sábado, 15 de noviembre de 2014

CRÍTICA TEATRAL A LA OBRA "LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS" Por GUIDO FACILE




En una pensión de algún punto del Reino Unido se vive la trama de esta “fiesta”. Es una casa sajona. Meg y Petey son el matrimonio propietario del hostal. En ella se aloja un único inquilino, el joven Stanley. “Stany”, renuente al pegoteo entre maternal y acosador de Meg, vive la suerte de quien come, duerme y busca trabajo. Su sosiego se dará de bruces con el comentario de unos supuestos “nuevos inquilinos”. Algo aflora que es de otro tiempo. Meg será el gallito ciego de la trama, al igual que la joven y provocativa Lulú.

Lo que parece, no es. La propietaria convoca a los nuevos inquilinos a la “fiesta de cumpleaños” de Stanley. De muy buen agrado, Goldberg y Mccan dan rienda suelta a su plan. Es una celebración bastante particular. Curiosamente, el anciano Petey prefiere ocuparse de sus asuntos. Y Stanley está allí, encadenado en la silla…la fiesta es en “su honor”, y no puede irse porque se va a encontrar con la quejumbrosa demanda de Meg, o peor aún, la mano pesada de Mccan.
El joven verá pasar la fiesta, el licor, el humo espeso y la irrefrenable sensualidad de la joven Lulú…

Así nos deleita la amenaza constante. Algo en común tienen estos tipos….pero está escondido, y da a la fiesta aún más morbo, más absurdidad. Las miradas van a ser diversas, los secretos pululan entre los tragos y los desvaríos de la fiesta.
En este plano, oscuro, hay algo tan simple como una celebración; y a su vez simbólico, “una fiesta”, que transcurre, arrastra las horas con algo ominoso, que no tiene palabra…Stanley sabe la intención que subyace a los “inquilinos”.

Pinter nos acostumbra a esta tensión. Único al momento de poner delante de nuestros ojos lo absurdo de muchas relaciones, también nos invita a perdernos dentro del laberinto. Este contraste entre el convencionalismo y su apariencia, siempre tienen lo impredecible en el fondo. Obras como “El cuidador”, “El montaplatos”, “Una noche de juerga”, nos relatan también díadas o tríadas de personajes donde de alguna manera algo pasa al acto y derrama la verdad.

No es suspenso…o es el suspenso ya instalado, continuo, rodeado de la vida sajona “normal”. Algo de esto podemos ver en “The Servant” película de Joseph Losey   (1962), donde fue Harold Pinter parte fundamental de la confección del guión.



La fiesta de Cumpleaños”, obra impecable, atrapante, con una ambientación maravillosa y un gran elenco, cuya performance está muy a la altura del mundillo del dramaturgo, sin apoquinar sensualidad y emoción en cada segundo.

La obra se presenta en un espacio bellísimo, que se llama Teatro Hasta Trilce, ubicado en Maza 177 CABA.
La fiesta de Cumpleaños” de Harold Pinter. Teatro Hasta TrilceDomingos 20:30 hs.

Elenco/ Ficha Técnica:
La fiesta de Cumpleaños” de Harold Pinter
Stanley: Anibal Brito
Meg: Marita Llorens
Petey: Alejandro Cardozo
Goldberg: Julio Pallares
Mccan: Ariel Morosin
Lulú: Rocío Ambrosoni
Vestuario: Anahí Fernando/ Asistente de Vestuario: Cecilia Jazmín / Realización escenográfica: Antonio Regueiro / Diseño de luces: Damián Monzón / Música original y diseño sonoro: Matías Niebur y Nicolás Bari / Diseño gráfico: Eduardo Cazaubon / Fotografía: Ignacio Salinas / Maquillaje: Atina del Valle / Prensa: Silvina Pizarro
Asistente de dirección: Mariano Basile / Producción ejecutiva: María Eugenia Lombardi
Dirección: Marina Kryzczuk
Traducción: Rafael Spregelburd


Crítica de Guido Facile


3 comentarios:

  1. Perfecta la puesta. La tension entre el absurdo y lo ominoso. Impecable actuacion especialmente de Marita LLorens y de Pallares. El espacio Hasta TRilce un placer.

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