jueves, 30 de diciembre de 2010

FELÍZ 2011

La Letra Tal Vez les desea un muy felíz año nuevo a todos sus visitantes y asiduos lectores. Este año hemos iniciado el enorme  desafío de poder generar este espacio donde todos intentamos conocernos un poco más

Queremos agradecerles a todos los que han participado activamente en La Letra y apostaron a elegirnos para publicar por primera vez su material, su propia creación. Es una elección que nos enorgullece, por eso gracias a todos ellos, Laura Soledad Beraldi, a Alejandro Silva, a Walter ANDZILEWKO, a Noemí Porteiro, a Juan Franco, a Lucas Donadio, y especialmente, muy especialmente a Matías (alias Nicolai Kudrasov, o Misil Soviético). Matías, además de aportar sus letras, fuel el partero de este proyecto.

También, queremos mencionar a la gente que aún sin participar con material propio, nos empujan en la intimidad a seguir y tirar para adelante con sugerencias, halagos o críticas constructivas. En este listado, gracias a Daniela Torrilla, Belén Ramos, Gustavo Listengart, Alejandra Fontenla, Mirna, Bárbara, Alejandro García, Fabiana, Maria Laura (nuestra corresponsal en Francia de la que esperamos sus notas para el 2011), Mariano, Marianita Lamorgia, Adalberto, Emilio, Jorge, y seguramente algunos mas que olvidamos en esta rápida recorrida.

Un lugar privilegiado de interminable agradecimiento para Claudia, Juancito, Analía y Martín, por ser el motor que alza nuestras almas. Ellos nos despegan del escepticismo día a día.
A modo de despedida hasta el próximo año, les dejamos cuatro frases de Marcel Proust:

El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir.

A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear.

Sólo se ama lo que no se posee totalmente.

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.


GRACIAS!!!

martes, 21 de diciembre de 2010

PREFACIO A MUERTE EN CRUDO II

Hola a las letras, acá estamos de nuevo. Apuraditos, esta gente resultó exigente..!
Les presentamos en la publicación anterior, a la muerte en crudo.
Dije “cuadro en ropa de cama”, digo muerte en su intimidad más transparente, en esa del segundo que precede a lo que para ella, significa dormir.
Hoy, nos metemos en su despertar. En la carga que debe llevar, en cómo viste su disfraz.
Estas fotos también fueron sacadas por Lucas, pero fueron el reflejo de una historia anterior que de haber leído van a recordar al ver las imágenes. Si no recuerdan, no imaginaron demasiado.
No voy a escribir nada nuevo en referencia a estos cuadros. No puedo serme infiel.
Así es que voy a volver a contarme la historia que alguna vez me conté, me cuento muy seguido.

Es un placer para mí (me enseñaron y al fin aprendí, a “no meter en la misma bolsa…!”) si pueden…Vamos de nuevo:
Es un placer para mí, si pueden llegar a sentir al menos una sombra de lo que disfruto cada vez que estos personajes viven.
Gracias.   


Creo que el arte permite crear una cosa desde uno, que esa cosa se distinga de nuestra alma, y cuando está la cosa individual, que pueda verse no propia, que no pueda distinguirse el origen, porque toda ella, sea origen y fin.

Ahí va de nuevo, se desmembró de mí.

MUERTE EN CRUDO PARTE II (Shh...!)


Le arrastran los empeines en el asfalto.
Lleva las manos hacia atrás, con dos carteras de culpas.



El cabello largo no es, sino sólo su sombra, carcomiendo el cráneo desnudo.
Tiene maquillados los párpados. Con violetas y fresias. Con violeta de fiesta.


Esta mujer confunde, cambia las palabras por fósforos sin prender.



Cuidado con ella, camina despacio.




Sus tacos de humo.
Cada tanto levanta una ceja y mira para atrás, con una sonrisa opuesta.
(vigilia, silencio, un ruido a motor)



Mira sobre sus pasos, para ver que nada se le haya perdido.
Ni siquiera unas ganas.
Engrampada una luz verde, bajo el brazo izquierdo.


Muchas veces respira aspirando como remolino a más de un par de miradas que enceguecen.
Tu perfume la llama. 
Cuidado. 


No duerme por si hay una emergencia, no duerme porque sus sueños viven haciéndose realidad. 
No se vende fácilmente, y se compra con un gesto. 
Cuando prende el lavarropas perdona a algunos débiles, dándoles 3 días de visita y ni uno más.



A veces sus condenas son tan intrigantes! Tantos miedos hay, que ella ríe de lo libre que puede llegar a ser. 
Puede convertirse en animal en elemento e intención. 



En acto si se mete, es para tomar partido; porque a veces sí que se aburre. Juega. Como buena mujer.  
Se arma en ese acto, hasta un equipo con las figuritas que más le gustan.   



Se cree la más linda, y se saca los dientes cuando se va a dormir.



Cobarde, no se atreve siquiera a sentir remordimiento.



Atrevida, cuando mira no se frena a pensar en si seduce.



Tu mirada la busca. No asomes tanto.
Escondiendo inquietudes no te ve.





No seas especial, no soporta competencia.




 Muerte puta, dijo un tipo, y se la ganó solo con reconocerla.



