Además de todo, Soledad Barruti es muy humilde y en estos tiempos de "éxitos" hoy eso vale mucho. No está subida a ningún lugar, y eso habla excelente de ella, que con su humildad e inmensa belleza, nos deja material para debatir y aprender.
LLTV: Soledad, nos podrías decir cuales son los tres libros más importantes que leíste,
o que mayormente te construyeron.
SB:
Tengo una
bibliografía muy diversa. Te podría decir Las
Olas de Virginia Wolff, Pedro Páramo (Juan
Rulfo) y también Hiroshima (John
Hersey).
LLTV:
¿Un libro que te haya marcado por
siempre?
SB:
¿Uno solo?
Estos que te nombré seguro, pero te podría agregar autores que también me
marcaron, como Silvina Ocampo. Yo soy más fanática de los autores que de libros
específicamente. Agarro un autor y lo sigo. Porter (Katherine), Carson
McCuller, Grace Paley, muchas mujeres. Y después de los hombres, Cheever,
Salinger, Carver, el Carver de Principiantes, uno de los libros más hermosos
que hay. Pero te repito soy de agarrar un autor y seguirlo.
LLTV:
Alguien me dijo alguna vez que para conocer un autor hay que necesariamente
leer toda su obra.
SB:
Bueno, por
eso es que yo no me fanatizo tanto con un libro, entro por un libro a un autor,
a su universo, y por lo general no me defrauda. Pero ahora hablando con vos me
doy cuenta de que hace mucho que no leo sólo por placer. Hiroshima y Maus (Art
Spiegelman) por ejemplo fueron los únicos libros que leí que no tenían que ver
con producción de alimentos en estos años. Porque durante dos años me la pasé
leyendo ensayos periodísticos que tuvieran que ver con la cocina, con los
movimientos rurales, con el campesinado, con la cultura indigenista, con
economía también y con política argentina. Y el tiempo es sólo uno. De todos
modos tampoco es que esos dos libros no tenían nada que ver: ambos hablan de la
construcción y de la destrucción del mundo: uno es de la bomba atómica y el
otro de Auschwitz.
LLTV: ¿En qué circunstancias escribís?
SB:
Mirá, pienso
mucho antes de escribir. No escribo todos los días, estoy mucho tiempo
escribiendo sin escribir. Y cuando me enchufo puedo escribir horas y horas sin
parar. Escribo como si hiciera una catarsis, como si derramara los conceptos,
las palabras y las ideas, de una manera bastante caótica. Y después corrijo,
que es cuando mas disfruto el proceso de escribir: cuando empiezo a podar eso y
volverlo un texto que tenga alguna lógica. Pero siempre escribo muchísimo más
de lo que queda. Muy por demás, casi el triple…
LLTV:
Y escribís otras cosas más allá de investigaciones como Mal Comidos.
SB:
Si, por
supuesto. Siempre escribí ficción, y tengo una novela que ya está terminada y
mi acercamiento a la editorial, fue por mi novela. Yo se las acerqué, firmamos
un contrato y después cuando les propuse este trabajo les pareció más comercial
y mi novela quedó para mas adelante.
LLTV:
O sea que la vamos a conocer.
SB:
Si, si. Tengo
además un libro de cuentos pero es otra cosa, muy ficción, nada que ver. Igualmente
viste que la ficción y el periodismo, en lo que respecta a venta en este país
no tiene comparación. Y en la ficción sé que no escribí Harry Potter (risas).
Es más bien una novela de iniciación, como muy breve, que se yo…A mí me gusta
pero sé que no es un libro comercial.
LLTV:
¿Tenés manías en el ejercicio de la lectura, tipo forrar los libros, o
marcarlos, etc?
SB:
(Se ríe
muchísimo al responderla) Escribir todos los libros, los destruyo. Si un libro
pasó por mis manos, todas las páginas se le salen, quedan subrayados con
distintos colores. Los empiezo a leer y no me importa si lo que tengo al lado
es una bic, un crayón, qué es, voy y lo empiezo a intervenir. Soy la persona
menos indicada para prestarle un libro.
