Canadá e Italia. Además, espero poder volver con la obra brevísima “El fin del arte”, que supimos presentar en ArteBA y para la cual buscamos la sala de un museo. El montaje de la obra “Furia avícola”, que dirigí en Italia, tiene fechas programadas en Bologna, Prato, Firenze, Bari y Roma, así que estaré yendo y viniendo varias veces en el año para adaptarla a distintos espacios. En televisión estoy en el elenco de “Evento en popa”, la serie de Garbiel Nesci con fecha de estreno incierta, y en “La casa”, una serie de unitarios de Diego Lerman. También estamos por filmar el piloto de “El locutor”, con dirección de Hernán Guerschuny. En cine, tengo entre manos el guión de una película que protagonizaré y que escribo en mis ratos libres (que son ninguno) junto al director Sebastián Alfie: es una película muy graciosa, de artes marciales, así que voy a jugar una vez más a correr mis límites hasta zonas intolerables. La película “El escarabajo de oro”, de Alejo Moguillansky, se está por estrenar en Buenos Aires (el próximo 18 de octubre en el MALBA) y tiene confirmadas varias invitaciones a festivales del mundo, así que espero poder acompañarla, porque me gusta mucho ese trabajo. También me han ofrecido participar como actor en una media docena de películas; todas me interesan y cruzo los dedos para que no se superpongan en fechas y en logística.

Entrevista: Walter Gómez


No hay comentarios:

Publicar un comentario