El 25 de mayo de 1959, Marc Bernard consagraba las últimas de sus transmisiones radiofónicas acerca de las revistas literarias a los cuadernos de Patafísica. Entrevistando a Vian, proveedor general adjunto y rogador del Colegio. Estos son algunos fragmentos del pensamiento Borisvianista sobre la Patafísica
El Colegio de Patafísica es dominado por su curador inamovible que es el doctor Faustroll. Debajo del curador inamovible se encuentra un vicecurador, que tiene derecho al título de Su Magnificencia. El último vicecurador, en ejercicio murió hace algunos años. Mas abajo tenemos un cuerpo de proveedores, proovedor general, proovedor general adjunto y rogador; en seguida están los sátrapas, que por derecho deben ser llamados Su Trascendencia; y tenemos a los regentes, quienes tienen a su cargo enseñar un cierto número de disciplinas más o menos complejas de las cuales se destacan siempre naturalmente. Yo mismo no soy especialista en la jerarquía del Colegio, pero el señor Sainmont podría proporcionarle todas las luces que usted requiriese acerca de este tema. De todas maneras es mejor darle a todo esto un cierto misterio.
Otro principio del Colegio es el interés que otorgan los patafísicos a la excepción más que al caso genera. Se sabe que Jarry considera las leyes generales de la física como un conjunto de excepciones no excepcionales, y, en consecuencia, sin ningún interés. La excepción excepcional es la única que tiene un interés. Según otra fórmula, la Patafísica es una ciencia y que en ciencia no hay mas que la excepción que hace avanzar a toda ciencia. No tengo necesidad de recordarle los principios de Fleming, de Pasteur o de cualquiera de esos ilustres sabios para constatar que la mayor parte...en fin…
Todo descubrimiento lo produce, además, el azar...Es el momento en que el observador se percata de una anomalía. Es la anomalía lo que descubre el descubrimiento, valga el pleonasmo. Es la anomalía -la historia del cultivo del Penicillium notatum de Fleming- lo que, gracias a Dios, y sobre todo a Faustroll, le hizo tomar conciencia... Faustroll es el padre de todo descubrimiento.
No se ha pensado jamás en la gente que lee acostada. Y eso es extremadamente molesto... por ejemplo, supongamos que hace mucho frío. Uno está obligado a tener las dos manos de las sábanas para leer. Le Monolo de Jean Ferry se puede leer estando acostado, con una mano fuera y la otra bien calientita bajo las frazadas y girarse con una sola mano. Es muy cómodo, se pueden alternar las manos y así el lector de Monolo, aunque haga un frío glacial, nunca lo va a padecer.
Me permito agregar una última palabra. . No hay necesidad de que se esperen cosas complicadas para encontrarla Patafísica. Para darles un detalle personal, vine a la Patafísica a la edad de ocho o nueve años leyendo una obra de Robert des Flers et Cavaillet que se llama La belle aventure. Es realmente el último lugar donde se puede esperar encontrar la Patafísica cuando uno no es patafísico. Ella contenía sobre todo esa réplica acerca de la creación en boca de Victor Bouchet, y que le doy para concluir esta pequeña conversación previa. Yo creo que ella puede iniciar a todo el mundo muy cómoda y rápidamente a la Patafísica es la siguiente “Yo me dedico voluntariamente a pensar en cosas en las cuales pienso que los otros no pensarán”
No se ha pensado jamás en la gente que lee acostada. Y eso es extremadamente molesto... por ejemplo, supongamos que hace mucho frío. Uno está obligado a tener las dos manos de las sábanas para leer. Le Monolo de Jean Ferry se puede leer estando acostado, con una mano fuera y la otra bien calientita bajo las frazadas y girarse con una sola mano. Es muy cómodo, se pueden alternar las manos y así el lector de Monolo, aunque haga un frío glacial, nunca lo va a padecer.
Me permito agregar una última palabra. . No hay necesidad de que se esperen cosas complicadas para encontrar
Boris Vian
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