domingo, 25 de agosto de 2013

ENTREVISTA LITERARIA A CARLA ROSARIA MAIELI - ACTRIZ Y CANTANTE -




















Plena tarde de agosto de mucho frío en el bar del Teatro de la Carpintería, fue el escenario y las circunstancias de una larga y cálida entrevista con Carla Rosaria Maieli. A los pocos segundos de conocerla uno puede adivinar que su profunda simpatía y esa enorme sonrisa, nos acompañarían a lo largo de la charla. Invitada a repasar sus “vicios” literarios, Carla nos  aproximó a sus lecturas, sus manías, sus autores preferidos, en general. También nos contó su experiencia después de protagonizar en la temporada de vacaciones de invierno un exitazo como Mágico Rock. Y ahora se prueba la ropa de “Rosaria”, un personaje creado por ella misma y que está empezando a tomar forma para pasar a ser el próximo proyecto con el que saldrá al ruedo. Finalmente nos regala –atendiendo a nuestro pedido- sus instantáneas para ser “tapa” de nuestra publicación como Belleza Literaria.
 

Aquí la entrevista completa.
 
 
LLTV: ¿Carla, cuáles fueron los tres libros más
importantes que leíste?

CRM: El Principito, aclaro que todos están muy conectados con los chicos (se ríe), yo cuando los leo me imagino los personajes, y yo no vi ahora la versión del Principito porque estaba con las funciones de Mágico Rock en el teatro Sha, pero me gustaría ser La Rosa.
Otro sería El Alquimista, creo que todos tienen algo espiritual y aniñado a la vez.
Y el otro que te diría es, más que libro, las canciones de María Elena Walsh, en general así como textos. El año pasado hice un musical que se llamó Cantando Cuentos en ND Ateneo junto a Fabian Gianola y me pasó como con Mágico…y con Spinetta, muchas de las canciones las conocía desde chiquita, mi mamá ponía la radio a la mañana antes de ir al colegio, pasaban un par de canciones, y otras las fui conociendo con la obra, y otras con mis alumnos, porque a partir de la obra empecé a investigar un poco más a María Elena y me encontré con unos textos que son impresionantes. Algunos para niños y otros no tanto. Todo es relativo igual, Spinetta supuestamente no es para niños, y nosotros lo hicimos para chicos.
Volviendo a los libros no quisiera dejar afuera dos libros que me encantan: El Caballero de la Armadura Oxidada, y Juan Salvador Gaviota.
Y otros de un estilo muy diferente pero que me resultaron muy atractivos y divertidos son: “Me gustaría que gustes de mi” (Dalia Rosetti), “Te pido un taxi” (M. Halfon y F. Nicolini) y “Aun soltera” (Dani Umpi).

LLTV: ¿Cuál fue el último libro que leíste?

CRM: Una obra en realidad, repasé en El Gato sobre el Tejado de Zinc Caliente de Tennessee Williams, me fui de un extremo al otro, este más oscuro (se ríe mucho).Un Tranvía Llamado Deseo es excelente también. De Tennessee tuve que leer mucho en Andamio 90 que es donde hice el profesorado de teatro, y me atrapó bastante. El personaje de la gata tiene unos monólogos que son muy fuertes, y es bastante oscura esa obra. Lo de Tennessee todo es muy oscuro, y la gata es una mujer dejada de lado por su marido.

LLTV: ¿Escribis?

CRM: Estoy empezando, me cuesta. Me encantaría escribir más. Escribo canciones para chicos con mi proyecto: Rosaria. Estas primeras, las compuse a dúo con un músico amigo (Coiffeur), él hizo la música y yo empecé a escribir, pero me sentía un poco  trabada, y al final terminamos trabajando juntos en las letras. Pero trato, trato de escribir por eso escucho mucho María Elena, Hugo Midón y Carlos Gianni. Ahora estoy investigando y probando.

LLTV: Creo que me la contestaste ya pero a qué personaje de qué libro te gustaría interpretar.

