LLTV: ¿En qué
circunstancia componés?
LS: No hay una
circunstancia en particular. Tengo momentos en que me surge mas
espontáneamente, o hay momentos en que por ahí voy pensando algo que quiero
componer y hay un proceso de pensar, y después sentarse a ver que sale. La
composición es un proceso bastante complejo, bastante…a ver te hablo de lo que
me pasa a mí…para nadie es fácil, pero habrá para quienes será mas o menos
complejo, mas o menos fácil, mas o menos traumático. Hay muchos momentos de
encuentro y desencuentro con lo que uno escribe también. De ir para adelante,
de ir para atrás. De hacer, de deshacer. Y eso genera mas y menos confianza con
lo que estás haciendo. Para mí es importante siempre, intentar conservar cierta
distancia inclusive con la escritura, que es lo que a veces permite
objetivarlo. A veces tomo cierta distancia, pasa el tiempo lo agarro y digo
“¿esto lo escribí yo’”, y me respondo “que bueno, o que cagada” (risas).
LLTV: Lo asocio por
lo que decís a la escritura literaria.
LS: Ahí va, yo creo
que debe ser un proceso semejante.
LLTV: Y en lo
emocional cuando terminás de componer, te pasa que después sentís un
desarraigo, algo así como decir “bueno ahí está, esto ya no es mío”.
LS: Eso no sé. Eso
que vos decís hay mucha gente que lo menciona, es una sensación que la obra
deja de ser del autor para pasar a ser de los demás. Me parece un poco raro.
Como expresión yo no la comparto tanto, no me la puedo figurar mucho para mí.
Me parece fantástico que el otro pueda hacerse de la obra en el sentido de
incorporarla, de disfrutarla, de identificarse, lo que quieras. De hecho a mí me
ha pasado con obras de otros, al punto de decir “qué mortal lo que escribió
este tipo, lo quiero seguir escuchando, qué bien me hace escucharlo”. Pero me
parece que el autor, quiera o no tiene, un lazo con esa obra que es un lazo
inapelable. Aún te diría pasado el tiempo… Hace mucho tiempo grabé un disco de
una cantidad de música que yo había compuesto, y mientras yo hacía ese disco
tenía la sensación de que en realidad no era esa la música que me identificaba
en ese momento. Pero bueno, yo estaba embarcado, lo terminé, y es un disco que
terminé de grabarlo en EE.UU. con unos músicos increíbles de allá, con Michael
Breker, con unos tipos bárbaros. Lo mezclé allá, lo edité acá y nunca lo
presenté, nunca lo toqué en vivo. Sentí que era una música que no me iría a
representar demasiado en ese momento.
LLTV: ¿Y cómo pegó en
el mercado ese disco?
LS: Vos sabés que me
pasó una cosa complicada. Cuando yo terminé el disco se lo llevé a un sello y
me pusieron muchos peros para editarlo, pero finalmente lo editaron. Un disco
instrumental, con música de fusión. “Dulces
Sueños” se llamó el disco. Estaba en algunas disquerías y me acuerdo que a
los seis meses más o menos me llaman del sello y me dicen “Che te llamo porque
el disco anda bien, la verdad me lo piden, te lo queríamos contar. Juntémonos a
ver cómo sigue esto”. Y me cagaron porque yo no quería seguir por ahí.
LLTV: Te mataron…
LS: No, yo fui de
frente y les dije “Mirá, yo estoy en un momento de viraje, si vos querés que
saque un disco como ese, lo siento pero no puedo hacerlo”. Y ahí quedó. Y me
llevó bastante tiempo encontrar un nuevo camino expresivo. Que fue recién en el
2000 cuando grabé un disco de tango.
LLTV: Que fue el
disco que tanto éxito tuvo, perdón no sé si la palabra exacta es éxito.
LS: No, no sé si…A
ver, fue un éxito para mí porque encontré…a ver eso es éxito para mí: Encontrar
el camino por el cual seguir haciendo cosas.
LLTV: Éxito es una
palabra pesada.
LS: Es una palabra
muy pesada.
LLTV: Encima a vos
que te caracteriza el bajo perfil, uno de los tipos más premiados y no estás en
la tapa de los diarios, y mas allá de que el premio igualmente es el juicio de
valor de alguien.
LS: Los premios para
mí son un arma de doble filo, trato de tomarlo como una caricia, un
reconocimiento, y…curiosamente después de recibir un premio nunca me vino nada
demasiado bueno.
LLTV: Paradójico
LS: Uno dice “Uh, le
dieron tal premio, ahora lo van a llamar de todos lados”. Todo lo contrario (se
ríe). Te juro. Ves esos premios de ahí arriba (nos muestra unos 4 o 5 premios
que luce en una repisa alta), esos se llama Lápiz de Platino, son el máximo
premio que se le otorga a la música de publicidad. Son un montón, bueno eso se
da una vez al año. Esos años, los meses subsiguientes a la entrega de esos
premios, no tuve laburo.
LLTV: En definitiva
el mayor premio es que artistas como Eladia Blázquez, Mercedes Sosa, Spinetta
en su momento, Fito ahora, te hayan convocado para hacer algo juntos.
LS: Es tal cual como
lo decís vos, mirá el día que yo una mañana estaba tomándome un café en un bar
y me entró un mensajito de texto de Fito proponiéndome hacer un disco con
él…esa es la ficha que cae.
LLTV: ¿Cuales son los
tres mejores discos que escuchaste en tu vida?
LS: (Lo piensa
durante varios segundos) Te voy a decir los tres que me acuerdo ahora. Tres discos
que yo recuerde ahora que me hayan marcado mucho…por ejemplo Chick Corea El Sombrerero Loco, Rick Wakeman Las Seis Esposas de Enrique Octavo, El disco Symbiosis, que es una obra, el disco es de Bill Evans. O sea la
obra Symbiosis.
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