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jueves, 18 de octubre de 2018

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL "OLVIDÉMONOS DE SER TURISTAS"



Una pareja de sexagenarios, españoles ellos, ha viajado a la Triple Frontera, más precisamente a Foz de Iguazú, en plan de turismo? Ya veremos…

Llegan cansados al hotel, posiblemente de una larga excursión por las cataratas, y discuten. Lo hacen como suelen hacerlo las parejas de muchos años: por nada y por todo. Pero hay un meollo, una densidad…El disparador de la disputa veremos que es un joven que se les ha pegado, que al parecer viaja solitario y que molesta en gran medida a él y resulta muy carismático a ella. Discusión, portazo, ella sale a fumar, él se queda solo en la habitación. Él se queda solo. Ella se va.

Al otro día habla con la mujer que limpia la habitación, le cuenta. Ella la vió fumando y ella también fumó, hablaron, recuerda un teléfono (pues la chica de la limpieza tiene una extraordinaria memoria para los números). El extranjero también habla del episodio con una prostituta, con una guía turística, también con un chofer de micros en una ruta solitaria. En un banco de plaza fuma (él, que no fuma) habla con un cura: él le cuenta de su mujer en fuga, el cura le habla de ovnis…

La extranjera en fuga es recibida en un pequeño pueblito de provincia, por un muchacho. Un camionero la encontró perdida en la ruta con una dirección escrita en un papel, y allí la dejó.
El muchacho escucha la historia de la mujer que ha perdido su memoria y le cuenta la propia: la de niño abandonado por su padre, la de su búsqueda en un país extraño, la de reconocerlo (así lo creyó entonces) en un homeless.
La extranjera termina yendo a la dirección escrita en el papel que llevaba consigo. Allí, una mujer paraguaya, simple y dura y generosa, la recibe tal como recibe a las muchachas que huyen del abuso familiar ó de la trata ó del abismo más asolador. La recibe a ella, viajera extranjera y sexagenaria, como alguna vez recibió a un jóven ex paseador de perros, mal cocinero, buen pibe, viajero en moto.

Recibe también al extranjero sexagenario, español en tránsito, desolado como su mujer, cansados, que por fin hallan algunas respuestas o que tal vez encontraron su aleph, el ombligo mismo de todas las preguntas… Unas proyecciones en un blanco/negro difuminado en claroscuros, hacen las veces de un cuadro, una ruta, un árbol, aquel lugar.

El texto de Josep Miró posee la potencia dramática y la suficiente porosidad para que el espectador empatice con lo narrado. Actuaciones sencillas y cautivantes, donde sobresale el trabajo de Eugenia Alonso, que posee encanto y ternura. La escenografía despojada y alegórica es un punto alto en una puesta atractiva, evanescente como el relato de rara interioridad.

Excelente espectáculo.


DRAMATURGIA: Josep Miró

ELENCO: Pablo Viña, Lina Lambert, Eugenia Alonso, Esteban Meloni

ESCENOGRAFÍA: Enric Planas

ILUMINACIÓN: María Doménech

VESTUARIO:  Albert Pascual

AUDIOVISUALES: Mercé Rodríguez

DIRECCIÓN:  Gabriela Izcovich

PRENSA: Octavia Comunicación



CENTRO CULTURAL 25 DE MAYO
VIERNES 21 HS
Av. Triunvirato 4444



Crítica: Gustavo Oviedo

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