LLTV:
¿Con qué personaje de qué libro te gustaría sentarte a tomar un café, para
conocerlo y sacar algo mas de su personaje?
SB:
Con Frannie y
Zooey los personajes de Salinger. Aunque en realidad con quien me hubiera
gustado juntarme es con Salinger. Con él y con Clarise Lispector a quien amo
profundamente. Pero creo que te contestaría otra cosa muy distinta mañana.
Porque con la literatura me pasa eso: tengo días muy cambiantes. La literatura
me toca las fibras más íntimas, me extasía realmente un autor, encontrar esa
conexión en la lectura. Y sé que es irreal porque tengo muchos amigos
escritores, porque mi pareja (Juan Ignacio Boido) es escritor también y su
libro –El último joven- me conmueve profundamente y entiendo qué parte
importante, fundamental suya está ahí, pero también entiendo que no es sólo
eso. Las personas somos tanto más complejas que lo que podemos crear, que no se
puede ver las obras como las personas.
Me resulta difícil explicar con
claridad estos temas. Nunca pude con la literatura hacer una cosa muy
conversada…¿viste que hay gente que se reúne con determinados amigos y hablan de
literatura todo el tiempo? Para mí la lectura siempre fue un encuentro mas bien
personal y que va mas de acuerdo al estado de ánimo, o al momento particular.
Porque un libro puede hacerte entender mejor el mundo, entonces tiene que ver
con las dudas que estás teniendo en ese momento.
LLTV:
¿A qué personaje de qué libro te gustaría invitar a comer en tu casa, dispuesta
a pasar un buen momento, y con perspectivas de divertirte?
SB: Ufff…qué difícil. Lo tengo al
autor del Último joven con todos sus personajes, todas las noches y nos
divertimos mucho.
LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la
misma o mayor proporción?
SB:
Expiación de Mc Ewan. A mí Mc Ewan me gustaba
mucho y hay cosas de él muy buenas. Jardín
de Cemento es un libro increíble. Me hubiera gustado estar en esa casa, esa
sensación de esos libros que los lees y después pensás que no vas a poder leer
otro durante mucho, mucho tiempo. Y Expiación
me pareció que iba a ser una maravilla y me enojó, me resultó obvio, me resultó
manipulador, me resultó psicópata, me pareció horrible.
LLTV:
Lo mataste…
SB:
No, pará,
tengo otro, Vieja Escuela de Tobías Wolff.
Ese me dio muchas ganas de leerlo porque mi novela habla de unos chicos de un
colegio, y en ese momento leí sobre esos temas, y ese libro también me dio un
poco de enojo.
Y esperá porque tengo otro, La Invención de Morel (Adolfo Bioy Casares) también
me enojó.
LLTV:
La Invención
de Morel es un librazo…
SB:
Ese es otro
libro que leí y me puso de mal humor. Vos sabés que lo quería terminar y se me
hizo eterno. Cuántas páginas tiene, 50 páginas y no lo podía terminar (Muy tentada de risa).
LLTV:
¿Por qué te dedicaste a este tema de qué comemos basura todo el tiempo?
SB:
Primero es
que atraparon muchos libros, muchas investigaciones, siento que el mejor
periodismo que se escribió en los últimos años es el que se escribió y se
investigó sobre la producción de alimentos. Periodistas como Michael Pollan,
Frederick Kaufman, Michael Moss, periodistas que vienen a tratar de explicar el
mundo, y las formas de construcción del mundo que estamos adoptando como mundo
occidental alrededor de la producción de alimentos, y es absolutamente
pertinente, porque la tierra se desdibuja, se transforma y se vuelve a
articular a partir de la idea de un mundo de nueve mil millones de personas a
las que darles de comer. Eso es lo que permanentemente dicen que hay detrás.
