martes, 31 de octubre de 2017

ENTREVISTA AL DIRECTOR TEATRAL Y ESCRITOR MAURO YAKIMIUK


PH: Mai Albamonte


LLTV: Contanos qué obras de teatro estas preparando para este año?
MY: Este año estoy dirigiendo la obra La Guerra del Gallo, que es un unipersonal escrito por Juan Guinot y protagonizado por el actor Martín Amuy-Walsh. Vamos a estar todos los viernes a las 21 horas, desde el 3 de noviembre, en La Gloria Espacio Teatral (Yatay 890). Estamos muy contentos con la obra y con muchas ganas de estrenar y ver la reacción del público. Nuestro equipo se completa con el músico Lucas Guinot y el escenógrafo Camilo Guinot. La obra cuenta la historia de un ex no combatiente de Malvinas, una persona que se anotó para pelear en la guerra pero nunca lo convocaron. Es una obra muy interesante, muy dinámica y en la que van a ver a un gran actor en escena.

LLTV: Como si fuera poco tenemos al Mauro Yakimiuk escritor de ficciones. Corregimos si no nos equivocamos pero tenes una novela terminada y otra en camino.
MY: Exacto. Tengo una novela terminada que se llama Nada me ata y ahora estoy terminando de escribir la segunda. Hago taller con el escritor Luis Mey que además de un gran escritor y maestro, es un hermano para mí. Aprendo mucho en sus clases y la verdad que lo recomiendo ampliamente como tallerista.

LLTV: ¿Cómo nace la idea de Nada me ata?
MY: Nada me ata nace de una frase que dice que a la gente buena le pasan cosas malas y a la gente mala, cosas buenas. A partir de ahí cuenta la historia del protagonista de la novela a la que le van a pasar una serie de peripecias y hasta tragedias que hacen que la frase inicial vaya teniendo otro sentido.

LLTV: ¿Qué cosas le suceden, con qué se encuentra el Mauro Yakimiuk en el acto de escribir?
MY: Es una de mis pasiones. El acto de escribir es muy solitario. En mi caso siempre escribo con un objetivo fijado previamente. Si es una obra, que se pueda llevar a cabo en algún momento y en el caso de las novelas, que en un futuro puedan publicarse. Respecto a la escritura de obras de teatro es una sensación maravillosa cuando los personajes toman vida y uno puede ver en cada función que los actores dicen lo que yo como autor escribí hace un tiempo. Después, como autor cuando estoy en el proceso de escritura durante varios del día tengo presente la historia y se me van ocurriendo cosas que a veces voy anotando en un papel para luego, pasarla a la computadora. Y cuando estoy cerca de terminar pienso mucho acerca del posible final y esos son días más estresantes. Cuando termino, aparece una sensación de alivio.

LLTV: ¿Estás con algún proyecto más?
MY: Si, estoy escribiendo la serie web Imperfectos que vamos a empezar a grabar a fines de noviembre, principios de diciembre. Va a ser protagonizada por Nicolás Ontano y Solange Verina. Además, va a contar con la participación de Georgina Mollo. Yo voy a estar a cargo del guión y de la dirección y elección de actores. Esto último junto a Nicolás Ontano que fue el que me acercó la propuesta de escribir una serie. Ya tenemos el elenco definido y va a estar formado por un grupo de actores muy talentosos.


miércoles, 25 de octubre de 2017

CRÍTICA A LA OBRA "HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS"



            Una obra que supo ensamblar a tres grandes clásicos universales Ricardo tercero, Hamlet, y Lady Macbeth traída a nuestros tiempos, el director supo hacer un blend con cada obra y así también contar situaciones que si viven en la modernidad.

            Roberto, un personaje que maneja mucho poder que tiene el don de la palabra, esta arma elemental en la modernidad como dice René Girard. Roberto por llegar al poder hace trampa, mata a su compañero de lucha y no pudiendo saciar su alma, enamora a la esposa de su amigo muerto engañándola y provocándole la muerte.

