La
Tempestad – Dir.: Alfredo Martín
Algunos espíritus diletantes consideran su destino
como una cadena de elecciones. Arrojados a lo que el riesgo les dice, no
atienden a escrituras o recetas. Solo contingencias puras…amigables o reacias.
Algunas, apenas se leen como augurios.
En el camino de colonizar lo nuevo se puede ignorar
con novata determinación todo lo que hay en la profundidad. Allí descansan los
restos de aquellos que otrora parecían tan seguros. ¿Antes que el mar, las
aguas?… ¿acaso sea algo predestinado lo que tengan por fortuna?
En el destierro, el duque de Milán y su hija Miranda
se han hecho de una serenidad estoica, tal vez el único camino para soportar la
soledad de su isla. Próspero y ella viven a la vera del mundo lejano. La joven
no conoce otro rostro que el de su padre y un abominable nativo (Calibán) que
los asiste como esclavo. Luego de una traición urdida por su hermano Antonio y
el rey de Nápoles, el duque debió exiliarse, desarraigado de sus riquezas,
únicamente con su hija tan preciada y algunos libros un tanto misteriosos.
Ávido por las ars liberales, versado en las disciplinas del trívium
y quadrivium, Próspero domina los arcanos que tan minuciosamente
aprendió de sus páginas. Todo el poder lo asiste, las ninfas, los querubines…la
naturaleza es un misterio que puede manipular.
Alonso, rey de Nápoles, regresa en su nave del
casamiento de su hija Claribel. Surcando los mares, la tripulación es azotada
por una furiosa tempestad. El naufragio disemina todo su séquito por las aguas,
entre ellos su hijo Fernando. La desgracia (o la fortuna) lo arrastra junto a
sus servidores más cercanos a las tierras inhóspitas de Próspero. Fernando, con
un desviado camino que la suerte allanó, también pisa esta isla. No sabe del
paradero de su padre y supone lo peor. Allí encuentra a Miranda y se inventa el
amor.
Horas aciagas vive todos los supervivientes. El rey
lamenta la aparente pérdida de su hijo. Él, puesto a prueba por Próspero,
encalla sus manos juntado leña como muestra de su férrea voluntad de
tomar a Miranda como prometida. Otros beodos marineros también vagan por la
isla sin saber del resto.
La magia subrepticia de Próspero ha manipulado sus
destinos. Con ánimo aleccionador, dispone de todos sus conjuros y espíritus
para atormentarlos.
La Tempestad es un romance tardío de Shakespeare. Nacido en el
auge de la expansión hacia el nuevo mundo, fue representado un 1 de Noviembre
de 1611 por primera vez. Hacia 1613 fue nuevamente puesto en escena con motivo
del casamiento de Isabel Estuardo, hija del rey Jacobo I. La trama evidencia la
jerarquía y la disputa de los ducados, en los albores de este mundo
precolonial. Los relatos de tierras extravagantes cautivan, principalmente a
los emprendedores. El empleo de la mística y la brujería, que tantas piras han
encendido entre el S XVI y XVIII, es quizás una manera del autor de
congraciarse con sus mecenas. Sus intenciones “políticamente correctas” se
adornan de remisiones al helenismo.
Con una puesta en escena muy audaz, Alfredo Martín
hace de este clásico una pieza exquisita y dinámica. Sustrayendo
cuatrocientos años de existencia del texto, el dilema que subyace se hace muy
cercano. De inicio a fin, un auditorio ríe y se estremece gracias a geniales
actuaciones. Con mucha habilidad y un excelente elenco, el clásico se reafirma
en las tablas.
Las divinidades se han entrometido entre los seres
desde el teatro clásico. Construirse un destino tiene en la antigüedad el
techo de un determinismo absoluto que no entiende de razones. El medioevo occidental
incorpora el libre albedrío pero también la expiación de culpas. En La
Tempestad, la magia intercede para redimir a los justos y blandir tormentas
para los deshonestos. Pero es el perdón y la reconciliación la manera adecuada
de reflexionar sobre lo que uno siembra.
La Tempestad se presenta los Viernes 19:45 hs en Teatro Andamio
90, Paraná 660 CABA.
Elenco: Marcelo
Bucossi, Brenda Margaretic, Iván Vitale, Mariano Falcón, Julián Belleggia,
Daniel Goglino, Nicolás Fabbro, Gabriel Nicola, Pablo Mariuzzi, Marcelo
Rodriguez, Bianca Vilouta Rando, Gustavo Reverdito, Ariel Delgado y Nicolás
Olmos, con versión, puesta en escena y dirección general de Alfredo Martín.
En
el Teatro Andamio, Paraná 660. Entrada $180 (Estudiantes y Jubilados $120.-).
Tels. / Informes: 4373-5670
Prensa: Silvina Pizarro
Crítica: Guido Facile
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