jueves, 28 de noviembre de 2013

ENTREVISTA A LA ESCRITORA PATRICIA SUAREZ POR EL PRIMER FESTIVAL DE TEATRO SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO

 
 
En el marco de que en Buenos Aires se está desarrollando el Primer Festival Nacional de Teatro sobre Violencia de Género. 28 de Noviembre al 1 de Diciembre del 2013. Buenos Aires, Argentina, entrevistamos a la excepcional escritora rosarina Patricia Suarez. ya dio el presente hace un par de años en La Letra, con uno de sus distinguidos cuentos.

 Durante cuatro días el público podrá disfrutar de diferentes obras y mesas de debate, en las que se ahondan sobre la temática central del festival en las artes escénicas, con el fin de crear conciencia sobre la violencia ejercida...
a las mujeres en distintos ámbitos. Esto se está llevando a cabo en
Sede: Profesorado Joaquín V. Gonzalez,  Ayacucho 632,  Buenos Aires - Capital Federal.
 
De Patricia Suarez vas a poder ver El Desván. Ella es escritora, dramaturga de extensísima trayectoria. Aquí la entrevista.
 
Patricia Suarez

 
 
 
LLTV: Podría nombrarnos  Patricia, dramaturgas que especialmente se dediquen a violencia de género o escritores que usted resalte que hayan abordado la temática de manera muy clara.
 
PS: Creo que las mujeres hablamos de la violencia en muchos sentidos, no especialmente en género; la violencia aparece en Griselda Gambaro, Mariela Asensio. Cuando yo empecé a interesarme en el tema de la trata de blancas en la década del ’30, el único texto dramático que encontré fue Una tal Raquel de Nora Glickman. Hace pocos años atrás, Susana Torres Molina montó El manjar sobre la seducción en la trata. Laura Cotón en Cartas de consuelo habló de las cartas que durante el nazismo se enviaba a los parientes de aquellos pacientes hospitalizados a los que se les había aplicado la eutanasia. Estoy segura que muchas de nosotras escribimos sobre violencia todo el tiempo, porque como mujeres somos más vulnerables a la violencia cotidiana que los hombres.  
 
LLTV : Tenemos entendido que en el ciclo de teatro sobre violencia de género se presentará su obra El Desván. Nos podrás contar un poco qué mostrás y qué perspectiva le ponés a esta obra.
 
PS: Desván fue una especie de chiste que quise hacer. Hasta la década del ’30, la ciudad de Rosario, mi ciudad, era llamada la Chicago argentina. Por la mafia y la prostitución. El barrio de Pichincha era el barrio prostibulario por excelencia, y cada vez que llegaba un visitante de lujo a la ciudad, lo llevaban a Pichincha. En esta obra, quien llega de visita es Carlos Gardel. Dos jóvenes polaquitas, piden la noche libre a la madama (pagan su noche libre) para espiar por el ventiluz qué hará esa noche Gardel con la chica elegida, una tal Yvonne, por supuesto. Porque lo que ellas anhelen es que después de “la petit morte” como le llaman, a él se le dé por tararear o cantar. A partir de esta anécdota construí una obra corta.  
 
LLTV : Desde tu lugar de autora nos imaginamos que debe ser difícil no caer en lugares comúnes, no es así?
 
PS: Sí, es difícil. Y es difícil no repetirte. Pero en general uno elige escribir sobre lo que lo emociona, lo más honestamente posible. Y no sobre lo que se debe escribir. En el arte la corrección política no sirve. Sirve andar en carne viva y en jirones. 
 
LLTV : Cuál es tu expectativa en cuanto a la recepción del público respecto a este ciclo.
 
PS: Espero que sirva para concientizar, no? 
 
LLTV: ¿Podemos decir que con esta temática y esta convocatoria, el teatro dispara uno de sus recursos más fuertes que es el de interrogar al espectador, no?
 