             Roberto ha llegado, ha cumplido su objetivo, es dueño y señor de la casa y del lugar donde gobierna tiene a su lado a la mujer que siempre quiso, pero así y todo es un pobre hombre que da lástima.  Tanto poder junto, tanta obsesión por gobernar, termina generando pena y repudio en la sociedad.
            Me doy vuelta para observar el rostro de los espectadores y es como si de alguna forma quisieran hacer justicia por todo el mal que está ocasionando este manipulador, pero todos se muestran cautelosos en sus asientos esperando el desenlace de esta obra.

            Todos los espectadores somos reticentes de Roberto. Pero ahora nos damos cuenta de que acaba de  matar a la mujer de su amigo muerto y todos nos preguntamos -¿Por qué lo hizo? ¿Acaso no era la mujer con la que siempre soñó? De a poco vemos que un cenital alumbra a una joven de diecinueve años, con ojos azules, cabello enrulado y piel blanca. Roberto no está conforme con nada, irá en busca de esta joven. ¿Lo logrará? Personas como Roberto nunca sacian el hambre de su alma y cuando se dan cuenta del mal y del horror que cometieron suelen tener una lápida en sus cabezas.

            El director Alejo Beccar ha sabido complementar cada escena con un lenguaje sumamente entendible desde el juego de ajedrez al principio que envuelve poder, terror, muerte, miseria y todo lo que un juego de ese nivel significa. Las actuaciones de los actores y actrices impecables,  marcando con una leve diferencia de actuación, cuando son actores y cuando son fantasmas. Las luces y el vestuario un lenguaje fuerte que acompaña en toda la obra.

            Excelente adaptación que demuestra cómo la política al principio es una bomba con luces de colores pero que si te revienta en la cara te mata.  Excelente dirección y hasta me atrevo a manifestar una reescritura de grandes clásicos.-

Funciones: Sábados a las 21.00 hs.
Teatro La Tertulia: Gallo 826 (CABA) Reservas: 4865-0303
Entrada: $220. Estudiantes y jubilados: $190  + info: Ficha técnica:
Elenco:
Héctor Castagnino                                        
Enrique Cragnolino      
Natalia Imbrosciano   
Andrés Rojas 
Zulma Rossini              
Vestuario: Agustina Valdes
Diseño gráfico: Nicolás Senestrari
Diseño de luces y escenografía: Alejo Beccar
Prensa: CES
Fotografía: Laura Cecilia Alvarez
 Asistente de dirección: Laura Cecilia Alvarez
 Producción: Teatro La tertulia
 Dramaturgia y dirección: Alejo Beccar






Crítica: María Cecilia Durán






lunes, 23 de octubre de 2017

Critica a la obra "Siempre Hay que Irse Alguna Vez de Alguna Parte"




La naturalidad de los hechos que transportan, como una excelente obra de teatro, a donde la directora desea que recorras, pasees y seas invitado a una aventura tan nostálgica que lleva a uno sentirse reflejado allí, durante una época, durante un momento, una vida, un pasado. Es clara la intención y las excelentes actuaciones que mediante sus relatos e imágenes reflejadas en sus palabras, en sus miradas, nos hagan sentir parte de esa hermosa y triste, también divertida, historia.

Dos hombres que superan los 50 años deciden volver a su pueblo de la infancia donde allí se conocieron, para filmar un documental, acompañados por sus respectivas esposas. Al llegar allí se encuentran con que todo lo que recordaban, lo que fue parte de los momentos más importantes de su niñez ya no existe, o solo sus ruinas. Claro está que esto lleva a ciertas emociones que llegan a ser tan bien trasmitidas, tan logrados al hecho de involucrarse, que lleva  al espectador no ser ajeno de eso. Todo lo que fueron a buscar que ya no está, todas las sensaciones que se presentan, la cotidianeidad de los hechos, y entre más cosas que sobresalen hacen que esta obra llegue, sin dudas, a tocar algo del espectador, por más joven que sea. Y si, los recuerdos se acumulan con los años y es esta obra la que esta cargada de eso.