CRM: La Rosa del Principito, y también estaría bueno hacer La Gata de Tennessee. Como que son muy opuestos, y muy femeninos desde distintos lugares. Uno muy oscuro y el otro muy puro. Solamente hice una escena de la obra de Tennessee cuando estaba en el profesorado. Creo que hoy en día lo haría distinto, un poco por la edad que tengo. Cuando la hice mientras cursaba la carrera tendría 18 años, por eso creo que ahora le daría otra vuelta. Ese personaje tiene mucha vida encima (Risas).

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro te gustaría invitar a tu casa para conocerlo un poco mas?

CRM: Creo que me estoy quedando en los mismos, pero si hago el personaje de la rosa, sería bueno encontrarme con la rosa misma. Sería muy loco que venga una rosa a tu casa (se ríe).

LLTV: ¿Tenés manías en el ejercicio de la lectura?

CRM: Sí, pero según el libro. Algunos quedan tal cual los compré. Tengo algunos forrados.

LLTV:: Perdón, pero por qué los forrás.

CRM: Porque son viejitos, o los compré en una feria, usados y digo, bueno lo cuido un poquito más. Y antes tenía una negación en escribirlos o resaltarlos. Creo que en los últimos dos años empecé a resaltar. Hay mucha gente que te dice “no se escriben”, yo también tenía el tema de que esto no se hace, no sé si por una cosa familiar o por cosas que te dijeron alguna vez en el colegio, pero ahora sí. Yo lo hago. Y te cuento esto,  de chiquita hacía señaladores, tenía ocho años aproximadamente. Todo el mundo tenía mis señaladores, los hacía con cartulina, con una figurita o los dibujaba. Y era  El Regalo.

LLTV: O sea que de chiquita ya estabas ligada a la literatura.

CRM: Igual siento que tengo momentos. Por momentos leo bastante, y otros me cuelgo. En la época en que estaba en el profesorado de teatro, había que leer muchas obras, y ahora a veces pasan meses que no leo nada y digo, estaba bueno a pesar de la exigencia, todo lo que leía.

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?

CRM: Mmm…Si, en verdad tengo uno, pero sabés qué…me parece injusto nombrarlo, mejor quizás yo intente darle una oportunidad más y el libro en verdad no termine dándome esa sensación.

LLTV:¿Qué cosas te llenan de angustia y no podés controlar?

CRM: Cerrar el ciclo de una obra. Termino llorando…Y cuando estoy por subir o bajar una obra de cartel siento como una energía rara…alegría y angustia a la vez. Por un lado pienso que está bueno, y por otro lado no. Creo que a todos los artistas en general  seguramente les pasa  esto al  cerrar ciclos o temporadas.

Carla como Rosaria. Canciones y mucho baile en manos de una artista impresionante.
 
 

LLTV: ¿En qué circunstancia tuviste la primera sensación que te ibas a dedicar a la actuación, y que esa veta sería la infantil?

CRM: La primera vez que canté en público fue en 5° grado, con el micrófono en la mano y frente de todo el colegio. Fue un pedacito, una canción bien cortita. Y sentí tantas cosas…me aplaudieron todos. Me acuerdo que era un patio enorme, fue durante el saludo de la mañana. Fue después de izar la bandera. Yo cantaba esa canción para empezar el día. Y me recuerdo que secundaria ya había empezado su hora de clase y desde arriba donde estaban las aulas de ese nivel, salieron las chicas del nivel superior, asomaban la cabeza y me aplaudían hasta ellas…yo no lo podía creer. Y ya después cuando cursaba el secundario hacía comedias musicales dirigidas el profesor de música, cantábamos en inglés, era colegio bilingüe, y los diálogos los hacíamos en castellano. Hicimos El Mago de Oz, fui Espantapájaros, me encantó. Y después de ahí a estudiar a Andamio 90, a estudiar teatro, comedia musical, canto, clown. Termine la carrera y empecé a trabajar en colegios y me encanta. Trabajar con nenes es hermoso, pasé por secundario, primario, jardín. Ahora estoy con primaria, y me quedo con ese ciclo. Disfruto mucho trabajar con chicos de 1° a 5°grado.

LLTV: 5° grado fue justo en que te hizo el click a vos…

CRM: Es cierto, no lo había pensado.


