Los crimines son premeditados nos propone Adrián Blanco
en su obra de teatro, parece que sí. Todo es premeditado. La vida es
premeditada, hasta la muerte. Todos deberíamos conocer las causas de nuestras
muertes, tal vez no sea una cuestión de decadencia del cuerpo. Si a esta
afirmación se le suma que el occiso deja propiedades como herencia, nada es
causal. Vivir cuesta vida dijo un artista, morir cuesta vida, dijo un
desprevenido. Y a ese juego nos llama esta obra, es posible morir en la soledad
de una casa de personajes oscuros, si es posible. La muerte nos espera y los
que están vivitos y coleando son sospechosos de un presunto asesinato. Vivimos
en un mundo donde nos gusta meternos en
la escena de un crimen y sacar conclusiones de quién es el asesino. El director
juega con tu morbosidad, es como jugar a
los detectives como cuando eras chico. A esto te lo permite desde el
inicio, jugar con tu imaginación y te puedo decir que indaga a tu intelecto,
Adrián Blanco te seduce para sacar conclusiones acerca de un asesinato. Y uno
va tomando parte de este juego de seducción, acaso no ves por la televisión
crímenes y vos vas sacando tus propias conclusiones.
Adrián Blanco no está sólo, tiene un texto firme creado
por Gombrowicz que escribió con el seudónimo de Bacacay y esos relatos son tan sólidos como la obra de teatro. Adrián le
saca provecho en su puesta en escena y con pocos elementos te va contando un
crimen y su investigación. Es una obra policial, sin policías. La investigación
es llevada por un juez de instrucción que va a investigar un asunto de
propiedades de un señor y se encuentra que este está muerto. Asume la
responsabilidad de buscar el culpable,
pero no se queda en la búsqueda de la verdad, sino este juez tiene que luchar
contra sus propios prejuicios de ese juez que buscará imperfecciones en su
investigación. Para llegar a la verdad pondrá en jaque a todos los habitantes
de esa casa perdida en algún lugar del mundo. Todos somos sospechosos, es lo
que nos dice Blanco en su obra, te permite entrar en un universo de
personalidades donde todos los personajes tienen un móvil para realizar el crimen. Este juez se queda
observando la cotidianidad de esta familia y va sacando sus conclusiones. Todos
tienen una coartada perfecta. ¿Logrará este juez llegar a descubrir el crimen
perfecto? A eso me lo callo, para eso tiene que indagar a los habitantes de
esta sombría familia. Y esto ocurre en la segunda mitad de la obra y es donde
cobra vuelo dramático, descubrir la muerte. No es que la primera parte no sea
interesante pero permite entender porque este juez es un observador, se queda
sentado en una butaca sin emitir criterio, luego pasa a la acción. Todo es
confuso, Blanco te toma de la mano y te invita a un recorrido lleno de
sospechas.
¿Cómo es posible que “Bacacay” llegue a ser un policial
que te invita a jugar con tu imaginación y vos puedas jugar a ser un detective?
No es simple la respuesta, es por la puesta austera de escenografía que te
remite entrar en este ámbito sombrío del asesinato. Además cuenta con una
iluminación acorde a cada momento dramático. A lo que se suma muy buenas
actuaciones de Fito Canelillo, Mario Frías, Gabriela Ramos, Eva Matarazzo,
Julieta Raponi y Ariel Haa. Todos cumpliendo su parte e imponiendo su
personalidad a estos personajes que están bajo la lupa de ser enjuiciados.
Todo crimen no es premeditado, hay algunos que sí y este
es un ejemplo. “Bacacay” parte de un relato sin fisuras y la adaptación al
teatro es muy buena, tiene esa oscuridad delrelato que propone Gombrowicz.
Además es una obra actual, vos te preguntarás por qué y es donde Blanco cobra
fuerza como director con una obra sincera y llena de intrigas. A lo que se suma
la ironía del mundo.
Crítica: José Marina
Ficha Artística y Técnica:
Dramaturgia: Adrián Blanco y Mario
Frías; Intérpretes: Fito Yanelli, Mario Frías, Gabriela Ramos,
Eva Matarazzo, Julieta Raponi y Ariel Haal; Espacio Sonoro: José
Paéz; Diseño de Luces: Sergio Iriarte; Diseño Gráfico: Gabriela
Ramos; Vestuario: Milena Amado; Dispositivo Escénico: Adrián
Blanco; Realización Escenográfica: Gustavo Coll; Asistencia
de Dirección: Silvina Cassou; Producción Ejecutiva: Martina
de Pablo; Dirección: Adrián Blanco
Prensa: Silvina Pizarro
Funciones: viernes, 20.30 hs. /Sala: El Portón de Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034 / Entrada: $350.- (Descuentos a Estudiantes y Jubilados)/ Tel. – Informes: 011 4863-2848
Funciones: viernes, 20.30 hs. /Sala: El Portón de Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034 / Entrada: $350.- (Descuentos a Estudiantes y Jubilados)/ Tel. – Informes: 011 4863-2848