PS: Ojalá. No estoy muy segura de que el espectador desee hacerse muchas preguntas últimamente. Pero sí creo que los autores tenemos que plantear preguntas insalvables, de las que ni siquiera nosotros tenemos la respuesta correcta. No hay una respuesta correcta, una sola perspectiva de las cosas, hay un espiral dialéctica, no? Y hace que el arte verdadero nunca se acabe, que siempre haya que ir más profundo.
 
 

 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

ENTREVISTA LITERARIA A JULIETA ORTEGA - EXCLUSIVO PARA LA LETRA TAL VEZ -




LLTV: Julieta, nos podrías decir cuales  son los tres libros más importantes que leíste, o que mayormente te construyeron. 

JO: Los tres libros mas influyentes para mí... Me tendría que remontar a mis 20 años, cuando me mudo a Los Ángeles y empiezo a estudiar teatro. Strasberg en el Actors Studio debe haber sido el primero. A los veintipico, El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir, fue la primera vez que leí sobre la condición de la mujer desde diversos puntos de vista. Causó gran impacto en mí en ese momento. Y el tercero, a los treinta años, cuando empiezo a leer sobre peronismo en los años 70 hasta la vuelta de la democracia, los tres tomos de La Voluntad de Caparrós y Anguita, abrieron un camino que siguió hasta mucho después, donde me dediqué durante bastante tiempo, a leer sobre el mismo tema. 

LLTV: ¿En qué circunstancia tuviste la primera sensación de que te ibas a dedicar a la actuación? 

JO: A los 12 años, sino antes, ya sabía que sería actriz. Mi madrina, Ana María Pichio, era una de la actrices más importantes de su generación y estuvo muy cerca durante mi pre adolescencia, siendo una enorme influencia para mí. 

LLTV:  ¿Cual fue el último libro que leíste? 

JO: El último libro que leí fue Los Enamorados de Alfred Hayes. Maravilloso. 


 

LLTV:  ¿Escribís?  

JO: Hace mucho que no escribo. Tengo una caja llena de diarios íntimos, entre mis 10 y 20 años. Solía escribir mucho, especialmente durante mi adolescencia y en los años que viví afuera. Supongo que me sentía sola. No había mucha gente con quien hablar. 

LLTV: ¿Tenés manías en el ejercicio de la lectura, tipo forrar los libros, o marcarlos, etc? 

JO: La única manía que tengo a la hora de leer, es marcar los libros. Puede ser una marca en una página entera, o subrayar un párrafo que no quisiera olvidar. 

LLTV: ¿Con qué personaje de qué libro te gustaría sentarte a tomar un café, para conocerlo y sacar algo mas de su personaje? 

JO: Sentarme con un personaje de un libro a conversar?... De alguna manera lo hice. Al leer a Pablo Ramos por primera vez, libros como El Origen de la Tristeza,  y La ley de la Ferocidad, lo busqué, y terminamos siendo amigos.  
 

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro te gustaría invitar a comer en tu casa, dispuesta a pasar un buen momento, y con perspectivas de divertirte? 

JO: ¿Para divertirme? Invitaría a Bukowski!!!. El año pasado leí algunos de sus poemas, y este año Cartero, Factotum y Mujeres, me convirtieron en una fanática suya. 
 

LLTV: ¿Recordás haberle leído a alguien en voz alta alguna vez, haber sostenido una lectura compartida?

JO: A mi hijo le leo en voz alta todas la noches. Ahora que él lee y muy bien, nos turnamos. Leemos un par de páginas cada uno.  

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción? 

JO: Un libro que me haya defraudado…(Piensa) Cuando no me interesan como pensaba, me cuesta terminarlos. Me pasó con Alice Munro. También he leído muchas autobiografías de músicos y actores (Brando, Miles Davis, Patti Smith, Bob Dylan), y me pasó que me interese mucho más, por ejemplo, la de Miles Davis, de quien no era fan, y menos la de Dylan, habiendo tenido mas expectativas con ésta última. 

LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué?

JO: Alejandra Pizarnik me marcó mucho. Especialmente Diarios. 

LLTV: ¿Cuales son los tres mejores discos que escuchaste en tu vida? 

JO: ¿Mejores discos? Uh... eso es difícil. Tuve épocas. George Harrison y su "All things Must Pass" está entre mis discos favoritos de todos los tiempos. Los Beatles, sin duda. Charly García. Soy fan del hip hop, el soul y la música negra en general. Pero también amo a Fiona Apple, por ejemplo. Su disco "Tidal" me parece brillante. 

 

LLTV: Una película preferida 

JO: Mi película favorita… El Romance del Aniceto y la Francisca, de Favio. Cuando era estudiante de teatro ví y amé todas las películas de Elia Kazan: Baby Doll, Un Tranvía Llamado Deseo, Al este del Paraíso, Nido de Ratas. Cuando vuelvo a Argentina, descubro a Leonardo Favio. Y me enamoré de su cine. También me gustan mucho Crónica de un Niño Solo y Soñar, Soñar. Hoy me gusta ver junto a mi hijo, Donde viven los monstruos de Spike Jonze. 

LLTV: ¿Un sueño? 

JO: ¿Un sueño? …Sin dudas, volver a enamorarme. 

LLTV: ¿Un arrepentimiento? 

JO: Un arrepentimiento... No conocer a Bukowski en la época que vivía en Los Ángeles!  

LLTV: Julieta, la última. ¿Podes contarnos en qué proyectos estas trabajando con vista al 2014? 

JO: Estoy filmando una miniserie de 13 capítulos dirigida por Sabrina Farji, para el 2014. Y en Febrero empiezo a grabar un programa de conversaciones con distintas mujeres, una especie de búsqueda mía, de meterme con temas que me interesan sobre el mundo de las mujeres, que me hermana a tantas otras.. Lo produce Glamorama y es para Cosmopolitan.

JULIETA ORTEGA LEE PESSOA A FRANCISCO RABAL - ESCENA DE "PEQUEÑOS MILAGROS" UN FILME DE ELISEO SUBIELA-

 
Transcribimos el tremendo texto que el personaje Rosalía (Julieta Ortega) le lee al que encarna Francisco Rabal. 
 
 
NO TENGO FILOSOFÍAS, TENGO SENTIDOS
"Mi mirar es nítido como un girasol,
tengo la costumbre de andar por los caminos
mirando a derecha y a izquierda,
y de vez en cuando para atrás...
Y lo que veo a cada momento
es aquello que nunca antes había visto,
Y me doy cuenta muy bien...
Sé tener el pasmo esencial
que tiene un niño si, al nacer,
repara deveras en su nacimiento...
Me siento nacido a cada momento
para la eterna novedad del mundo...
Creo en el mundo como en una margarita,
porque lo veo. Pero no pienso en él
porque pensar es no comprender...
El mundo no se hizo para que lo pensáramos
(Pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarnos en él y estar de acuerdo...
No tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que ella es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe porque ama, ni lo que es amar...
Amar es la eterna inocencia,
Y la única inocencia es... no pensar."

Fernando Pessoa
"El guardador de rebaños" (Fragmento)

POEMA 3 - Por SOL FA -



Aspiras el tedio de esta piedra que te circunda
Como un ancla que adormece tus piernas
Fabricando en los atardeceres
Nudos de siniestras paredes
Y no alcanzas a desatarlos
Pero lo intentas, tomas sobre tus palmas
Las astillas que desploman tu mirada
Y aun así, sin ver casi caminas como escalando
Hacia la más alta cumbre
Hasta conseguir sentir esa sensación que te desfigure el rostro
Para volver a nacer, sobre caricias de sueños
Solo necesitas seguir subiendo y olvidar
Aceptar, sin más remedio ni desafíos
Solo dejando ser, entre el dolor y las ansias
Solo dejando ser, entre el rencor y la verdad
Solo dejando ser, entre enjambre y la brisa
Aceptar, sin más remedio ni desafíos
Que observarte libre, y en paz
Como un ave que puede volar.