LLTV: Película preferida

CRM: Muchas…Volver al futuro I, II, y III me las devoro como nada y de ahí me puedo ir a otro extremo…mirar películas para chicos. Amelie me encanta y la música también. Cinema Paradiso es otra de mis películas preferidas. Amo: La Novicia Rebelde, Antes del amanecer  y me divierte mucho Miss Tacuarembo.

Carla en la en el personaje de Hada en Mágico Rock. Su voz, cantando los temas de Spinetta, es tremenda.

 

LLTV: ¿Contanos por favor, cuánto del Hada que compusiste en Mágico Rock, hay en Carla Rosaria Maieli?

CRM: Tiene, tiene. Tiene bastante. Ella dice que su misión en la vida es cantar, le canta a las flores, “Soy una estrella del Rock and Roll” (se ríe mucho). El hada es además bastante colorida en su manera de vestir. Tiene mucha energía Hada, y yo también por momentos tengo picos de mucha energía. Hago muchas, demasiadas actividades por día. Es bastante histriónica ella, yo tengo bastante de eso. Soy de gesticular bastante. Y también tiene momentos sensibles Hada,  si quiere puede bajar…y Carla también.

LLTV: ¿Qué te dejó la experiencia Mágico Rock, más allá de lo que ya hablamos?

CRM: Fue una experiencia re linda, artísticamente y humanamente, creo que eso también se notaba en el escenario. Nos llevamos muy bien. Tenemos muy  buena onda entre todos los compañeros (Martin Sipiki, Luciano Rosini y Marisol Otero), con la directora (Valeria Ambrosio), la escenógrafa (Ana Repetto), toda la gente del staff. Eso me imagino que  el espectador lo siente, y para nosotros está bárbaro porque también descansas de alguna manera porque si pasa alguna cosa, sabes que el otro va a estar. Nos pasó en una función que fallaron unos micrófonos y con solo  miradas ya estaba saliendo el otro a salvar las papas.
La autora es una de mis mejores amigas, Tatiana D Agate es la segunda obra que hacemos juntas. Esto empezó como un proyecto nuestro chiquitito y después fue creciendo. La primera obra que hicimos se llamaba Insomnio de Amor, ella escribió el texto y era la directora, y yo actuaba, y entre las dos hacíamos la producción.

LLTV: Contanos un poco, para finalizar, algo sobre tu proyecto, Rosaria.

CRM: Rosaria es un proyecto mío, personal, como cantante para chicos. Quería hacer algo distinto. Siempre estaba con proyectos de otras personas y me decidí a hacer canciones para nenes porque estoy en contacto con niños todo el tiempo. Con mis sobrinos, alumnos de teatro, público infantil. Es muy emocionante cuando les canto a mis alumnos mis temas y veo la reacción de ellos.  Y cuando siento que les gustan y las cantan, significa que vamos bien. Por ahora tengo seis canciones subidas a la página web (www.lawebderosaria.com) donde también hay juegos y un video clip de un tema: Los colores. Y también tengo una página de Facebook con fotos y algunas cositas más.

LLTV: El video tiene una calidad impresionante.

CRM: Muchas gracias. La producción general  del proyecto la hago yo, pero obviamente con un gran equipo  que me ayuda y trabaja conmigo desde diferentes áreas.
Estoy haciendo shows en colegios y eventos. En escena estoy junto a dos actores bailarines muy talentosos. La idea era hacer temporada en las vacaciones de invierno este año, pero se dio lo de Mágico, y ya era mucho.
Así como en Mágico Spinetta nos transmitía esa magia, acá yo no me decidía por el nombre, el nombre artístico de cantante. Sucede que tiene una historia, cuando era chica tuve todo un tema con mi nombre. Yo me llamo: Carla Rosaria Maieli. Y los boletines por ejemplo varias veces venían con el nombre mal, los documentos también, siempre me ponían mal mi segundo nombre, escribían: Rosario. Pero cuando busqué el nombre artístico pensé en Rosaria. Pasé de que no me guste mucho a que me guste muchísimo. Y la relación de lo que te decía con el Flaco, salvando claro está la distancia, Rosaria se llamaba también mi abuela. En Italia los Rosario son hombres y Rosaria es el femenino. Mi abuela era italiana y mi viejo también lo es, así que además de ser mi nombre es el nombre de mi abuela. Yo a ella no la conocí. Y así como con Spinetta, de quien yo solo conocía algunos temas, empecé a sentir como una conexión muy grande, ahora lo estoy sintiendo con la señora Rosaria que tampoco he conocido. Siento algo muy loco…

LLTV: Como una fuerza invisible.

