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jueves, 17 de mayo de 2018

CRÍTICA A LA SERIE "LA CASA DE PAPEL"



                        
       


“Más inmoral que fundir un Banco, es fundarlo” ( Bertolt Brecht)



Tokyo narra cómo es que ingresa al variopinto grupo de facinerosos, ladrones, estafadores, encuentro que le cambió la vida, la de ella, y también la de toda esa runfla de perdedores.

Se reúnen en las afueras de Madrid, en un lugar apartado, una finca. Planean algo único, tan peculiar y desaforado que los enloquece. los tienta a más no poder, los desafía. ¿Planean robar un banco? No señores. El Banco.

Más aún, el banco de todos los bancos: la fábrica de la pasta, la biyuya, la canela, el billete, la mosqueta, la tarasca, la guita, etc. La madre todas las riquezas: planean robar La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Ja.

Nada menos que el cielo por asalto…

Y nosotros desde aquí, en el culo del mundo, podemos entender bien de que se trata. ¿Será por eso que la serie española prendió tanto por estas pampas?

Si acá tenemos ladrones para exportar. Prácticamente toda nuestra clase política, buena parte del empresariado, buen número de sindicalistas, casi no hay espectro social que sea inmaculado. Pues entonces, de robar, en esta fecunda tierra, sabemos mucho.



Fendrich, Vitette Sellanes, vicepresidentes, jueces, son casi ídolos populares. Hay una frase remanida que le dicen los padres a sus hijos pedigueños:  “Te crées que tengo la máquina de hacer plata”. A veces usan una frase escatológica, como si el dinero estuviera firmemente asociado a residuos orgánicos. La máquina de hacer plata.

¿Están armados? Si. ¿Están de fajina? También.

El rojo los asocia con la izquierda pero son, por acto y por cosmovisión, cuentapropistas. Y le dicen al capitalismo ramplón del mundo “Aquí estamos. No pasarán”. En un acto rebelde sí, pero no revolucionario. Entre un rojo enmascarado daliniano y Merkel … ¿Usted a qué equipo jugaría? Interesante planteo la de los creadores de la serie.

Brillante idea la de El Profesor: no robar el dinero, eso lo hace cualquiera. Fabricarlo! Robarle a las autoridades, al poder, la potestad del dinero. En la mente omnipresente de El Profesor uno no ve que el objetivo de todo su plan sea la avaricia. Uno ve un desafío, un guante en la cara del poder, una gambeta. Los anteojos demodé lo hacen intelectual, el traje lo uniforma y la barba nos remite al Che. Hay idea, desafío, desparpajo.

El astuto y manipulador “Berlín” (Pedro Alonso); la irreverente e indomable “Nairobi” (Alba Flores); el ingenuo “Río” (Miguel Herrán); el tierno hijo y muchachote lleno de vida de “Denver” (Jaime Llorente); “Moscú” (Paco Tous) siempre paternal; “Helsinki” (Dardo Peric) un oso con corazón de niño; el parco “Oslo” (Roberto García) y “Tokio” (Úrsula Corberó) la que cuenta el cuento, rebelde, bella, desenfadada. Y a la cabeza de estos avatares del latrocinio, “El Profesor” (Álvaro Monte), el que diseñó el plan, convoca voluntades, adoctrina, entrena, dirige este grupo de desesperados en términos individuales, que pretende ser “el equipo”, en la Champion League de los ladrones.

La ejecución según lo planeado por El Profesor, es perfecta. Ingresan a la Fábrica de la Moneda limpiamente, toman rehenes, blindan con explosivos las entradas, dividen tareas, las de vigilar, hacer el boquete de salida, la comida, etc. Las fuerzas policíacas lo rodean, precintan la zona y da comienzo a una larga, minuciosa, y a ratos ambigua negociación entre la inspectora Raquel Murillo (Itziar Ituño) y El Profesor. Algunas relaciones secuestrador/cautivo se enrarecen, salen de cauce. Hay cercanías, acuerdos, también rebeliones.
El Profesor desde el exterior del edificio, monitorea los acontecimientos, manipulando acciones y voluntades. Empieza un juego de poder (y seducción) entre El Profesor y la inspectora Murillo que linda con el exceso de audacia, y con la soledad de ambos.

Los policías atan cabos, encuentran la identidad de algunos de los asaltantes, cierra el cerco sobre ellos. En tanto, uno de los objetivos de la banda; robar tiempo, funciona y lo utilizan para fabricar millones. El asunto consiste en salir con ellos de allí. El plan ora parece funcionar como un mecanismo de relojería, ora parece tambalear en las escabrosas aguas del fracaso…

El final de la primera temporada, con el tema “Bella Ciao”, como cuasi leitmotiv de estos peculiares vivillos, nos deja a las puertas de una resolución: al borde del precipicio del robo consumado, o del apresamiento de la banda. Al borde de la imaginería desbordada de sus fieles seguidores.

La Casa de Papel es una creación por Álex Pina.
País de origen: España.


Crítica: Gustavo Oviedo



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