“Yo conocí aquel
hombre y cuando pude,
cuando ya tuve ojos
en la cara
cuando ya tuve la
voz en la boca
lo busqué entre las
tumbas y le dije
apretándole un
brazo que aún no era polvo:
todos se irán, tú
quedarás viviente.”
Pablo Neruda. El pueblo.
Las agujas se disparan como saetas en
esa mañana calurosa. Los niños juegan por derecho eterno. La siega en los
campos del trigo se interrumpe por una brisa lejana. Un abedul llorón bosqueja
una angustiante mirada mientras las campanas de los pueblos crepitan. Los
minutos serán piedras que llevan esos campesinos y obreros españoles en un día
que corona el calendario infame.
El falangismo despliega su maquinaria
de terror sobre la Segunda República Española. Algunos predicadores del bien
común permanecen impávidos, otros acuden a Dios…otros festejan el nuevo
“orden”. El miedo hace del orgulloso semblante de las madres una
meditación profunda…una infancia desgarrada se
avienta.
Auroras se compone de tres historias
donde el globo gira, grisáceo, en torno a estos niños. El rumbo de ellos es
incierto. Algunos son exiliados en Sudamérica. Otros tienen la confusa suerte
de llegar a la Unión Soviética. Son relatos en los cuales la vida se
impone frente al desfallecer de la libertad como un capítulo maniqueo, donde
manos estrechas atiborradas de cartas evaden a los representantes de la
persecución feroz. Los padres, los hijos, los abuelos, los hermanos, los
amantes, los filántropos, los compañeros…todos sometidos a elegir el
destino.
Estos niños diletantes, prístinos,
son expulsados del paraíso sin siquiera entender las razones. Muchos
de sus padres han accedido al conocimiento de las miserias humanas y no se han
congraciado con el silencio. Una señal llega desde tierras
lejanas. En las costas aguardan las madres esquivando los óbitos.
Otros vuelven raudos desde los puntos recónditos del globo, con los brazos
arremangados y una firme decisión de abultar las filas del bando republicano.
Este mar del que su maestra les habla
es la expectativa…un sueño que hará de reducto de escape, alojando críos y
plegarias escondidas en los montes. Para ellos, nacer bajo nuevo
signo desde la panza de un buque significa la vida.
La obra de estreno que completa la Trilogía
Republicana es una pieza única…sublime. No sólo por su maravilloso
elenco y su trama. Todo es una unidad armónica. La fantasía irrumpe con un
sentido tan delicado de estas infancias que nos emociona, aún situados frente a
un retrato tan terrible como significa la guerra civil.
El desarraigo implica un camino en la
nueva tierra. Cada paso inaugural encadena un pasado desmantelado…puesto en ese
escaso equipaje. La otra orilla prepara el violín y la guitarra.
Quizás el exilio abrace el olvido y
el recuerdo.
Auroras se despide de los teatros porteños este Martes 29 de
Septiembre 20:30 hs en el Teatro Margarita Xirgu,
Chacabuco 875 CABA.
Ficha técnica:
Elenco:
Clara Díaz
Susana Hornos
Maday Méndez,
Ana Noguera
Zaida Rico
Vestuario y escenografía: Valentina Bari, Néstor Burgos, Alejandro Mateo y Daniela Taiana/ Iluminación:
Mariano Arrigoni, Omar Possemato y Nacho Riveros/ Caracterización:
Néstor Burgos y Ana Noguera/ Música: Mariano Cossa y Gonzalo
Morales/ Asesoramiento en coreografía: Antonio Luppi/ Asesoramiento
en percusión: Carmen Mesa/ Fotografía: Akira Patiño/ Diseño
gráfico: Silvia Barona y Sergio Calvo/ Producción Ejecutiva:
Silvia Barona/ Producción general: Trinchera Teatral/ Dramaturgia
y Dirección: Susana Hornos y Zaida Rico.
Crítica: Guido Ignacio Facile
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