UN CORAZÓN DE ORO Por Boris Vian



 
 
Aulne caminaba pegado a la pared y cada cuatro pasos miraba hacia atrás con gesto receloso. Acababa de robar el corazón de oro del padre Mimile. Por supuesto, se había visto forzado a destripar un poco al pobre hombre, y, en particular, a hundirle el tórax a golpes de podadera. Pero, cuando hay de por medio un corazon de oro, no es cuestión de pararse en barras en cuanto a procedimientos.

Cuando hubo caminado trescientos metros, se quitó de manera ostentosa su gorra de ladrón y, tirándola a una alcantarilla, la reemplazó por el sombrero flexible de un hombre honrado. Su paso se hizo más seguro. Sin embargo, el corazón de oro del padre Mimile, todavía caliente, no cesaba de molestarle, porque seguía latiéndole desagradablemente en el bolsillo. Además, le hubiera gustado contemplarlo con tranquilidad, pues era un corazón que, con sólo verlo, ponía a cualquiera casi en la obligación de delinquir.

Ciento veinte brazas más adelante y aprovechando una alcantarilla de dimensiones superiores a las de la anterior, Aulne se desembarazó de la porra y de la podadera. Ambos instrumentos estaban recubiertos de cabellos pegados y de sangre, y como a Aulne le gustaba hacer las cosas cuidadosamente, seguro que también abundaban de huellas digitales. Sin embargo, conservó, sin tocarla la misma indumentaria, por completo salpicada de sangre pegajosa, pues, dado que a los viandantes no les suele caber en la cabeza que un asesino vista como todo el mundo, tampoco era cuestión de infringir el código del medio.

En la parada de taxis eligió uno bien vistoso y reconocible. Se trataba de un antiguo Bernazizi, modelo 1923, con asientos de imitación esterilla, trasero puntiagudo, conductor tuerto y parachoques de atrás medio caído. Los colores frambuesa y amarillo de la capota de satén rayado añadían al conjunto un toque inolvidable. Aulne pasó a su interior.

-¿Dónde le llevo, burgués? -preguntó el chófer, un ruso ucraniano a juzgar por su acento.

-Dé la vuelta a la manzana... -respondió Aulne.

-¿Cuántas veces?

-Todas las que sean necesarias hasta que la bofia nos eche el ojo encima.

-¡Ah, ah! -reflexionó el taxista de manera audible-. Bueno... bien... veamos... Como posiblemente me será difícil llegar a marchar con exceso de velocidad ¿qué le parece si circulo por la izquierda? ¿Eh?

-Correcto -aceptó Aulne.

Bajó a tope la capota y se sentó lo más estirado posible para que pudiera verse con facilidad la sangre que adornaba su indumentaria. Eso, combinado con el sombrero de hombre honrado que lucía, haría evidente a cualquiera que tenía algo que ocultar.

Cuando llevaban dadas doce vueltas, se cruzaron con uno de los poneys de caza matriculados con la contraseña de la policía. El caballito estaba pintado de gris metálico y la ligera carreta de mimbre que arrastraba llevaba en los laterales el escudo de la ciudad. Tras olfatear el Bernazizi, el animal relinchó.

-La cosa marcha -comentó Aulne-. Se disponen a darnos caza. Circule ahora por la derecha. Tampoco es cuestión de que nos arriesguemos a llevarnos a un chaval por delante.

A fin de que el poney pudiera seguirles sin fatigarse, el chófer redujo al mínimo la velocidad de marcha. Impasible, Aulne le dirigía. Así, enfilaron hacia el barrio de los altos edificios.