La obra cuenta con un juego sublime, donde los actores varían todo el tiempo desde las emociones más tristes hasta los chistes inconscientes en los textos. Se destaca y es emocionante las imágenes que carga cada actor, esas imágenes que muestran con lo que dicen, porque es mediante ellas que te hacen ver la escuela, sus antiguas casas y todo lo que fue parte de ellos en ese pueblo. Esto no es menos importante ya que la obra no cuenta con escenografía por lo cual es indispensable que sus relatos estén cargados y hagan sentir a espectador que está viendo lo que ellos ven. Y tan bien logrado está que la obra se luce y brilla de principio a fin.

Siempre Hay Que Irse Alguna Vez de Alguna Parte, una excelente obra dirigida y actuada por Gabriela Izcovich junto a Marcelo Bucossi, Roberto Castro y Mercedes Fraile; se presenta todos los sábados a las 22 hs. En el teatro NoAvestruz en Humboldt 1857, CABA.

Ficha técnica:
Con: Marcelo Bucossi, Roberto Castro, Mercedes Fraile, Gabriela Izcovich
Dramaturgia y dirección: Gabriela Izcovich
Luces: Ricardo Sica
Música original: Lucas Fridman
Asistencia de dirección y producción ejecutiva: Marco Riccobene
Prensa: TEHAGOLAPRENSA


Crítica: Leandro Giottonini

miércoles, 18 de octubre de 2017

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL "ANTÍGONA 2040"





Desde un clima sombrío y de penumbra nos lleva a su ritmo, nos invita a pasar a un lugar, un mundo donde los perversos llegan al poder haciendo uso de toda su maquinaria política, mentiras, abusos y donde la muerte llega a su paso llevándose uno a uno como consecuencia de una injusticia cometida.

En el recorrido de la obra, se logra disfrutar del rol/personaje de cada uno, con sus  objetivos y puntos de vista del tema a tratar,  con su quiero y contradicciones, con el querer y no poder, lo que está bien y lo que no, la crudeza, la resignación y la oscuridad sirven de entramado de la obra.

Podemos ver una Analogía del clásico de Sófocles/Antígona, llevada a un futuro no muy lejano, donde la ambición y las ansias de poder pesan más que la familia y el amor al prójimo; donde el pueblo es engañado y endulzado con falsas promesas bajo el lema de hacer justicia y buscar el bien común, cuando lo único que buscan es su propio beneficio.

Una obra que invita a no quedarnos callados, a no censurar lo que pensamos y sentimos, a alzar la voz por un mundo mejor, porque cuanto más callemos y permitamos estaremos vulnerables a todo abuso que quiera caer sobre nosotros.

Mujeres que callan y permiten
Otras que saben que no está bien pero no se atreven
Y otras que sin miedo alzan su voz para que se haga justicia.


Ficha Técnica:

 Dramaturgia y dirección: Alejandro Scotti
Supervisión dramatúrgica: Ignacio Apolo

Actúan: Lucía Videla, Luciano Fonte, Viviana Vives, Chico Paz, Carito Lopez,  Matías Escandarani y Dominique Di Russo
Escenografía: Juan Cavia 
Vestuario: Lucía Risso
Make-up y peinado: Cecilia Elasche y Claudia Torres
Música original: Maia Escandarani, Alejandro Scotti
Asistencia de dirección: Paola Rivera
Producción Ejecutiva: María Florencia Tomás
Supervisión: Dora Beret y Matias Gandolfo
Prensa: Circe Cultural



CRITICA: ALEJANDRA MORENO

SABADOS 20 HS
ACTORS STUDIO TEATRO

DIAZ VELEZ 3842

miércoles, 11 de octubre de 2017

CRÍTICA TEATRAL DE LA OBRA "MI PERRO LÓPEZ"



Monumental obra musical con monstruísimos genios en escena

Cantan bailan se ríen y lloran. Un despliegue impresionante de coreografías, canciones, vestuarios, escenografías de colores, propuestas. Situaciones de todo tipo, de noche, de día, en la escuela, en la casa, en la calle. Un niño y un perro viven aventuras por el barrio. Muy emotiva.

