sábado, 24 de marzo de 2012

PEQUEÑA LUZ Por Walter Gómez

Pequeña luz, intentando trepar por todas partes,
introduciéndote en los más recónditos espacios.
¿Querés escapar de esta superficie?
¿O es simplemente que todo lugar te significa
una trampa para semejante plenitud?
Pequeña luz, sos tan potente que ni las paredes te dan
batalla,
por eso a nada le das tregua y a todo le encontrás la
curva.
Sos como el viento que no se ve pero te lleva.
Una amenaza de tormenta que no se concreta
pero asoma y desafía nuestra capacidad de sorpresa.
Y esa imaginación que te lleva a trepar hasta donde se
desconoce,
es la que te sostiene en tu pequeño, y gran maravilloso
mundo.
Sos una diosa en la explosión de mis lágrimas.
Mientras tanto en la espera construyo mi existencia.
Acá estoy, con mi herida expuesta y salada por el mar.
Angel blanco, pequeña luz,
estoy dispuesto a escaparme todo el tiempo
sin salir de la coraza.
Sueño con pasar un año acariciándote sin parar,
aún sabiendo que tu piel me quemará.
Pasaría la lengua por tu reflejo
hasta que se cristalice la saliva
y con ella pueda dibujar la estrella de tu procedencia.
Interrumpiría la energía de tu alma,
para conocer la virginidad de tu iluminación.
Busco pasar meses observando tu boca
y tus ojos, sin pestañar,
para no perderme por un instante cada imagen tuya,
como parte de la eternidad.
Deseo alocadamente compartir un secreto,
para que aún en la distancia,
exista el vínculo que en el silencio del espacio,
nos sostenga como
parte de un todo
Ilustración: Steven Klein

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