Un
crimen premeditado
Hace
años ya, cayó en mis manos un libro, no sé cómo ni por quién llegó a mí. Pero
ese libro fue de aquellos que me interpeló: “Ferdydurke”, de Witold Gombrowitcz
.
Esta novela rezuma desfachatez y encanto, farsa y esperpento. También es una reflexión sobre la manifestación (para el autor “la Forma”) de lo humano. Ese libro lo presté, que es lo mismo que decir lo arrojé al mundo (primera reflexión: los libros no se prestan; segunda reflexión: el espíritu gombrowitcziano se inoculó en mí y es por ello, que como vampiro-lector, lo presté).
Esta novela rezuma desfachatez y encanto, farsa y esperpento. También es una reflexión sobre la manifestación (para el autor “la Forma”) de lo humano. Ese libro lo presté, que es lo mismo que decir lo arrojé al mundo (primera reflexión: los libros no se prestan; segunda reflexión: el espíritu gombrowitcziano se inoculó en mí y es por ello, que como vampiro-lector, lo presté).
“Bacacay.
Un crimen premeditado” posee una buena dosis de ese espíritu burlón, un tanto
solapado, rebelde y decadente a la vez, de Gombrowitcz.
El
juez H presenta a la audiencia uno de sus casos más extraños. Cuenta que, dirigiéndose
a visitar al señor X, su amigo, con el propósito de resolver algunos inconvenientes
que éste tenía con sus propiedades, se entera que el señor X ha fallecido. Por
causas naturales, según opinión de familiares y servidumbre, pero el juez H
está convencido que su amigo ha sido asesinado. A ésta deducción llega al
observar el raro comportamiento de todos en esa casa. El juez H no se detendrá
en su investigación hasta descubrir qué fue lo que sucedió.
Mezcla
de policial surrealista y patafísico, el estrambótico relato de los sucesos, sus
extravagantes peripecias mantienen un ritmo sostenido en lo que se narra. Con
buenas actuaciones de todo el elenco, sobresale Julieta Raponi en la construcción
de la desopilante hija del señor X.
Los
dispositivos escenográficos móviles, construyen y develan sucesos y motivaciones.
Buena es la dirección de Adrián Blanco. Un homenaje sarcásticamente merecido a
la obra de Witoldo (así lo llamaban los amigos que hizo en estas tierras) Ese
polaco loco que escanció unas cuantas copas en nuestro Buenos Aires querido.
Elenco: Fito Yanelli, Mario Frías,
Gabriela Ramos, Eva Matarazzo, Julieta
Raponi, Ariel Haal.
Luces: Sergio Iriarte
Vestuario: Milena Amado
Escenografía: Adrián Blanco
Dirección: Adrián Blanco
Viernes 20:30 Hs. En El Portón de
Sanchez.
Sánchez de Bustamante 1034 CABA
Crítica: Gustavo Oviedo
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