Un segundo poney, también pintado de gris, se reunió en seguida con el primero. En el interior de la carreta se encontraba un policía con uniforme de gala. De un vehículo a otro, y señalando a Aulne con el dedo, ambos funcionarios se ponían de acuerdo a voces, mientras que los poneys trotaban acompasadamente, levantando mucho las patas y moviendo la cabeza como suelen hacer los pichones.

A la vista de un edificio de aspecto propicio, Aulne dio orden al taxista de parar. A continuación, saltó con ligereza sobre la acera pasando por encima de la portezuela del automóvil, a fin de que los polis pudieran distinguir claramente las manchas de sangre sobre su indumentaria.

Acto seguido se metió en el edificio, llegándose a la escalera de servicio.

Sin apresurarse, subió hasta el último piso.

En él estaban los cuartos de la servidumbre. El suelo del pasillo, enladrillado con baldosas hexagonales, le trastornaba la vista. Podía elegir entre dos caminos: hacia la derecha o hacia la izquierda. El de la izquierda daba al patio interior, por donde se ventilaban los cuartos de baño, y acababa en un pequeño retrete. Se internó en él allí. Un tragaluz bastante alto empezó a chorrear de improviso delante de él. Una escalera hermosa como un sol estaba colocada al fondo. En aquel preciso momento, Aulne comenzo a oír resonar los pasos de los polizontes en la escalera. Sin pensarlo dos veces, se encaramó con presteza al tejado.

Una vez allí, respiró profundamente para recobrar el aliento antes de la inevitable persecución. El aire tragado en gran cantidad le sería de mucha utilidad para la bajada.

Corrió por la suave pendiente del tejado construido al estilo de Mansard[1]. Se detuvo al borde del empinado voladizo y, girando sobre sí mismo, dio la espalda al vacío. A continuación, se agachó y se ayudó con las manos para aterrizar sobre ambos pies en el canalón.

Recorrió aquel saliente de cinc casi vertical al muro. Abajo, el pavimentado patio parecía minusculo, con cinco cubos de la basura, todos ellos bien alineados, un viejo escobón que semejaba un pincel y un cajón casi repleto de desperdicios.

Sería preciso descender a lo largo del muro exterior y penetrar en uno de los cuartos de baño del edificio contiguo, es decir, aquellos cuyas ventanas se abrían en la pared de enfrente. Para ello podían utilizarse los garfios clavados en los muros de todo patio interior. Colocando los pies en alguno de ellos, trataba de aferrarse con las dos manos al alféizar de la ventana elegida, y acto seguido subir el cuerpo a pulso. El oficio de asesino no resulta, en verdad, nada descansado. Aulne se lanzó por los herrumbrosos barrotes.

Arriba, los polizontes armaban todo el bullicio posible corriendo en círculo sobre el tejado y pisando con sus zapatones. De ese modo, cumplían estrictamente con el plan-piloto de sonorizacion de persecuciones establecido por la Prefectura.

 

2

 

La puerta estaba cerrada, pues los padres de Brise-Bonbon (Masca-Caramelos) habían salido, y Brise-Bonbon se bastaba para guardar la casa él solito. A los seis años no queda tiempo para aburrirse en un apartamento en el que siempre hay a mano jarrones por romper, cortinas por quemar, alfombras por manchar y tabiques que se pueden decorar con huellas digitales de todas las tonalidades, interesante forma de aplicación de los colores reputados como no peligrosos en el sistema de Bertillon[2]. Ni si se dispone, por añadidura, de un cuarto de baño, de grifos que funcionan, de cosas que flotan y, para mondar los tapones... de la navaja de afeitar del padre, una hermosa y afilada hoja.

Al oír ruidos en el patio interior al que daba el cuarto de baño de su casa, Brise-Bonbon abrió del todo los entreabiertos batientes de la ventana para ver mejor. Ante sus narices, dos grandes manos de hombre vinieron a aferrarse al reborde del vano de piedra. Congestionada por el esfuerzo, la cabeza de Aulne acabó por aparecer ante los interesados ojos del niño.