CRM: Siento como que me va a proteger en esta nueva etapa de mi carrera.


Entrevista realizada por Walter Gómez
Carla Rosaria Maieli Es actriz, cantante y prof de Teatro. Se formó en Andamio '90, Escuela de Alejandra Boero donde obtuvo el título de Profesora de Artes con orientación en teatro. Sus docentes de actuación fueron: Claudio Quinteros, Inda Lavalle, Rubens Correa, Claudio Tolcachir, Miguel Cavia, Ruben Viani, Beatriz Spelzini y Noelia Rufat. Estudió Comedia Musical en el Estudio de Julio Bocca y Teatro Musical junto a Mariano Moruja y Carlos Gianni. Se entreno en clown en la escuela de Marcelo Katz. Entre sus últimos trabajos en teatro podemos destacar: "Magico Rock" junto a Marisol Otero (Sha),"Cantando cuentos" junto a Fabian Gianola (ND Ateneo), "Un viaje de placer" - teatro en la ocuridad (La Mueca), "Ocatonga" (IFT), "Insomnio de amor" (CCC y La Clac), " Cuadros de mujer en 2x4" (El Porteño), "Tabú, el ensayo general" (Variedades Concert), "Camino al sol" (La Comedia), "Rock, horror y show, No sueñes vivelo!" (El Vitral), "Divas a la deriva" (Paseo La Plaza- Sala Colette, El Vitral), "Irupé, la bella durmiente" (El ombligo de la luna, Variedades Concert, IFT) "Y comieron perdices..." (IFT, CC Adan Buenosayres), "Dale que si!" (Empire), entre otros. Actualmente esta presentando su nuevo proyecto como cantante solista para niños: "Rosaria": www.lawebderosaria.com Dicta clases de teatro en colegios.

ROSARIA Y LOS COLORES - VIDEO -


Rosaria
Los colores
Musica: Coiffeur
Letra: Coiffeur y Carla Rosaria Maieli

DIRECCIÓN: Melisa Potocnik
JEFE DE PRODUCCIÓN: Juan Pablo Delpino
DIRECCION DE ARTE: Fernando Bruno
VESTUARIO: Melisa Potocnik y Josefina Perez Campione
MAQUILLAJE: Loli Peña
PELO: Maia Ludeña Nicolaer
ASISTENTE DE ARTE: Lucía Sierra
Realizado en Estudio Girón Fotografias.
Te invito a visitar mi Pagina Web!!!
www.lawebderosaria.com

ES QUE SOMOS MUY POBRES Por JUAN RULFO





Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejaván, viendo cómo el agua fría que caía del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada.

Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el río .

El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño.
Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta.

