De país colonial, paso a ser un país en el que se recibía
inmigrantes europeos, claro, no los que esperaba la generación del 80. Llegaron
italianos, españoles, polacos, alemanes y otros que no llenaban las
expectativas de país civilizado que se convirtiera en la Europa de América.
Ya entrando en la mitad del siglo XX una ultima andanada
de italianos y españoles pisaron nuestro suelo pero no ya una inmigración sino
una migración desde las distintas provincias llegaron a la Reina del Plata.
Correntinos, Santiagueños, Riojanos fueron poblando no
solo la ciudad sino el conurbano bonaerense. Así los antiguos casas señoriales
se fueron convirtiendo en conventillos, uno de ellos llego a llamarse 14
provincias.
Ya no se escuchaba solamente la verdulera del italiano
nostálgico o el canto andaluz de los españoles, ahora la guitarra y los bombos
daban paso a zambas y chacareras.
Hasta una primera dama, los llegó a llamar mis negritos,
ya tenían identidad propia. Dejaron el campo para el cual habían nacido y ahora
eran albañiles o se dedicaban al canto. Con la crisis de los 90, los hijos de
esos migrantes provincianos, comenzaron a sufrir la falta de trabajo y
volvieron a la ciudad de Buenos Aires, uno de ellos, vamos a llamarlo Emanuel,
nos dejó su testimonio.
Ante nuestras preguntas, contestó:
- Mire amigo, yo vengo desde Berazategui.- Cuando le
preguntamos dónde quedaba, nos dice, allá y nos señala al sur, pasando Quilme
(ojo no es falta de ortografía, no pronunciaba las s).
-Yo trabajaba de changarín y me quedé sin trabajo. Por
eso me vine pa’ acá.
-Y dónde estas viviendo?
Esta
es un historia más de la
París Argentina , la que vemos todos los días pero que no la
entendemos, ¿Será que creemos ser
todavía la generación del 80?
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