Quizá el perseguido había sobrevalorado sus capacidades gimnásticas, lo cierto es que no pudo subir a pulso al primer intento. Como las manos aguantaban bien donde las había puesto, se dejó caer a lo largo de toda la extensión de los brazos con intención de recobrar el aliento.

Con mucha dulzura, Brise-Bonbon levantó la navaja de afeitar que tenía bien agarrada, y pasó la afilada lámina sobre los nudillos blancos y tensos del asesino. Las manos de éste, en verdad, eran muy carnosas.

El corazón de oro del padre Mimile tiró de Aulne hacia abajo con todas sus fuerzas cuando las manos le comenzaron a sangrar. Uno a uno, los tendones fueron saltando como las cuerdas de una guitarra. A cada tajo, resonaba una débil nota. Finalmente, quedaron sobre el alféizar diez falangetas exangües. De cada una manaba todavía un hilillo purpúreo. Por su parte el cuerpo de Aulne rozó la pared de piedra, rebotó en la cornisa del entresuelo y vino a dar con sus huesos en el cajón de los desperdicios. Bien podía quedarse allí: los traperos se encargarían de él a la mañana siguiente.

 


 

SUEÑO DE PÁJARO Por MARTA PIZZO


Fotografía tomada también por la propia Marta Pizzo
 
 
Andaba en celo revolviendo el aire,

con las alas sedientas de una historia volar.

La nostálgica bruma me rozaba de viento

y una húmeda alfombra lloraba soledad.

Desde el viejo molino se quebraba el silencio

y el perfume salado que emanaba la mar,

me soplaba un recuerdo, lo atravesaba todo,

y mi pico besaba una estrella fugaz.

Yo no quise encontrarte;

te buscaba inocente,

inconsciente en las risas,

en lo tibio de un pan,

en mi canto de arena,

el aliento de un niño,

en la efímera espuma que moría al llegar...

Ese brote de luna que trajiste a mis ojos,

ése rayito errante, almíbar en la sal,

me amaneció los sueños,

me amasó un horizonte,

tejió nubes de rosas cuando te vi llegar.

Un fantasma desnudo se llevó las preguntas,

me tembló entre los ojos la respuesta a un quizás.

Sólo pude rendirme a los pies del recuerdo

y agitando memorias, yo te quise abrazar.

Te rodearon mis horas por un ciego camino,

y me vi en los espejos azulados de amor;

fueron nuestras las olas en un baile descalzo,

nos bebimos la vida hasta hacerla embriagar.

Mas fue corto el destino

y te perdí en la noche,

en lo irrecuperable que se va al despertar.  


Marta Pizzo es Poeta y compositora
(4 de noviembre de 1958)