A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas. Iba subiendo poco a poco por la calle real, y estaba metiéndose a toda prisa en la casa de esa mujer que le dicen la Tambora. El chapaleo del agua se oía al entrar por el corral y al salir en grandes chorros por la puerta. La Tambora iba y venía caminando por lo que era ya un pedazo de río, echando a la calle sus gallinas para que se fueran a esconder a algún lugar donde no les llegara la corriente.
Y por el otro lado, por donde está el recodo, el río se debía de haber llevado, quién sabe desde cuándo, el tamarindo que estaba en el solar de mi tía Jacinta, porque ahora ya no se ve ningún tamarindo. Era el único que había en el pueblo, y por eso nomás la gente se da cuenta de que la creciente esta que vemos es la más grande de todas las que ha bajado el río en muchos años.
Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho. Allí fue donde supimos que el río se había llevado a la Serpentina la vaca esa que era de mi hermana Tacha porque mi papá se la regaló para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos.
No acabo de saber por qué se le ocurriría a La Serpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. La Serpentina nunca fue tan atarantada. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen.
Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le ocurrió despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asustó y trató de regresar; pero al volverse se encontró entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y dura como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que le ayudaran. Bramó como sólo Dios sabe cómo.
Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no había visto también al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no sabía si lo había visto. Sólo dijo que la vaca manchada pasó patas arriba muy cerquita de donde él , estaba y que allí dio una voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna señal de vaca. Por el río rodaban muchos troncos de árboles con todo y raíces y él estaba muy ocupado en sacar leña, de modo que no podía fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.
Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue detrás de su madre río abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos.
La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas, las más grandes.
Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron pronto y entendían muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de la noche. Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a veces, cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre trepado encima.
Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que pudo; pero más tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no sé para dónde; pero andan de pirujas.
Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar difícil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quien se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita.
La única esperanza que nos queda es que el becerro esté todavía vivo. Ojalá no se le haya ocurrido pasar el río detrás de su madre. Porque si así fue, mi hermana Tacha está tantito así de retirado de hacerse piruja. Y mamá no quiere.
Mi mamá no sabe por qué Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo, cuando en su familia, desde su abuela para acá, nunca ha habido gente mala. Todos fueron criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometían irreverencias a nadie. Todos fueron por el estilo. Quién sabe de dónde les vendría a ese par de hijas suyas aquel mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vueltas a todos sus recuerdos y no ve claro dónde estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con la misma mala costumbre. No se acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: "Que Dios las ampare a las dos."
Pero mi papá alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda aquí, la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención.
-Sí -dice-, le llenará los ojos a cualquiera dondequiera que la vean. Y acabará mal; como que estoy viendo que acabará mal.
Ésa es la mortificación de mi papá.
Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella.
Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición.


MANIFIESTO (HABLO POR MI DIFERENCIA) Por PEDRO LEMEBEL



No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.



Nota de La Letra: Este texto fue leído como intervención en un acto político de la izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile.
Fuente: http://lemebel.blogspot.com.ar/

DOSSIER FOTOS Por IRINA VOROTYNTSEVA (SEGUNDA PARTE)







lunes, 12 de agosto de 2013

ENTREVISTA LITERARIA A NOELIA PALMA - ESCRITORA -



LLTV: ¿Noelia, cuales son los tres libros más importantes que leíste?

NP: Tengo como biblia la poesía completa de Alejandra Pizarnik. También Ese Amor, de Yann Andréa y The Pleasures of Damned de Bukowski, que lo estoy traduciendo de a poco.

LLTV: ¿En qué circunstancia tuviste la primera sensación de que te ibas a convertir en una escritora compulsiva?

NP: Nunca fui del todo consciente de eso, pero se acentuó muchísimo más ya en el 2011, cuando tuve que suplir una ausencia terrible que nunca fue ausencia

LLTV: ¿Último libro que leíste?

NP: El último… El Evangelio según Jesucristo, de Saramago.

LLTV: ¿En qué circunstancia escribís?

NP: En todas las circunstancias. Ya no hay límites.

LLTV: ¿Tenés manías en el ejercicio de la lectura?

NP: Sí. Tengo manías con todo, pero para leer mientras haya ‘silencio’ y fume antes, alcanza.

LLTV: ¿Con qué personaje de qué libro te gustaría sentarte a conversar, y aprovechar a conocerlo más y sacar algo más de su personaje?

NP: Justamente con María Magdalena, tal cual es ella en El evangelio según Jesucristo, me obsesionan las mujeres que aman a mansalva, que no saben inscribirse en el mundo si no es amando.

LLTV:¿A qué personaje de qué libro te gustaría invitar a comer en tu casa, dispuesta a pasar un buen momento, con perspectivas de divertirte?

NP: Bueno, Hank Chinaski estaría muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un personaje de Bukowski. Ya sabiendo eso, no creo que la pase nada mal. Pero tendría que controlarme de no andar confesando mi amor desenfrenado…

LLTV: ¿Qué cosas te llenan de angustia y no podés controlar?

NP: Claramente, el desamor.

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?

NP: Parranda Larga, de Nicanor Parra. No era lo que yo esperaba. Es bueno, pero no me deslumbró en lo más mínimo.