Van viviendo la vida juntos, crecen, se hacen adultos.  Profunda, entretenida, divertida, autentica para niños y grandes. No mucho por decir de esta obra… solo hay que ir a verla. La verdad… fue enorme todo lo que se desplegó en ese escenario. Lágrimas al final. Congoja en varios momentos, emociones, risitas, suspiros. ….Recuerdos. Un orgullo esta obra nacional llena de Arte Arte Arte para dar a todos los niños y los niños que somos todos. Una enseñanza de amor por vida para poder afrontar con amor también la muerte.

Recomendadísima. 


Ficha técnica
Libro y letras de musicales: Gastón Cerana
Música original: Gastón Cerana, Leonardo Stefoni
Dirección: Omar Calicchio, Gastón Cerana
Actúan: Omar Calicchio, Gustavo Monje, Diego Sassi Alcalá, Andrea Lovera, Mariano Magnífico, Romina Ruíz 
Músicos: Juan Ignacio López
Dirección Coreográfica: Veronica Pécollo
Diseño de escenografía y vestuario: Vanesa Abramovich
Dirección Vocal: Andrea Lovera
Diseño de luces: Juan García
Diseño gráfico: Aba ideas
Video y fotografía: Matías Sánchez de Bustamante
Voz en Off: Verónika Silva
Prensa: Varas & Otero 
Asistente de escenografía y vestuario: Yamila Barreira
Asistente de Producción: Pachi Lucas
Asistente de escenario: Germán Martins 
Asistente de dirección: Juan Gabriel Yacar 
Producción artística: Gonzalo Castagnino, Juan Bautista Sasiain
Producción ejecutiva: Andrés Cipitria, Jorge Lockett, Marcelo Lombardo, Daniel Vercelli

Prensa: Octavia Comunicación

Crítica: Vera Carnevale

ENTREVISTA LITERARIA AL ESCRITOR GUSTAVO ABREVAYA




LLTV: Los tres libros mas importantes que hayas leído o que mayormente te constituyeron como persona.
GA: Ulises, La Divina Comedia, Adán Buenosayres. Esto solo respondiendo a la pregunta por tres libros. El número podría ser mucho mayor y sería difícil elegir uno por sobre otro. Por ejemplo, toda la serie de Tom Ripley, de Patricia Highsmith. Creo que ese es el personaje más logrado de toda esta narrativa.

LLTV: ¿Último libro que leíste?
GA: Antología personal, de Ricardo Piglia. Cada vez que leo a Piglia mi vida se vuelve mejor, es un autor que me cala muy hondo.

LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué?
 GA: Dos libros: De Sigmund Freud, Un recuerdo infantil de LEONARDO  DA VINCI, un formidable trabajo de investigaciòn, de implacable lógica, de rigor, y de un enorme amor por el arte. Freud sacó conclusiones sobrecogedoras sobre Leonardo Da Vinci. Decidí ser psicoanalista después de leerlo. El otro es Ulises, de James Joyce. Una experiencia literaria única, que comencé leyendo con la angustia de no saber adónde apuntaba y que, después de abandonar la lectura dos veces sumido en la confusión,  decidí que no me iba a dejar derrotar, y elegí leer aunque no entendiera nada de lo que estaba pasando. Y entonces me atrapó y fue una experiencia que me atravesó hasta los cimientos. Había pasajes que me causaban tanta gracia que andaba riéndome a los gritos en el subte. Ese libro me hizo mejor persona, mejor escritor y mejor psicoanalista. Así concibo al arte, eso que te cambia, que no te deja seguir camino sin que sientas el golpe. Cuando vi el Guernica me quedé ahí, paralizado, mirando con la boca abierta. El resto del museo se volvió prescindible, bidimensional, incoloro, el Guernica fue la única razón para estar ahí, así que después de ver eso nos fuimos a tomar aire. Todo autor debería leer Ulises, siempre.