Eso es por un lado la explicación mas global, mas político, social y cultural
también del problema porque las sociedades se van transformando, las culturas
se van perdiendo y la necesariedad de esas muchas personas también empiezan a
ser cuestionadas en el momento en que se piensa un sistema productor de
alimentos como el que se está imponiendo. Entonces esto trae toda esta camada
de periodistas increíbles que escriben estos libros que a mí me resultaron
sumamente atrapante. Los últimos 3 años estuve leyendo esto, un poco como
curiosidad personal, un poco de paranoia también, de dónde viene lo que como,
qué trae, qué efectos tiene sobre mí, sobre mi hijo. También sobre el medio
ambiente. Tiene que ver con cosas inimaginables. Meter todo esto en un sistema
global, siempre termina con la duda “¿Y acá qué pasa?”. Y en nuestro país es lo
mismo, cómo se puede compara la producción de frutas en California con la que
se hace acá. Qué pasa con un criadero, bueno tantas preguntas en la cabeza me
fueron llevando a pensar que había que escribir un libro local con lo que
sucede acá. Y un libro que empezara hablando de la comida, que tuviera que ver
con la transformación radical, brutal y salvaje que tuvimos en nuestro país en
torno a la producción de alimentos, y que sirviera con los efectos arrolladores y brutales que
sufrió nuestro país como territorio.
LLTV:
¿Y cuál es el rol del Estado a partir de lo que vos describis? Vos con el libro
lo ponés a discutir arriba de la mesa. ¿El Estado no hace nada, lo avala? Lo
que vos contas de los pollos, que les inyectan antibióticos y sale un nivel de
antibióticos tremendo y que pasa mas el gusto del antibiótico que del pollo, no
sé si abarcas esta parte.
SB:
Si, si, todo
el tiempo. Nuestros gobernantes son bastante brutos. Creo que hay una
ignorancia muy grande alrededor de los efectos. Como los efectos de todos los
sistemas productivos en la alteración de los alimentos, no tiene un efecto
directo en vos. Vos comés pollo toda tu vida, y a los 50 años tenés un cáncer,
es muy difícil determinar si ese cáncer te vino por ese pollo. Porque además ese
pollo mezcla con el tomate, y se mezcla con la carne, y así. Si a tu hijo lo
agarra una bacteria y lo mata, es muy difícil saber si esa bacteria salió de un
corral de cerdos donde se les inyectó un antibiótico en forma crónica hasta
desarrollar una superbacteria mutada. Es como un trabajo muy difícil de hacer
que obviamente está hecha por científicos independientes de la manera mas
precisa que se puede sin pensar en una causa y efecto directa, pero que está
presentada y encuentra un combate radical de una industria enorme que avanza y
está comandada por un establesiment científico muy poderoso al que el país
respeta un montón. En nuestro país se piensa que realmente es ciencia o muerte.
Ciencia mal aplicada y ciencia pensada como esto, como inyectar con antibiótico
a un pollo para que sobreviva hasta el frigorífico. Entonces el Estado va un
poco por detrás del conocimiento, y después por otro lado está absolutamente
asociado a las corporaciones mas siniestras que hay alrededor de la
distribución de la producción de la de alimentos. De pronto Cristina (Kirchner)
habla en conferencia de prensa dándole la bienvenida a Monsanto y abriéndole
las puertas de nuestro país, en el mismo momento que en Córdoba se está dando
el primer juicio por fumigaciones en el país, en campos alrededor de estas
producciones. Entonces hay una sociedad por un lado muy importante y un vínculo
muy estrecho económico y político, y por otro lado hay una ignorancia enorme y
una desidia muy grande porque también esa ignorancia se reviste de un sistema
super eficaz y muy cuidadoso cuando tiene que ver con productos para la
exportación.
LLTV:
Me imagino igual que no debe ser un problema de Argentina.
SB:
Si Walter,
pero hay una diferencia muy grande porque en Argentina el cuestionamiento a
estos sistemas, la crítica a estos sistemas y la información alrededor de estas
producciones vienen sumamente demoradas. Cuando yo salí a decir de los
antibióticos a los pollos me salieron a decir que eso no estaba comprobado.
Todos los días, en todos los diarios del mundo, salen noticias sobre la
industrias y el uso de antibióticos y cómo distintos Organismos les piden que
cesen en el uso de antibióticos, cuáles son sus efectos. En nuestro país ni
siquiera se sabe eso, y se toma como una novedad. Entonces estamos ante un
escenario de mucha falta de información, de mucha ignorancia, y entonces nos
tiene muy demorados en generar alternativas a estos sistemas desastrosos. Lograron
que el pollo tenga mas colesterol que la carne de vaca.