LLTV: ¿Cuál es tu opinión sobre la Nueva Ley de Medios Audiovisuales?

NP: No me parece democrática. De alguna manera condiciona el quehacer relacionado a la cultura.
De cualquier forma, la política y yo, no nos tocamos en nada.

LLTV: Si por un segundo tuvieras un poder supremo y absoluto ¿Qué cosa modificarías?

NP: Esta pregunta es ideal, siempre quise enfrentar a dios, reducirlo a menos que nada. Modificaría el mundo en cuanto a la pobreza, y claro que los niños sí serían felices, con todo lo que eso implica. No existiría la división de países, me refiero a las fronteras impuestas. Y viajaríamos a la velocidad de la luz.

LLTV: ¿Cuando escribís algo, para quién lo haces?
NP: Escribo porque no sé no escribir. Pero confieso que quiero seguir siendo la escritora preferida de alguien, y con esto me refiero, claramente, a mantener un ‘nivel’, si es que existe y también mejorarlo, siempre.

LLTV: ¿Alguna vez te equivocaste por actuar por impulsos?

NP: Constantemente. Pero pienso seguir haciéndolo.

LLTV: ¿Los tres mejores discos que escuchaste en tu vida?

NP: Recently de Joan Baez, Songs for Distingue Lovers de Billie Holiday, To the faithful departed de The Cranberries.

LLTV: ¿Película preferida.?

NP: Juan Moreira de Leonardo Favio.

LLTV:  ¿Una obsesión?

NP: Todo es obsesión. No entiendo la vida de otra manera. Si no me obsesiono no puedo hacer las cosas. Lo llevo todo al extremo. De todas formas, las obsesiones que no cambian en mí son las tortugas, que me provocan una desesperación terrible. Me obsesiona no usar el mismo jabón de otras personas, fumar (no es un vicio para mí, es una obsesión), leer de manera compulsiva, y amar… pero la lista sigue.

LLTV: ¿Cómo sería una noche soñada?

NP: Tengo muchas noches soñadas. En todas las que abunden los excesos me siento cómoda, casi feliz. No es poco.



LA MENTIRA ES UN VINO EN CURDA Por GASTÓN RIBBA


 
 
Un licor es un vino en pedo. Una cerveza, sí, puede ser también. Se toma un caldo de uva o cereal y se lo emborracha con alcoholes recios y se lo empacha de azúcar y se lo deja dormir la mona durante meses o años y se lo despierta como a cualquier borrachín, a los sacudones y se lo hierve y se lo suda y se lo hiela para sacarle la curda y la modorra.

Para que se alce con toda la furia del que no quiere volver a la luz, con toda la luz que pueden reflejar unos ojos encandilados, con la fuerza inusitada de los héroes y los locos, esa leche de fuego capaz de sentar de culo a un oso de un solo sorbo.

Los grandes bebedores, peinados y con calzoncillos limpios el día después, comparten con los valés de las casas mortuorias y los figurines de cine negro el semblante de cera, los gestos rayados a punta y tajo y una solemnidad casi fiera, muda y seca como disparo en el estómago. Ningún hombre es más bello que después de dejar atrás los pellejos requemados y las barbas y los hambres y las sedes de un naufragio.

La mentira es el licor del vino de la verdad. Pienso. Ninguna de las bellas artes exige tanto esfuerzo y tiempo y talento y tortura. Es que a la verdad le encanta andar en bolas y a los gritos, chispeada, mamadita hasta ahí y que mi plata no vale y esas bravuconadas de pito corto, de gritón de la vereda de enfrente. Mentira y verdad y química y por qué se preguntarán. Será que me pidieron que escriba algo para poner acá y me dio fiaca revolver entre lo ya dicho y para qué si soy de tranco corto y al final siempre escribo sobre lo que me pasa cuando me pasa y ya.

No le creo a Bukowski. Nunca le creí. Leí la máquina de follar -sí, traducido al gallego- a los doce y se me hacían esos paréntesis que se nos hacen a los piamonteses, eso que otros llaman comisuras, esas comillas de no te creo ni jota viejo turro pero qué bien que mentís y la gran puta. No le creo a Hemingway, ni a Faulkner, Fante, Dante o a Shakespeare como no le creo al Walsh ni a la Walsh o al que se esconde detrás de un Quirón para mentirme un horóscopo que siempre acierta y menos a mí que ni talento ni tortura ni tiempo ni esfuerzo pero me la agarro con Chinaski y el poeta atrás del personaje porque ayer me dijo la verdad.

