CRÍTICA TEATRAL A LA OBRA "DILEMA"

Tensión constante y sin pausa...juego dramático provocativo con intensidad. Expresión demencial sin contradicción, perfecto efecto de las voces de los tres personajes. La musicalización en vivo con un arpegeo de guitarra, acompañan perfectamente las acciones. 

 Las acciones corporales de Lucy, Juan y Ana están bajo el concepto de William Shakespeare envolviendo los temas del amor, el suicidio, la depresión y el miedo ante la vida entre el fracaso y el desencuentro con uno mismo. Una obra romántica y dramática con matices de todas las emociones. El efecto de las luces blancas acompañan al movimiento de las manos y las expresiones gesticulares de ellos, mucha utilización de los planos medios y bajos corporales. 

 Juan mantiene una larga conversación con la muerte para llegar a la conclusión de quitarse o no la vida, "no sé de que me arrepiento más, si de haberlo intentado o de haber fracasado". No sabe cómo enfrentarla, el amor y la sexualidad, la soledad y la depresión por su fracaso actoral. Lucy maneja las situaciones, traslada los objetos y cambia constantemente de voces.

Ana tiene viva su homosexualidad, pero necesita a Juan para seguir engañándose a sí misma. El juego lésbico y las fantasías no cesan.  

Todo es un círculo vicioso en el que las heridas de las traiciones, los dolores y los fracasos no dejan de perseguir a Juan:"Lo sufieciente como para sentirme más solo de lo que jamás haya pensado". Así describe su desesperación y dolor infinitos. La coordinación del accionar es perfecta, el grito es angustioso y desafiante. Es un pedido de auxilio a la muerte.   

  Concluyendo, ¿Acaso ésta vida banal carece de sentido si los demás no se brindan ante nosotros? ¿Nosotros mismos buscamos un objeto de deseo que sabemos que es inalcanzable? Cuando fracasamos,¿podemos soportarlo y dejar que nuestras emociones fluyan sin sentirnos atormentados por nuestros miedos?...

 El desenlace lleva al silencio perfecto y delicado...sin cortar jamás esa tensión infinita. Perfecta.

Ficha Técnica // Dramaturgia: Daniel Dagna; Intérpretes: Tamara Mesri (Lucy), Alejandro Imposti (Juan), Soledad Cicchilli (Ana); Iluminación: Adrián Grimozzi; Musicalización: Lorenzo Dagna; Escenografía y Vestuario: Alberto López Castell; Producción: Máximo S. Martín; Dirección General: Daniel Dagna

Crítica: Florencia Campetelli

Prensa: Silvina Pizarro