En “Quinto Round” el boxeo se cuela en
el teatro. Al ingresar a la sala, la atmósfera se tiñe de este mundo, en el que
una casilla con aires de suburbano y luces en penumbra, hace a la vez de hogar
y de lugar para entrenar; pero también, de un espacio en el que se funden los
vínculos personales y laborales de los distintos personajes que ingresan a
escena en una lograda escenografía a cargo de José Escobar.
Allí entrena Renato, un boxeador de
pocas victorias sobre sus hombros con un objetivo claro: desafiar su destino en
la revancha contra "El Ninja".
Pero, ¿es suficiente la perseverancia
y las ganas de progreso en un mundo signado por la corrupción y la falta de
ética?
Este contrapunto, se pone en cuestión
cuando Pascarolli (el representante; Juan Carlos Ricci) trae a Sócrates (el
entrenador, Osvaldo Santoro) la propuesta de una “pelea arreglada” a cambio de
una buena suma de dinero en desmedro de “su protegido”.
Un cambio en el “pasar económico” de
todos que también beneficiaría a Mili, la amante de Renato (María Lía Bagnoli),
quien ayuda con los gastos mensuales gracias a la buena posición social de su
marido, y al que no está dispuesta a renunciar más allá de la atracción sexual
que siente por el boxeador (Ramiro Martinez).
Así, el dinero parece corromper a
todos. Para Pascarolli es una oportunidad de “arreglar” más peleas en el
futuro. Para Sócrates, la posibilidad de cumplir el sueño de comprarse un
“terrenito” propio. Para Mili, una puerta importante a la hora de tomar la
decisión de dejar a ese marido que no ama pero del que dependen sus comodidades
cotidianas. Y para Renato, el empujón necesario para lograr solventar los
gastos de su hijo y traerlo a vivir con él.
Pero Renato ha perdido demasiadas
peleas, no tanto en el ring sino en su vida. Y digan lo que le digan, nada parece
convencerlo de dejarse abatir de nuevo.
En este devenir de estados de ánimo y
contradicciones se va sucediendo la obra. Con un buen ritmo de los tiempos a
cargo de la dirección de Gerardo Otero y actuaciones convincentes en las que se
destacan la impronta de Ramiro Martinez (como el boxeador) y la composición de
Juan Carlos Ricci (como el representante).
En definitiva, la historia se presenta en un formato lineal, una anécdota chiquita que habla de los sueños y está bien muy actuada, que por momentos levanta vuelo y que, en otros, desde la superficie, abre un debate de conciencia.
Crítica:
Carolina Avigliano
Ficha
técnico artística
Autoría: Pacho O´Donnell
Actúan: María Lía Bagnoli, Ramiro
Martinez, Juan Carlos Ricci, Osvaldo Santoro
Escenografía: Jose Escobar
Iluminación: Ricardo Sica
Diseño: Juan Ignacio Tapia
Fotografía: Francisco Castro Pizzo,
Juan Ignacio Tapia
Diseño gráfico: Pablo Bologna
Asesoramiento En Boxeo: Pablo
Paoliello
Asistencia de dirección: Ana Sancho
Prensa: Marisol Cambre
Dirección: Gerardo Otero
TIMBRE
4
México
3554 - Capital Federal
Teléfonos:
4932-4395
Web:
http://www.timbre4.com
Entrada:
$ 380,00 - Domingo - 19:00 hs
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