LLTV:
También leia lo del Salmón que viene de Chile en condiciones parecidas, con
otros países que estan involucrados en esto.
SB: Si, el salmón de Chile. El salmón se
empezó a producir en Chile porque en Noruega que era el país en que se producía
históricamente este salmón industrial, se empezaron a poner un montón de
condicionamientos y de normas para proteger no solo el medio ambiente de esos
países, como a la salud de la ciudadanía. Entonces se empezó a restringir el
uso de antibióticos. Entonces que hicieron los noruegos, lo mudaron a Chile y
empezaron a hacer en sus costas lo que en el continente europeo no se podía.
Ahora, ese producto que sale de las costas chilenas, en el mundo está
absolutamente cuestionado. En Europa hay campañas, y acá no. Acá se lo
considera un alimento premiun. Si en Internet buscás la campaña “Salmón
industrial mata” te aparecen un montonazo de estudios que tienen que ver con
esto y de comunicación directa. Podés ver la comparación ente salmón industrial
y salmón salvaje y te salen unas cosas impresionantes.
LLTV:
Ahora, con toda esta información, qué come Soledad Barruti. En mi caso tengo
una hija chiquita que le fascina el pollo, qué hacés, como lo soluciona. Digo
la gente en general que quiere comer mas sano.
SB:
Bueno vos en
tu caso con una nena chiquita deberías comprarle en lugares alternativos de
producción que existen, y en la capital hay. En el mercado de Bonpland te
venden pollos que no están tratados con antibióticos y son mucho mas sano, se
nota en el gusto, se nota en la textura. Y no son muchísimo mas caro, lo que
pasa es que es cierto que no es accesible para todo el mundo. Por los lugares,
porque no hay en todos lados…
LLTV:
…Bueno, ese es el punto, no existe facilidad de acceso a esos puntos de venta.
SB:
Por eso yo no
terminé haciendo una guía de compras (risas). Era como dejar a la mitad de las
personas afuera, sobre todo a las personas que no pueden elegir, por ejemplo
los que se alimentan por medio del Estado. Me parece que lo importante era poner
al sistema en crisis. A los que me preguntan les digo, andá al mercado de
Bonpland pedí que te lo envíen a domicilio.
LLTV:
Una última pregunta, Soledad, y te advierto que es una pregunta obvia. ¿Se te
arrimó algún político para llevar un proyecto de ley al Congreso o propiciar
mayores controles.?
SB:
Si. Liliana
Parada que es una diputada que tiene un proyecto de ley que se llama Proyecto
de Ley macro de soberanía alimentaria, me invitó a la Cámara de Diputados. Estuve
allí, la diputada tiene una cantidad de organizaciones que la acompañan y con
el que desarrollaron el Proyecto de Ley para pensar un sistema alimentario mas
justo y que de alimentos sanos para todos.
Soledad Barruti (Buenos Aires, 1981) es periodista y escritora. Ha escrito y trabajado sobre temas vinculados a la alimentación, y colabora en diferentes medios. Su relato Moisés fue publicado en Historias del sur del mundo, una antología argentina especialmente preparada para la Feria del Libro de Fráncfort en 2010. El sabor de Dios, su primera novela, será publicada por Planeta próximamente. Malcomidos es su primer libro de no ficción.
Entrevista: Walter Gómez
Buen libro este de Soledad Barruti, la autora debería hacer otro similar dedicado al problema del negocio del agua potable, que se vende embotellada, como agua mineral, potable, etc., que muchas veces no lo es estrictamente ¿Por qué no podemos volver a tomar agua de la canilla como lo hacíamos de chico? Hay que denunciar todo este negocio y tratar de recuperar nuestra mejor época de alimentación... que también fue mejor política, social y económicamente.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Eliminarabrazo
Walter
a mi me paso lo mismo.con la invención de Morel y eso q lo empecé a leer super entusiasmada jaja
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