En 1994, participó de la fundación de la Asociación Literaria La Besana, que tiene por objeto promover la lectura, dictar cursos y la edición y difusión de la obra de sus participantes, entre otras actividades relacionadas con la literatura y que opera en La Matanza, Provincia de Buenos Aires.
Descolló con su trabajo en los talleres literarios de los Centros Culturales Barriales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Como letrista de tango, contó con la colaboración de importantes músicos, entre ellos Quique Rassetto, Emilio de la Peña, Daniel García (Danga), Raúl Luzzi, Ariel Ascheri, Rodrigo Flores y Oscar Pometti.
Su tango “A mi calle”, fue seleccionado en el Certamen Tangos Inéditos “Enrique Discépolo” (1998), además, obtuvo el Primer Premio en el XII Certamen de Tangos Hugo Del Carril (2004) por el ya mencionado, “Magia de malvón”, ambos con música del maestro Quique Rassetto.
En 2006, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires le otorgó un reconocimiento "por su invalorable aporte a la Cultura Nacional y Popular".
En 2007 y 2008, participó en la organización y como jurado en el Concurso de Letras de Tango del Festival Internacional Patagonia y Tango de Bariloche.
Con su pluma, participó en ocho antologías: “Estampas de un tiempo nuevo”, “Semillas de violetas cautivas” y “Manantial de los espejos”, (La Besana); “Palabras urgentes”, (Editorial Dunken); “Más de 100 tangos nuevos”, (Letrango), “Los chicos de Floresta - Sucesos 2001”, (Asamblea Barrial de Floresta), “Relatos para leer sin prisa y con pausa”, (Radio de la Ciudad), y “Alma de tango, pasiones encontradas”, editado junto al poeta catalán Ángel M. González Carazo y la artista plástica Alejandra Díaz Goberna.
En agosto de 2007 presentó su libro “Puerto palabras” y al año siguiente, ganó el primer premio, en el concurso "Por una Argentina que cante", organizado por SADAIC, con el tango “Cada espera es un adiós” y fue mención de honor en el Certamen Hugo del Carril por el tango “Un viento azul”.
En enero de 2009, se estrenó en la ciudad de Bariloche el musical “Herencia tanguera”, cuyo tema principal -que lleva el nombre de la obra- le pertenece, con música de Ariel Ascheri. Luego en esa misma ciudad, en marzo, participó de un “Encuentro de poetas” dentro del marco de la Octava Cumbre Mundial de Tango.
 

 

DOSSIER DE FOTOS - BILLY KIDD -










ENTREVISTA LITERARIA A LA ACTRÍZ MARÍA IBARRETA - EXCLUSIVO PARA LA LETRA TAL VEZ -


 
 
LLTV: María, nos podrías decir cuales fueron los tres libros mas importantes que leíste, o que mayormente te han constituido. 

MI: Historia Argentina de José María Rosa; Las Máscaras de Dios de Joseph Campbell; y Borges todo Borges. 

LLTV:  ¿Cuál fue el último libro que leíste? 

MI: Cultura para Todos, de Raanan Rein-Claudio Panella. 

LLTV:  ¿Escribís? 

MI: Si, ahora estoy escribiendo un guion para un documental: Enodrama Criollo.
 

LLTV: ¿Tenés manías en el ejercicio de la lectura?
 

MI: Sigo marcando, subrayando, datos que me interensan.
 

LLTV: ¿Con qué personaje de qué libro te gustaría sentarte a tomar un café, para conocerlo mas y sacar algo mas de su personaje?
 

MI: Elegiría a Ema Bovary (Madame Bovary- Gustave Flaubert).
 

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro te gustaría invitar a comer en tu casa, dispuesta a pasar un buen momento, y con perspectivas de divertirte? 

MI: Beatriz (Las mujeres de Shaskespeare-Luis MelianLafinur).
 

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción? 

MI: El encuentro o desecuentro con un libro forma parte de un ritual y cuando elijo, ya estamos ligados. 

LLTV: ¿Un par de películas inolvidables? 

MI: El ciudadano de Orson Wells, Rocco y sus hermanos de Luchino Visconti, Gritos y Susurros de Ingmar Brgman, All that Jazz de Bob Fosse, El romance del Aniceto y la Francisca de Leonardo Favio. 

LLTV: ¿Qué significado tiene para vos Un Día de Verano  y contanos si cumplió hasta aquí con las expectativas que esperabas desde la recepción del público? 
 

MI: Escenificar un proyecto con mucha pasión y alegría, con actores y actrices de gran sensibilidad, con un director Alfredo Staffolani, un conocedor profundo de este autor y habitar el mundo de Fosse que resignifica temas aparentemente cotidianos con huellas existenciales.
 

LLTV: Qué proyecto inmediato tenes de aquí para el 2014. 

MI: En lo inmediato continuar con Un Día en el Verano y proyectar mi documental del que les hablaba antes.
 
 
 
 
María Ibarreta protagoniza "Un día de verano" de Jon Fosse. Los lunes, a las 21, en Teatro del Abasto.
 
Agradecemos a Marisol Cambre