La escena es un contrapunto entre el director del documental que nunca debí ver y él, ambos dan su versión de un hecho que no aporta a la causa, uno marca la melodía, el otro la percusión, apenas se identifica el motivo, los finales se abren como dos aviones en un show de acrobacia dejando tras de sí humos de distintos colores para volver a enfrentarse y cruzarse en un punto hasta casi rozarse y estallar en mil pedazos hacia el final de la anécdota en un cierre común, una coda a dos truenos en donde el contador y el testigo recitan a coro la verdad más mentirosa del gran personaje: yo soy el que escribe y en mi propia mierda soy el héroe.

Pero un embutido no es lo mismo que un entripado y el párrafo anterior es solo la picada. Podría haber elegido el instante en que se quiebra al final de la lectura de “The shower”, otro momento de verdad indecente, impúdica, que piadosamente habría suprimido en caso de ser el productor o habría puesto en juego puños, sueldo y muelas para excluirla en caso de ser el montajista. Ese poema significa mucho para mí. El párrafo que le arranca lágrimas de caña Piragüa, de ponche Capitán de Castilla o licor fino Mariposa, las gotas más berretas del mundo, ese final es tan mío y de mis propios lloros que me dieron ganas de resucitarlo y boxearlo por haberlo ensuciado con ese llanto tan verdadero.

Se lo habría gritado al oído sordo de sopapos, se lo habría escupido al rostro abollado con esquirlas de esa baba seca y con gusto a clavos que te deja una pelea, hayas dejado los dientes en el suelo o no. Linda, tú me has traído esto / cuando te lo lleves / hazlo lenta y suavemente / hazlo como si estuviera muriéndome en sueños / en lugar de en vida / Amén. No tenés derecho, te lo niego, a piñas a patadas y a mordiscones te lo niego. Firmado: yo.

Una “torta de taza” se castellaniza como pirotín o bocadito o bien magdalena -que le cabría por puta a la muy puta- pero yo elijo “tortita” porque así las nombra mi Ofelia. Cupcake -en adelante “tortita”- llamaba él a una que lo llevó y lo trajo del hocico, una del montón, una más de todas las que como él mismo sabía y decía, como conjuro impotente, eran capaces de aguantar el aliento a cenicero, a queso seco, a moho rancio de bolas viejas para estar a la luz y al calor de las mejores mentiras del barrio, esas leches y esos fuegos capaces de dejarlas sentadas en un charco de amor. Palabras como lengüitas, como pequeñas pijas inmortales, a salvo de pastillas azules y tardes grises y noches negras y finales rosados.

Son casi ocho segundos y confíen en mí: desperdicié veinte años de mi vida matando y muriendo en guiones de quince a treinta. Escucha el teléfono, lo confunde con el timbre, se levanta del sillón y el pedo se le pasa antes de enderezar las rodillas e ir hacia la entrada.  “¿Es Tortita?, ¿será Tortita?”. El entrevistador niega. La borrachera le vuelve como si nunca lo hubiese abandonado. Como si fuese un amor y una bruma que no se queman con el primer rayo de sol. Incombustible. Eterna. Bebe otro trago como si el alcohol fuera el único líquido en el universo capaz de apagar ese y todos los fuegos. “No, no es… a veces se pierde una semana y ya…”. Los vasos sobre las mesas ratonas siempre suenan como una claqueta. Imagino la mirada del director al cámara: un disparo limpio, una presa. Se imprime.

El patrón de este bar me invitó a poner algo sobre el estaño, y aunque brindo a la salud de su inconsciencia, me veo en la obligación de aclararle y por su intermedio a los presentes que hizo mal. Muy mal. No se puede esperar de mí más que un algo a lo perdiz, ráfagas de palabras que corren más de lo que vuelan y ovillan siempre los mismos ovillos con distintas hebras.  

