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jueves, 26 de abril de 2018

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL EX ANTUAN






Estamos ante una comedia dramática que atrapa con su atmósfera de oscuridad desde el primer instante mediante una narrativa tan potente que hasta hace casi irrelevante el escaso movimiento de los protagonistas por el espacio.

Es, ante todo, el relato empírico de un amor adolescente entre Antuán y Estela, una pequeña muy especial, que ya ha crecido y vive una interesante evolución a través de la búsqueda de su personalidad mediante una radical transformación en su vida.

La historia gira en torno al llamado de Antuán a la meditación de este amor, recordando antiguas secuencias que vuelven y se resignifican en un decir siempre en presente.

Completan el cuadro su madre, que aún vive con él, acechando desde su silla y un ladrón que aparece y desaparece y en ese devenir jamás deja de ejercer su peso hasta el apagón final.

Requerimientos técnicos resueltos de una forma muy creativa como forma incluso de romper la cuarta pared. La escenografía tiene gran movilidad apareciendo inesperadamente en escena y tomada de forma inmediata para realizar saltos temporales matizando el ambiente donde se desarrollan los actos, y que sirve como escenario de los recuerdos de Antuán.

La iluminación, también ajustada a la perfección, permite sentir la obra desde distintos planos, ya sea mediante siluetas, apagones prolongados o luces molestas que suman a la idea de jugar a que estamos dentro de un rememoro.

Efímera aunque eficaz, nos deja con ganas de más. Cumple, sacia y deja pensando en la rapidez del paso del tiempo, las relaciones humanas y el pasado que vuelve y se transforma. Invita a la reflexión sobre las dinámicas sociales y las vivencias pasadas como forma de entender la realidad del presente.

Una gran obra, del gran Federico León, casi un faro para el teatro nacional.


Ficha técnica:
Asistente de Dirección: Juan Pedro Hansen
Diseño de Iluminación: Javier Rincón
Diseño de vestuario: Paola Delgado
Escenografia: Nacho Riveros
Diseño Grafico: Veronica Rincón

La obra  fue escrita por Federico Leon en 1998 con una beca del Fondo Nacional de las Artes y ganó el primer premio del primer concurso Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia. 

Crítica: Laura Beraldi y Juan Xiet.





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