LLTV: ¿En qué circunstancias escribís?
GA: En  mi casa, con mis libros a mano, solo y escuchando música. Puedo escribir acompañado, pero la música se vuelve un problema para los demás. Escribí El Criadero escuchando el Requiem de Mozart durante un año. De hecho cada capítulo está nombrado con el título de cada movimiento de la misa. Es un libro con banda de sonido. En realidad mi cabeza está siempre llena de música, es algo que jamás me abandona. Me reconozco como un tipo difícil cuando escribo. Y no me gusta escribir con los auriculares puestos. Necesito que la música suene en el ambiente.

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a tomar un café, y por qué?
GA: Arnaldur Indridason desarrolló un policía maravilloso, el comisario Erlendur Sveinsson, cuya mayor obsesión está en los desaparecidos. Cuenta en su historia que de chicos iban caminando con su hermano menor, él lo llevaba de la mano. Los agarró una tormenta de nieve y de golpe el hermano se soltó. Ya no volvió a aparecer nunca más. Hubo búsquedas, rastrillajes, pero nada. Fue como si se lo hubieran llevado los platos voladores, dice. Y sus historias giran en torno a este tema. Como es una serie, está en varios libros, aunque La Voz me conmovió mucho. Indridason es un autor extraordinario. Tomaría un largo café con ese tipo.


LLTV: ¿A qué personaje de qué libro te hubiera gustado representar en un escenario?
GA: A Tom Ripley, en la Máscara de  Ripley. Es una novela que cuestiona el valor de lo auténtico, y sostiene que una copia si es buena puede ser mejor que un original. Ripley es un gran simulador. De chico me enseñaron que nunca hay que decir mentiras, algo que me tortura al día de hoy, de modo que un tipo así para mí es casi un epítome de la verdad cuestionada. Un personaje que rompe la bidimensionalidad, un criminal ético, un tipo helado que embarca a un marquista canceroso para cometer un asesinato, con el argumento, muy válido, de que la mafia le va a pagar muy bien y con eso le va a poder dejar suficiente dinero a su mujer y su hijo cuando él muera. El plan fracasa y cuando el marquista está acorralado por la mafia Ripley se juega vida para salvarlo, eso es en El juego de Ripley, que en el cine se llamó El Amigo americano. Gran novela y gran película de Wim Wenders. Hubo una versión de Liliana Cavani con John Malkovich como Ripley que no estuvo mal, pero la original de Wenders con Denis Hopper haciendo el papel de Ripley  y Bruno Ganz el de Zimmerman, el marquista, es incomparable. Yo veo más cine que ninguna otra cosa. Veo una pelicula por día desde hace mas de cuarenta años. Mis libros parecen guiones, porque el componente visual se me filtra sin esfuerzo. Me gusta eso. 

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a comer en tu casa dispuesto a divertirte y pasar un buen momento, y por qué?
GA: Al comisario Mointalbano, sin dudas. Ese tipo para cenar es perfecto. Y es un personaje muy gracioso. Amo a los sicilianos, haber estado allí fue algo increíble. Los argentinos somos más italianos que españoles y, de hecho, el castellano que hablamos, la pronunciación, es la que heredamos de los italianos, incluido el hábito de comernos las eses finales. Es el castellano que escucharon los inmigrantes italianos. Lo mismo que en la anterior pregunta, es una serie, de modo que uno elige al voleo. La forma del agua, la primera novela con el comisario, vale por ser la que presenta al personaje.   
Hay un segundo personaje que me apasiona, al que invitaría a comer con Montalbano, y es el Comisario Jean Baptiste Adamsberg, de Fred Vargas. Un policía que razona como un psicoanalista, está en posición de lo que llamamos  atención flotante. Él vincula hechos aparentemente inconexos y saca conclusiones acertadas. Vargas es una autora irrepetible, un genio literario ante la que me rindo absolutamente. La inteligencia con que escribe te deja con la boca abierta. Sus personajes se meten en situaciones sin salida pero ella encuentra el modo sin forzar la lógica. Eso es una honestidad intelectual indiscutible. Merece el lugar enorme que ocupa en este género.
Y como me dieron la libertad, y el estímulo, de explayarme, agrego un tercer personaje que amo: el comisario Crocce, de Blanco Nocturno, la novela de Ricardo Piglia. Un comisario psicótico que deduce los crímenes con mecanismos que uno encuentra en los manicomios: mira una puerta y comprende quién es el asesino. Conviví, y convivo, con esas lógicas  distintas desde hace cuarenta años. Y si algo me enamora de mi trabajo es, justamente, descubrir que se puede pensar de una manera radicalmente distinta, que interpela al analista a respetar los derechos humanos y no pretender convencer a nadie del supuesto error de su pensamiento. Siempre me ocurrió que eso de curar a un paciente me producía una gran contradicción, porque un delirio es algo que, como un sueño,  me produce un enorme placer estético. Y tengo mucho cuidado cuando “curo” esos cuadros, no quiero volver estúpida a la gente, cosa que es posible de hacer con la psicofarmacología.
Así que serían tres comisarios para una cena, y pago yo con la mejor de mis sonrisas.

