La venganza, el acto de vengarse, no
puede prescindir de un elemento vital para su ejecución. Un elemento que es, al
mismo tiempo, madre del acto vengativo, su alimento diario y el hilo conductor
de toda acción: EL RENCOR. Y si ese rencor ha estado macerándose, (como todo
buen veneno) durante largos años, entonces la venganza será tan intensa como
explosiva. Y si le sumamos un evidente desequilibrio mental al mentor de la
venganza, entonces las palabras para definir tal situación son casi imposibles
de encontrar.
EL FRASCO propone todo eso y redobla
la apuesta, atreviéndose a agregar situaciones humorísticas y algunos diálogos
de banal cotidianidad dentro de un marco de tensión continua que mantiene una
densidad ambiental perturbadora durante todo el transcurso de la obra.
Lo que al principio parece una simple
reunión de ex compañeros de una banda delictiva de a poco va transformándose en
una noche de locura, dolor, odio, confesiones y muerte, todo bajo la dirección
del anfitrión de la velada, quién sólo desea una cosa: recuperar los momentos
perdidos de su vida, momentos aniquilados por el tiempo debido a su estadía en
prisión.
Algunos pocos desajustes actorales propios de un estreno (no así en los juegos de luces y en la música en vivo, que han sido gratamente precisos) no han llegado a opacar ésta obra que ofrece un planteamiento interesante pero que obviamente necesita una maduración como cualquier obra que conlleve, como EL FRASCO, tanto texto, diálogos frecuentes y encimados entre cinco personajes y tantas alteraciones en los ánimos y en las sensibilidades de los mismos.
Algunos pocos desajustes actorales propios de un estreno (no así en los juegos de luces y en la música en vivo, que han sido gratamente precisos) no han llegado a opacar ésta obra que ofrece un planteamiento interesante pero que obviamente necesita una maduración como cualquier obra que conlleve, como EL FRASCO, tanto texto, diálogos frecuentes y encimados entre cinco personajes y tantas alteraciones en los ánimos y en las sensibilidades de los mismos.
Ficha técnica
Dramaturgia: Bruno González
Actúan: Lucas Aldasoro, Matías Asenjo, Julián Mengido, Mauro Rey, Lucas Sulpizi.
Músicos: Uriel Arcángel Crosta, Gerónimo Luis González.
Diseño de Espacio: Betania Rabino
Diseño de luces: José Ignacio Ponce Aragón
Fotografía: Daniela Castelo
Asistencia de dirección: Cristian Trigueros
Arreglos musicales: Uriel Arcángel Crosta, Gerónimo Luis González
Cata de vino: Amantes del vino
Producción: Juan Pablo Rabino
Prensa: Octavia Comunicación
Dirección: Bruno González
Crítica:
El Cronista Ajeno
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