Fotografías Lucas Donadio
Modelo: Laura Soledad Beraldi
Textos: Laura Soledad Beraldi

lunes, 6 de diciembre de 2010

LA CHICA DESCALZA



Y una mañana temprano la chica
descalza decidió suicidarse.
La noche anterior había salido decidida a bailar
con ángeles perdidos que danzaban por la noche.
Pero antes se había acostumbrado
a curarse las heridas con sal,
toda vez que su corazón le avisaba que ya no flotaba.
A su trabajo iba siempre, pero nunca estaba allí.
Su mirada violenta le quitaba espacios,
aunque su sonrisa jugaba para la tribuna.
Por eso después de cada fecha,
el vestuario necesitaba del pizarrón y la yerba.
Su cabeza era una vaca sagrada
de las que ordeñaba ideas como ametralladora.
Un día, hace mucho, su corazón tomo de rehén
la sonrisa de un fantasma que había decidido
a jugarse las sábanas.
En ese paso, la chica descalza,
quemó más naves de las que tenía.
La imaginación decidió subirse a la montaña rusa,
Y en lo más alto el fantasma huyó despavorido.
Ella se quedó sola. Muy sola.
Es que aquél fantasma se asustó de las certezas.
Y justo ella, que no era exclusiva de nadie,
se encontró concurrida de silencios.
En el momento en que buscaba hacer pie en el infinito,
la locura se hizo dueña de ella en una semana de extravíos.
Cuando una tarde decidió romper con los lazos del primer día,
se paró desnuda en el parque a esperar
que la golpeara la primer piedra, del granizo de las almas.
En una nube de octubre se hizo amiga del huérfano del sol,
pero también se asfixió sola.
Y el huérfano siguió huérfano…y ahora manco.
Es que a ella, el aire le faltaba más que el alimento.
Y así, chorros de dolor escurrían de su alma.
Hasta que, claro, no pudo mas.
Ella que movía nubes con el pincel,
se inmoló en el que decidió sería su última obra maestra:
La pintura de su dolor.

                                                    Walter Gómez
                                                         31/05/10


(fotografía de Jody Ake)

jueves, 2 de diciembre de 2010

MUERTE EN CRUDO (Dossier fotográfico)

Algún sobreviviente a los ojos de esta mujer, cuenta lo que vió desde lejos. Es el día de la muerte. Ella no descansa, sólo vuelca lo que arrancó de la luz para lavar su cuerpo y dejarlo en reposo, que descanse. Mientras se suspende, más que lenta. Flota como el humo. Suspira, congela. Atenta (muy atenta) su vida gira en círculos porque nunca duerme...abre los ojos y vuelta a arrancar.
Es una ráfaga de oscuridad que se viste de mujer para poder vivir acá. En las fotos en blanco y negro se muestra ella en intimidad. Ella sin el cuerpo que dejó descansando. En las fotos en color, se refleja su día. De qué manera trabaja, el interrogante en sus ojos, la desesperación. A ella no le gusta ser la muerte, a quien le va a gustar vomitar almas al fin del día? Se muestra cínica, regocijándose en el dolor del otro, y de pronto…una pausa, muy leve, que significa su llanto. Una pausa de ojos tildados que deben continuar ciegos.
A esta mujer un día la vi flotando entre la gente. Solamente eso. Lo único que hice fue describirla en una historia. La quiero, es un personaje hermoso (si digo que para mi no es personaje y realmente existe se termina de confirmar mi locura, así que mejor no lo digo) Lo placentero de hacer estas fotos, fue que cuando las hicimos yo sabía los gestos que tenía, y que con cada situación haría. Las caras son exactas, y los sentimientos que demuestran son simplemente eso, lo que se ve.  

Ahora bien, Lucas las vivió de otra manera. Para él las fotos en blanco y negro fueron las máscaras que llevamos a cuestas. Las máscaras que la carne nos obliga a crear. Nos movemos bajo esos gestos, encadenados a la piel, esperando algún día ser libres e iguales. No creo que hagan falta más palabras para describir su percepción: miren por sus ojos. Ahí les va.


Muerte en crudo


Quinientos cincuenta y cinco pasados, todos bajo carne.
Algunas cuantas vidas que no meriendan placeres, ramifican un laberinto de luz bajo llave.
Y mientras allí en sus ojos, se ironizan un par de sienes en ridículo,
nace éste, el cuadro en ropa de cama de ella la muerte sana.


Sin ruido... digamos "La muerte en crudo".
Linda muerte.
Tan linda muerte, atajen sus pedazos de piel fría.

En su costado izquierdo se descubre una luz mala,
una luz verde, la luz que vuelve al mundo llano.



No te asomes por ahí, es el camino que acelera.


Sigilosa se interrumpe con sus bocanadas de honestidad. 


Se ahoga cuando las conciencias de los que la tienen,
la miran reclamando espejarse en su resina.  


No te acerques y no grites.
No sufras demás, ella no hace doler.
No quieras tocarla.
..no quieras tocarla.


Así es que no me queda decir más, salvo que ya es tarde hoy para ponerte a pensar en si tus ganas te mandan a mirarla. Ahora ya estás cerca, ya no cuenta.
Ahora ella decide, si te toca con una, u otra de sus manos.


Pero cuidado, y me llena de tristeza.
No vayas a pensar que esto es una advertencia.
Sólo es una profecía.



Fotos: Lucas Donadio
Modelo: Laura Soledad Beraldi
Textos: Laura Soledad Beraldi