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jueves, 5 de julio de 2018

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL "LAS PROBADORAS"






Un líder carismático (Un dictador), su doctrina y sus dogmáticos. Cientos de ellos ocuparon el poder a través del tiempo histórico y siempre la misma matriz de engaño, con diferentes vestimentas por supuesto. Siempre, inexorablemente funciona ese perverso mecanismo de manipulación.

Porque mandar, manda cualquiera, pero manipular tu voluntad… eso es otra cosa. Quien suscribe ha visto los hilos del titiritero muchas veces, en personas con o sin formación académica, hasta en individuos cultos. La misma idiotez, el mismo fanatismo. Y no estamos hablando de pícaros que medran, si no de aquellos movilizados por la fe. ¿En quién? En un líder. Y en nombre de ese amor que más se parece al espanto, se han pisoteado algo más que ilusiones…

Dos hermanas, Nora y Margot, han sido aisladas en un confinamiento vigilado, observadas en su encierro, cuyo objeto es ser quienes prueben los alimentos del líder, para comprobar si han sido envenenados. Como en una suerte de cámara gesell las vigilan y contemplan, las auscultan con ansia y curiosidad, cada gesto, cada palabra.

No son sujetos, son objeto: de estudio, de castigo. También, de sádico deseo.
Allí están porque su padre las ofreció como voluntarias, las sacrificó al régimen, suerte de Agamenón, ciego a todo aquello que no esté en consonancia con la creencia, como si la política solo fuera una teología solo comprendida por los conversos. Y las Noras y Margots del mundo son el cordero de esa Quimera.

Nora es la de la fe ciega, inquebrantable, en la razón del líder. Y Margot que si alguna vez creyó, hoy se asume en el engranaje descartable de la maquinaria de poder. Las hermanas, probando el amargo bocado de la vida ó la muerte, son mantenidas en una constante hambruna para que no se nieguen a su tarea.

Un bocado, a todo o nada. Solo las sostiene su imaginación y su memoria, sus más ricos alimentos en ésta, su hora aciaga. Y el deseo, sal de la vida, de que todo cambie. Y todo cambiará para ellas, de modo inesperado, en ambiguo sentido.

Buenas actuaciones hacen creíble ese mundo opresivo. Interesante diseño escenográfico: el espacio carcelario demarcado con líneas de leds y una ventana vidriada, configuran el dispositivo de vigilancia y control. Correcta la dirección de Rubens Correa.


Elenco: Romina Moretto, Alejandra Hollender, Fidel Vitale
Dramaturgia: Pedro Gundesen

Escenografía: Natalia Byrne, Aureliano Gentile

Vestuario: Daira Gentile

Iluminación: Leandra Rodriguez

Dirección: Rubens Correa

Prensa: Silvina Pizarro


TEATRO DEL PUEBLO
Sábados 21 Hs.
Av. Roque Sáenz Peña 943  CABA

Crítica: Gustavo  Oviedo



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