Por si no lo saben una perdiz huele a almohada tibia y mojada de niño con fiebre cuando se la arrancás al perro y se te muere en la mano y los restos de pólvora te pican en boca y nariz como granos de sal y el campo es blanco de hielo y el aire huele a vidrio quebrado y a alambre mojado y el culo se te acalambra de las ganas de mear y soltás el chorro y la escarcha chisporrotea como la grasa que cae de las parrillas y la espuma sube por la paja. Eso. Paja. Me dio paja hurgar entre otros delirios que hablan de esperanzas y de esperas, de ilusiones de las ópticas y de las verdaderas, de mentiras perfectas que no abundan.

Hace veinte y tantas horas que la imagen de un viejo chupandín en camisa que jamás conoció la plancha con el gesto agriado por una que no viene y si llega no está o ya se ha ido antes de restarle el cuerpo al sofá o dejar un vacío en el hueco de la puerta. Digo que hace casi un día que no. La sensación de haberme ensuciado con una verdad que podría haber esquivado como a un sorete en la vereda. Eso.  

A los ocho soñaba con reescribir Moby Dick y entre lo que queda de ese sueño y lo que queda de mí cada tanto se da un diálogo de bordas como el que Bradbury nos mintió entre los capitanes del Pequod y el Rachel. Que Dios me perdone, Gardiner. Que Dios lo olvide, Ahab.  

Sólo pude escribir sobre Henry Charles Junior, a las piñas contra Charles Bukowski y Hank y Henry Chinaski por el cinturón doble de la leyenda y la dignidad, a contrapelo de su heroísmo, de su estatua esculpida en su propia mierda, doblado por un coñito del montón, la golosina más dulce del universo.  

Miento si digo que escribí solamente sobre él o ellos, mis hermosos farsantes, tanto como si dijera que estoy mintiéndome aquí, aprovechándome de la amabilidad de los dueños de casa en un dislate sobre la organoléptica de los licores y los vinos que tanto bien y tanto daño nos hacen a los que somos capaces de dejar los zapatos por un último vaso o los ojos por un último renglón. La mentira es un vino en pedo. Me quedo pensando en eso mientras ustedes disfrutan la resaca.

 

Gastón Ribba (1972, Villa María, Córdoba)

Ex creativo publicitario. Ex profesor de comunicación, estrategia y propaganda. Ex periodista y productor de contenidos. Ex guionista. Ex asesor de políticos y empresas. Está aprendiendo a escribir.

DOSSIER FOTOGRAFICO - ALEXANDER BERGSTRÖM







domingo, 4 de agosto de 2013

CRÍTICA TEATRAL A LA OBRA "GORDAS" por ARIEL FABIAN GÓMEZ




El pasado jueves 1 de agosto estuvimos en Andamio 90 presenciando la obra teatral Gordas”,  espectáculo autobiográfico donde, Natalia Marcet, nos narra su historia personal.

Trata sobre una adicción que día a día va cobrando sus víctimas mayormente en forma silenciosa. Es una autobiografía de una mujer que pasó por el infierno de una enfermedad  (la bulimia/anorexia).

Natalia Marcet utiliza todos los espacios del escenario con mucha ductilidad. El manejo de la voz y su cuerpo son impecables a la hora de sumergirnos en su dolor pasado.

La narración nos va llevando por sus distintos estados emocionales al punto de hacernos sentir como propias, sus vivencias personales.

La puesta en escena es sumamente cuidadosa, hasta en los mínimos detalles: escenografía e iluminación, muy bien logradas.

Para el final, la actriz, junto a su directora Ana Wolf y la Licenciada en Psicología Flora Sarandon, especialista en desórdenes de la alimentación, realizaron un debate abierto (moderado por la psicoanalista Nys Bassi ) con el público presente que resultó muy enriquecedor.

Y como broche de oro, una despedida con sorpresa: La actriz despidió en la puerta a cada uno de los espectadores, regalándonos una porción de torta !!! 

Muy recomendable. No está de más decir que contactándose con la producción, la obra puede ser llevada a colegios e instituciones interesadas en el tema. 

Crónica: Ariel Fabián Gómez
Prensa: Marisol Cambre