Café Irlandés – Dir.: Eva Halac
Una nube gris encuadra varios años de
nuestra historia no tan lejana…Turbulenta, poco amigable a las verdades, tiñe
los días sucesivos a la “libertadora”. Los códigos marciales proclives a las
reglas y el orden dejan su reguero a modo de amansadora social. Pájaros
de acero escupen la hiel por los cráteres de la plaza del pueblo. Y así
seguimos con la cuenta nueva. El aluvión debe ser educado, desahuciado de sus
imágenes “corruptas”, principalmente de aquella tan simbólica…esa mujer, ese
ser de humanidad peculiar que estaba en el ajuar del niño, en el overol de un
padre, en la dignidad de una madre.
Circa 1961, un pueblo se pasa
subrepticio rumores del destino de Eva. No conformes con la diatriba, el
gobierno militar decidió el rapto de la figura que el doctor y taxidermista
Pedro Ara había inmortalizado sintéticamente. Cada maniobra oscura tiene el
sello de los generales. La política fluye entre progresistas despistados, la
visita de Guevara y los defensores de CONINTES. Como dos buenos amigos reunidos
por las letras, Tomás Eloy Martínez y Rodolfo Walsh encaran una investigación.
El inicio sólo es causa de la picardía de Martínez y del trabajo obsesivo por
lo encriptado de Walsh. Pero todo irá cediendo a la sensibilidad de ser parte
de un pueblo en llamas.
La experiencia cubana del irlandés se
hace notoria en sus perspectivas: busca datos y testigos, no sólo que permitan
dilucidar el destino del cadáver, sino para echar luz en su propia inquietud.
Eloy Martínez por el contrario se yergue como un pícaro escritor, algo
desinteresado del valor de la verdad, quien se ufana de dar vida propia a los
rumores. Es la interpretación misma de los hechos la veracidad…lo único que
moviliza al “pueblo”.
Simultáneamente, el Coronel Carlos
Moori Koenig y su mujer viven el calvario de la justicia popular. El engaño por
infiltrados y los atentados llevan al matrimonio al borde del paroxismo.
Investido de su rango y sus deberes, es el coronel uno de los responsables
principales del secuestro del cadáver. Asediado por la prensa y ese inquieto
irlandés, decide urdir un plan para confesar aparentes historias sobre los
sucesos. Walsh entrevista a este ser oscuro. La mejor parte la lleva Eloy
Martínez que en un arrebato de sacrificio por el periodismo decide hacer el
seguidismo a la mujer del coronel.
Café Irlandés: pieza única,
excelente. La literatura y la política dan vida a estos personajes que recorren
bares y cines tratando de resolver el acertijo. Cada segundo amplifica la
desconfianza en las fuentes y en los datos. El suspenso entreverado con el
humor y la crónica hacen de esta obra un logro incomparable. Llueven los
aplausos para semejante elenco y dirección.
La sensibilidad social de Walsh y la
sagacidad de Eloy Martínez, se funden en una amistad única. Hay habladurías que
afirman que el cuerpo se encuentra paseando por diversos puntos de la ciudad;
otras, que el recado fue sepultado bajo nombre falso en Europa. Precisamente
serán dieciséis años de rumbos desconocidos. A pesar del destino trunco de la
investigación, ambos escritores inmortalizaron el caso en sus letras.
Café Irlandés se presenta los Domingos 18 hs en Teatro El Tinglado,
Mario Bravo 948 CABA.
Ficha técnica:
Elenco:
Nicolás Dominici (Rodolfo Walsh)
Federico Lama (Tomás Eloy Martínez)
María Ucedo (Esposa del Coronel)
Guillermo Aragonés (Coronel)
Diseño gráfico: Andrea Torti /Fotografía: Guillermo Monteleone / Escenografía
y vestuario: Micaela Sleigh / Asistencia de escenario:Vannesa
Giraldo / Música: Juan Cristóbal Sleigh / Diseño de
Luces: Miguel Solowej / Prensa: Octavia comunicación
/ Producción ejecutiva: Demián Kaltman / Asistencia de
dirección: Érika Estiz / Dramaturgia y dirección: Eva
Halac
Crítica: Guido Facile
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