viernes, 6 de abril de 2018

ENTREVISTA LITERARIA A LA ESCRITORA FLORENCIA AROLDI






LLTV: Los tres libros más importantes que hayas leído o que mayormente te constituyeron como persona.
FA: De niña aprendí a leer con EL principito, lo leía en voz alta una y otra vez. Junto a ese libro mis padres  me regalaron uno que se llamaba Los derechos del niño, algo así… sin dudas ese llamó mi atención para siempre. María Elena fue y es, mi poeta preferida, desde  Dailan Kifki  a los Cuentos de Gulubú. También Chacho (Osvaldo Dragún) me regalaba libros de poetas que traía de sus distintos viajes, por mencionar alguno,  Los cálices vacíos,  de Delmira Agustini, me fascinaba,  tal es así que jugaba a escribir y la imitaba, recuerdo haber calcado inconscientemente una estrofa entera de una de sus poesías. Girondo, me rompió  todos los esquemas con su Espantapájaros, allí me habilitó al juego como ninguno. Pero también, Cortázar, Neruda, Pessoa,  Arlt, Discépolo… difícil elegir tres…

LLTV: ¿Último libro que leíste?
FA: El hombre que está solo y espera, de Scalabrini Ortiz, me convocaron para escribir una obra sobre su vida.  En eso estoy.

LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué?
FA: Por jugar a la respuesta digo: Final del Juego de Julio Cortázar, creo que ahí me hundí para siempre en ese gran Sillón  de Continuidad de los Parques, que es para mí  la literatura. Pero son muchos los libros que me marcaron. Desde La poética de Aristotes, pasando por Edipo,  las nubes de Aristófanes, Las ranas, Pavlovsy  su poética para mi indisoluble de mi escritura, las poesías de mi padre, Las Historias para ser contadas de Dragún, Terrenal de mi maestro  Kartún, Gambaro,  y otra vez Discépolo, siempre Discépolo en mí. Soy como una gran casa construida con esos libros como ladrillos, si quito uno se derrumban en mi memoria todos los otros trayéndolos hasta esta respuesta. 

 LLTV: ¿En qué circunstancias escribís?
FA: Escribo cuando manda el personaje. Si estoy en casa en mi escritorio, o en la mesa de la cocina. También me gustan ciertas bares escribir entre el bullicio de la gente. Los mejores lugares son aquellos en contacto con la naturaleza. Si no tengo papel a mano, me dejo mensajes de audio, antes llamaba a mi propia casa y dejaba mensajes en el contestador, no es bueno confiar en la memoria, generalmente uno se olvida, como pasa cuando los sueños, que al despertar recordás nítidamente pero al pasar las horas se pixela hasta el olvido.


LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a tomar un café, y por qué?
FA: Creo que ya tomé café con todos los personajes de mis obras hasta el insomnio rotundo. También he dormido con la mayoría de ellos! He tenido romance con algunos, me he peleado hasta el cansancio con otros. Pero ninguno de ellos puede rezongar que no los he escuchado. No hice otra cosa.  No quisiera tomar un café con ninguno hasta por lo menos dentro de cincuenta años,  cuando yo vieja y ellos todavía jóvenes me escuchen un poco a mí para emparejar un poco este partido.

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a comer en tu casa dispuesta a divertirte y pasar un buen momento, y por qué?
FA: Si pedimos comida hecha, a casi todos.  Pero por favor que no me pidan que cocine. A Don Genaro de Las Enseñanzas de Don Juan, aún no leí ese libro, tal vez le pediría que me lo cuente. Por él mi hijo lleva su nombre como una elección intuitiva, pero sé que tiene mucho para enseñarme.  

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?
FA: Los malos libros son como los malos amores, ¿para qué recordarlos? Aunque todos te dejan siempre algo, la experiencia. El reafirmar el camino elegido, no se puede andar siempre de acierto en acierto, la vida es la combinación delicada entre  las expectativas y la realidad. Cuando se tiene mucha imaginación ya lo dice Woody Allen es más difícil ser feliz y no sentirse defraudada, pero no sería un problema del libro, ni del amor.

LLTV: ¿Qué cosa es lo que más te sorprende de la humanidad?
FA: La humanidad es algo más grande que yo, no la abarco. ¿Dónde está la humanidad? No la vi nunca, no sé qué es. No sé qué es ser humano. Me lo pregunto pero no encuentro aún la respuesta. Tal vez por eso escribo. Sé que estamos arrojados acá en esto que llamamos mundo, que llamamos humanidad, que llamamos universo, que llamamos vida, que llamamos realidad y nos creímos que es verdad y vivimos con ansias de poder como si eso realmente significaría algo en la eternidad. No sabemos de qué se trata este milagro, no sabemos por qué estamos acá, pero nos suscribimos a un dios que pagamos mensualmente para garantizar nuestra fe. No sabemos nada. El arte viene a recordarnos que no sabemos nada, que somos efímeros, o tal vez no. Quién sabe.
  
LLTV: ¿Cuándo comenzaste a escribir? Qué recordás de lo primero que escribiste?
Empecé de muy pequeña.  Era un juego. Empecé sin querer queriendo imitando los versos de los poetas que leía. Luego escribí teatro  imitando también la estructura : dos puntos guión, paréntesis….

LLTV: ¿Porqué escribir teatro? ¿Qué es lo que te atrae de ese mundo?
No lo sé muy bien. Tal vez porque los personajes, todos, son distintas partes de mí ser, y  la obra teatral me permite ponerlas a dialogar entre sí. Escribir teatro puede mirarse como una conversación muy íntima conmigo misma. Además luego de la escritura viene la puesta en escena con otros eso, más allá del resultado,  me apasiona porque genera encuentros más o menos reales. Ya no soy yo sola,  hay otros, aunque eso no es siempre fácil. Luego viene el encuentro con el público,  que tampoco suele ser fácil, pero es apasionante.

LLTV: ¿Qué le dirías sobre Molinete Conventillo a una persona que te va a leer por primera vez?
Guardaría silencio para no interrumpirla.

LLTV: Si tuvieras que describir Moliente Conventillo: ¿Con un color, con una palabra, Con una persona, O  con un lugar?
Molinete conventillo tiene el color del cielo que cambia con el clima de acuerdo la página, de acuerdo la hora, de acuerdo la latitud en la que se encuentre el lector. Molinete conventillo es la palabra Abecedario, contiene lo necesario para que combinadas se conformen las palabras en la pupila del lector, según qué párrafo, según que verso, según que didascálica. Molinete Conventillo tiene tantos nombres y apellidos como cantidad de lectores tenga, y son tantos sitios según los lugares donde se abra sus tapas como puertas. Porque si el color está en el ojo, el arte está en el espíritu del que completa la incompletud del hecho artístico. Que he escrito a penas lo sé, ahora que es lo que el lector, espectador recibe, he allí lo imposible, la magia de la paradoja, el telón que se levanta eternamente, la pérdida, la distancia, lo indescriptible, allí el milagro de la comunicación.

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