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?
GA: Leo siguiendo a Borges, o sea que dejo de leer cuando me aburro. El consejo de Borges es muy aliviador, uno puede dejar en el escritorio al autor más reputado, y sin culpa.  Un autor que está muy en boga es Jo Nesbo. Leí varios libros de él esperando encontrarme con un superdotado de la novela negra, pero no ocurrió. El muñeco de nieve, lo último que leí de él (ahora están anunciando la película) me resultó deplorable y decidí que ya tuve bastante de eso. Lo que me enoja es la falta de sinceridad en el trabajo literario, cuando el autor se pone a exhibir cuánto investigó para escribir el libro, te dice cómo funciona el arma, cuantas balas carga, etc. Pero sobre todo me enojo cuando huelo la paleta de recursos para construir un best seller. Jo Nesbo debe ser muy rico, pero no me interesa su producción.


LLTV: ¿Qué cosa es lo que más te sorprende de la humanidad?
 GA: Los artistas. Son la verdadera esperanza, si la hay. Tipos que le dedican la vida a una práctica que no es garantía de nada económico.  Y los niños, claro, porque con tres nietos, casi cuatro  en realidad, ya que en estos días está por nacer Pedro Abrevaya. Los niños son una felicidad inconcebible.

LLTV: Concibe el género de novelas negras vinculadas si o si con la cuestión político y social, o solo es una mera coincidencia en sus tres novelas (El Criadero 2003), (Los Infernautas 2013) y (El Enviado 2016).
GA: No hay coincidencias. La novela negra no puede ser ajena a la realidad política, o social, no hay mucha diferencia, porque si se aleja de eso se vuelve otra cosa. Jo Nesbo, para seguir con mi ejemplo, simula un interés que no tiene. La novela negra sacó al crimen del cuarto cerrado y lo tiró a la calle. Y en la calle es donde uno encuentra la verdadera miseria de la cultura. Claro que a veces se esconde en el interior de grandes mansiones, pero esas mansiones suponen en sí mismas una exclusión, algo obligado. Donde alguien tiene de más, alguien tendrá de menos. Eso, en mi opinión, es el ADN de la novela negra. Sería muy largo de explicar, pero no puedo escribir, ni leer, novela policial, o negra, si este dato no está incluido. En Argentina los 70´dejaron una marca indeleble y un marco de exacta verosimilitud para este tipo de narración. Yo creo que se abusa de la nominación “negra” para hablar de las novelas policiales. Parece que todo lo que sea crimen, investigación, cataloga como novela negra. Si no está esa mirada a lo negro de la cvultura, eso puede ser novela policial, incluso puede estar mnuy bien escrita, pero es otra cosa.

LLTV: Hay algo que desde su profesión como médico psiquatra, lo haya llevado a la literatura, o fueron caminos separados, sin ninguna vinculación?
GA: Primero escribí, después estudié medicina. No sé si hay cruces en el camino. Siempre cito una frase de Freud: “Soy un escritor disfrazado de médico”. La palabra “disfrazado” me incomoda un poco. Induce a pensar en cierta falsificación, y es probable que la traducción no sea la más adecuada, pero nunca lo averigüé. Porque si algo hizo Freud fue llevar la psiquiatría a un estado nuevo, el psicoanálisis es una práctica que se nutre de la psiquiatría, de la literatura, del arte, de la filosofía, de la lingüística, de la historia. Es la salsa donde me siento más cómodo: un escritor que trabaja de todo eso. Me gusta mucho esa mirada de mi práctica. No hago mucha diferencia entre la literatura y el psicoanálisis. Ambas disciplinas chapotean en el barro del lenguaje, que es siempre engañoso.

