Avara la noche esconde los sonidos vistiéndolos de silencio
Lleva en sus manos esclavas melodías y transgrede sus misterios
Conservando los secretos en sus espaldas
Como cargando con miles de voces pintadas sobre su quietud
Que lanzan un grito, derroche de placer
De dolor por tu enmudecedor golpe
Envidia en tus anhelos desprotegidos de sensualidad
Cabalgan por tus venas enrojecidas de pavor
Las poesías desteñidas de amores que juegan amar en ti
Ramera que invitas a morir entre tus brazos al gorrión
Indiscreto diáfano en su caminar
Las puntas sus zapatos, van
Lujuria hambrientas de errores
Atascan gruñen sádicamente al sol que se asoma
Fatiga penetrante se ancla en saberse segundos
A la despedida de ti
Entre la ira desbordas tu satisfacción
Por conocer sus debilidades
Te apodera de ellas y cantas suavemente
Acariciando sus cuerpos, los abraza
Con la pereza de no dejarlos ir, Pero se esconde tras las sombra
De un día que la deja morir.
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