domingo, 29 de enero de 2012

MIGUEL OSCAR MENASSA - POEMAS

PROBLEMÁTICA INCIERTA O ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

La predisposición a la perversión no es algo raro y especial,
sino una parte de la constitución llamada normal.
Sigmund Freud

I. Pienso, es decir, espero madre serena, que los pájaros comiencen a volar
en el momento preciso. Si espero, pasivo ser, me será dada el habla.
Si mi cuerpo recibe el mandato, seré sin más el canto de los pájaros.

II. ¿Perversión es las dos cachetadas que le pego a mi amada de las siete y treinta de la mañana para que desee mi muerte o perversión es las 7 y 30 de la mañana?

III. ¿Perversión será mi pene perforando los ojos de mi amada, o en el color de los ojos de mi amada está todo el secreto?

IV. Tengo todavía infinitos ejemplos para todo.
¿Retener o expulsar? ¿ Cuál de estas dos perversiones será aceptada en este caso?

V. Sé que mis ojos tienen ese brillo especial que te recuerda a tu hermano muerto.
¿Perversión o caridad? Que yo me sienta un poco El cuando estoy en tus brazos.

VI. Que tu vagina fuese de un color azul durante todo un año, nos divirtió mucho el verano pasado y sin embargo eran azules los ojos de mi amigo muerto. Donde mi amigo amaba de mí la inteligencia era en un mar azul, inmensamente azul.
Estuvo todo el año viviendo entre tus piernas, todo el año encontrándose conmigo en las profundidades de tu vagina azul.

OTRA

Ámame con la violencia de las amantes griegas
que suelen perfumadas esperar a sus hombres
en pequeñas alcobas de tierra en las colinas
porque tengo en el alma profunda una tristeza.

Ámame con la esperanza de los sacerdotes fenicios
que solían navegar junto a sus fieles
en alocados mares de variados colores
porque tengo en la mirada serena una tristeza.

Ámame con la furia de los famosos tigres de bengala
que suelen silenciosos esperar a sus presas
en sospechosas guaridas en medio de la selva
porque tengo en la boca sedienta una tristeza.


POEMA III

Allí donde la tierra desangra sus jóvenes claveles
allí te espero.
Entre la sangre y el lejano carmín del humo del cigarro.
Entre las soledades
estos viejos papeles manchados por tu risa
-entrecortada al alba-
y tus miserias como anchos y calurosos abrazos
y las diademas sobre tus pechos abiertos en el mar.

Allí donde los dioses tejen el vuelo de los pájaros
allí te espero.
Blanca extranjera mía perdida entre el tumulto
y el misterioso volar de las alondras en tu cuerpo
alondras en tu cara, nada de pájaros cantores
sólo tu sexo
sólo el volar de las alondras
-antiguo y silencioso-
hacia el aroma de tu sexo.



MANIFIESTO

Albatros, albatros celestiales cantores de mis penas.
Sufro porque no conozco el África Negra
porque nunca vi brillar en la espesura de la niebla
diamantes o rubíes o flores escarlatas.
Sufro por el dolor de las mujeres
completando su ser en mi mirada.
Por mis hermanos muertos
de los que sólo cuatro murieron en la guerra
el resto murió al amanecer
de tanto hacer la paz por las cantinas sucias
empolvadas de mierda o de los suaves olores del orín.
Me place mirar a las mujeres.
Me placen las llanuras
allí donde mi amada -potranca azul-
tiende definitivamente su cuerpo al viento y sacia su sed.
Amo yerbas y especias orientales
cálidos aromas
que no diré que me recuerdan precisamente mi infancia
pero sí la infancia de mi padre.
Infancia de los cuentos donde siempre hay un sabio
bajo forma de niño, de loco o de cantor.
Porque no quiero que me devuelvan regalos
ni ninguna de las fortunas concedidas.
Porque quiero leer tranquilamente
en el balcón de mi casa mis poemas. Besar tranquilamente
los senos de mi mujer en las cuatro estaciones del año.
Porque de nada me separo y a nada me adhiero.
Porque cada movimiento será sin lugar a dudas
un movimiento completo que gozará de incompletud
para que no le sea preciso detenerse.
Porque cada vida será porque en el principio fue la muerte
y será completa e infinita hasta morir.
Porque buscar, buscar eternamente no carece de nada.
Tengo y lo sé, esa es la verdad.



La última ilustración pertenece a Anja Millen


3 comentarios:

  1. GEnial, gracias por compartir. Que el pequeño humano es polimorfo perverso, que puede todas las maneras de goce, nos permite sacar a la perversión de la monstruosidad e incluirla en lo humano.

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    1. Gracias Alejandra a usted por el comentario, y por el honor que significa para nosotros, su presencia en este espacio.

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