LLTV: ¿Proyectos en carpeta, que se puedan contar?

GA: Si uno adelanta algo de lo que escribe, los dioses se desinteresan en eso que está haciendo y al fin se cae. Lo dijo Ana MarÍa Shua en su última novela, Hija, un libro para leer muy despacio, donde ella cuenta la cocina de ese mismo libro, sus dudas, sus vacilaciones. Un gran libro que recomiendo mucho.  Así que siguiendo ese consejo, prefiero no contar en qué estoy, aunque va de suyo que estoy pensando una novela muy oscura. Trato de escribir otros géneros pero siempre se me cuela la mirada dura. Sí quiero contar, en cambio, algo que me puso muy contento: hoy recibí el contrato para la edición española de El Criadero. Y si hay contrato es oficial. Va a suceder antes de que termine mi próxima novela. Increíble que esa novela siga dando batalla. 

lunes, 2 de octubre de 2017

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL " FACFOLC UN MANTO DE NEBLINA"




           
            Sala oscura, solo se puede ver iluminados mediante una luz cenital a tres jóvenes. Están vestidos de blanco, esto sucede por Abril de 1982. El país aún hoy, treinta dos años después, tiene una herida que no puede curar. Me tomo un instante para darme vuelta y ver la cara de los espectadores, en algunos ojos se puede percibir esa herida y en otros el deseo de que ese suceso jamás haya existido.

            La obra maneja un nivel muy interesante de tensión mediante el ruido de bombas, disparos y gritos. Se pudo ver mediante estos tres grandes actores el dolor de tres combatientes de Malvinas de tan solo dieciocho años que sacrificaron su juventud, su presente y en algunos casos hasta su vida por un pedazo de tierra al que llaman "patria". Hubiésemos preferido que nuestros jóvenes estén con nosotros, que el país no sufra esa herida y que Gran Bretaña se quede con nuestras tierras, hubiésemos preferido no matar tanto ni que nos maten, y que Gran Bretaña se quede con nuestras tierras. Pero los argentinos somos cobardes, y en vez de defender a miles de vidas, fuimos a luchar por dos islas.
            Mandaron el telegrama y Antonio no tuvo más remedio que asistir a la guerra sin saber que las imágenes y los recuerdos que allí vivía, lo acompañarían el resto de su vida, pero él lo hizo, en nombre de su "patria" sacrificando así la relación con  su familia, sus amigos y su novia. Él lo hacía de corazón porque de verdad quería hacer algo por su patria pero no sabía que detrás  de todo eso se encerraba una  "crisis sacrificial" de la que ellos mismos eran víctimas. Los tres amigos se encuentran en el campo de batalla y de a ratos para que la vida no resulte tan insoportable recuerdan sus anécdotas, su familia pero lo que más evocan con fervor es que en sus casas abrir una botella de  Coca Cola era el sinónimo de la familia unida o la celebración de un hecho más que importante. El solo hecho de recordar, era un atajo que a estos muchachos les quedaba para poder soportar la  cruda realidad.

             Cabe destacar la impronta del director de resolver el campo de batalla en escena mediante montículos de tierra. El espectador desde que ingresa a la sala se coloca en otro lugar.

            La música y el vestuario nos remite a esa época todo el tiempo. El excelente manejo  de los actores en el espacio la intensa corporalidad que manejaban incluso vivían lo que actuaban. Una obra que nos habla con mucha prudencia al corazón, de lo que sufrieron nuestros jóvenes en honor a la Patria.

Ficha técnico artística


Crítica: María Cecilia Durán 

domingo, 1 de octubre de 2017

CRÍTICA A LA OBRA TEALTRAL "INDIA"



Difícil hablar de una obra que habla de lo que es difícil hablar. Obra teatral de contenido autocrítico. Diferentes escenarios de la vida cotidiana puestos bajo la lupa de la honestidad frente al despertar de la lucidez. Esta obra nos muestra lo que el ego a veces no quiere ver “No siempre somos buena gente”. Ya que ser humanos, de ciudad, moldeados culturalmente de maneras determinadas, nos induce a comportarnos de modos moral y espiritualmente cuestionables.

Sin darnos cuenta, a veces vamos como autómatas  en busca de un único fin que es el cese inmediato de una angustia constante, a veces a costa de otros, solo por no ver que lo que no funciona es el juego que nos impusieron aceptar jugar y cuyas reglas son difíciles de modificar, por más que tengamos argumentos de sentido común para exponer y refutar, o para indagar.

A veces lo que más nos cuesta es ver cuánto naturalizamos La Enfermedad, Lo Insano, las formas no sanas, “neurosis sutil” peligrosa porque no llega a ser del todo escandalosa. Todo esto con bastante humor nos acerca a situaciones disparatadas y reales, tristes y alarmantes. Situaciones límite en la vida de “gente normal “, “Gente correcta”. con simples y prácticas resoluciones escénograficas para lograr veloces cambios de escena vamos acompañando el paulatino crecimiento de roces con el  desborde de estos personajes y nos vamos sensibilizando. La obra nos deja pensando.

Sábados a las 22
Espacio Callejón

Ficha técnica:

Dramaturgia: Silvia Gómez Giusto
Actúan: Paula Manzone, Gabriel Yamil, Julia Catalá, Elvira Massa, Mauro Álvarez, Guillermo Rovira y Claudia Mac Auliffe
Vestuario: Paz Maciel
Escenografía: Gustavo Coll
Iluminación: Matías Sendón
Asistencia de dirección y producción artística: Aliana Alvarez Pacheco
Supervisión dramatúrgica: Javier Daulte
Dirección: Silvia Gómez Giusto


Crítica: Vera Carnevale

CRÍTICA TEATRAL "MACBETH, YO NO ME VOY A MORIR" ¨






Macbeth y Lady Macbeth están dispuestos a corromper la naturaleza del tiempo y poner fin a todo aquello que se interponga en su camino hacia el poder absoluto. La lucha por ser el mejor y la ambición ciegan a los que se atrevan a dar un paso más desafiando al destino.

Florencia Limonoff  y Coni Marinoviajan por esta profunda historia transitando cada momento vivido por aquella particular pareja. De a ratos se convierten en otros personajes que ayudan a dar un sentido y un desarrollo a la trama de la obra.
Deseosos de ser reyes se van retando minuto a minuto tratando de despojar al otro de los miedos para simplemente ver la grandeza que los envolverá en el futuro.
Las actrices son capaces de recorrer estados inalcanzables y alternar entre emociones contrapuestas constantemente, creando así un ritmo llevadero y expectante. Estando siempre presentes en escena, se adueñan del espacio que las rodea y lo habitan como propio, dándose el tiempo necesario para llegar a ser realmente todo personaje que estén encarnando.

 El impecable trabajo corporal y vocal sumado a los simples pero contundentes cambios de vestuarioson la base para que los personajes se completen y se definan como únicos y específicos.
¨Macbeth, yo no me voy a morir¨, basada en ¨Macbeth¨, obra escrita por el dramaturgo William Shakespeare, es un drama que representa la lucha por el poder y la locura que desgarra las entrañas y seduce a las mentes.  Expone a la muerte vista como una opción ganadora y el vacío que da paso al sinsentido de la vida, nacido al despojarse de toda humanidad.

Macbeth, yo no me voy a morir, repiten los personajes angustiados al verse enfrentados a una inmensa eternidad. Dolor, lágrimas, engaños, locura y oscuridad. Cruzar las puertas de lo infinito da lugar a cuestionar qué es realidad y qué es locura.

Ficha técnico artística:

Teatro: EL GRITO
Costa Rica 5459 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Viernes - 20:15 hs - Hasta el 27/10/2017 

Crítica: María Victoria Giacoia