Casandra está insolada – Dir.: Sabrina Marcantonio
Versión libre de Agamenón de Esquilo
“Pueda
mi mano, en fin, tomar la muy amada
del
dueño de esta casa cuando regrese: el resto será mejor callárselo.
Tengo
sobre mi lengua un gran buey.
Quien
podría de manera más clara explicar lo ocurrido
fuera
el propio palacio si voz cobrase.
Yo
hablo para quien sabe, pero frente a quien todo ignore
De
nada he de acordarme.”
Guardián
(vv. 33-39)
Agamenón
La
vuelta del héroe. La autoridad se baja de su carro triunfal, sacude el polvo de
sus botas, agradecido de su suerte, pletórico de loas. Agamenón vuelve a su
hogar, gente expectante lo espera con brazos abiertos…y lenguas afiladas.
Vuelve con un recado, fruto de su extensa travesía: Casandra, la profetisa hija
de Príamo. Desdichada, la joven yerra en desencuentros con quienes la van a
recibir. La dama del hogar, Clitemnestra, de mal gusto soporta esta llegada de
la “intrusa”, no sin antes escenificar el amor y el odio contenido hacia su
marido Agamenón. Un varón cercano al señor, ha amancebado a la dama en su
soledad. Es Egisto, primo del señor, quien subrepticiamente conjuró con la dama
una sorpresiva bienvenida.
Hogar
fastuoso, acomodado, donde la voz de la autoridad no roe los excesos. Bebidas
finas, juegos, goces…Empero hay una gota de vinagre en este odre: la fe ciega
de Casandra en sus augurios. Algo oscuro se avecina. Ella sabe lo que viene,
pero queda a la vera de su nuevo dueño. Agamenón, impertérrito, sostiene el
derecho de la nueva criada en este hogar hostil. Egisto se prepara,
Clitemnestra afila sus garras…
La
versión libre del clásico de Esquilo, el “primer trágico”, reubica la historia
en un hogar moderno, pleno de comodidad, propio de acaudalados. Agamenón vuelve
de un largo viaje de negocios, sin llamas de Hefestos que lo anuncien ni
heraldos de naufragios supervivientes. Pero es él, macho inquebrantable que
vuelve para gozar las veleidades de su hogar. Al cruce de este displicente
señor, Clitemnestra, su mujer, juega con dos caras: la que le otorga el poder
de ser su señora, aún aherrojada al fuego que los conminó al matrimonio; y otra
cara, la deseosa de venganza, la de leona que quiere reivindicar la muerte de
su hija Ifigenia en circunstancias dudosas. Partícipe de la estratagema de
venganza está Egisto, quien arrastra una querella familiar con el señor que aún
no ha mermado.
Todo
marcha, salvo por Casandra, diáfana en sus decires, quien blandirá hojas de
premoniciones por los aires. Agamenón no la escucha, Clitemnestra y Egisto
deben silenciarla…¿cómo? El descrédito: “Casandra está insolada”. La “enferma”
y “delirante” joven será el eje de la obra. Así el destino trágico se consume,
sin reparos en Apolo ni en oráculos de Delfos.
La
obra de Esquilo, relata el retorno y el crimen que acaecen en la casa real.
Agamenón, hijo de Atreo de Micenas y de la reina Aérope, parte a Troya como
comandante en jefe de la escuadra griega junto a su hermano Menelao. A su
vuelta, sucederá uno de los hechos más representativos de la tragedia clásica.
La obra es parte de la única trilogía completa que ha llegado del autor. En las
contiendas teatrales helénicas los dramaturgos presentaban un bloque de tres
tragedias y una obra satírica (comedia). La Orestía , conformada por Agamenón, Las
Coéforas y Las Euménides, fue ganadora del certamen en 458 A .C. A diferencia de la
poesía hexamétrica Hesiódica u Homérica, Esquilo escribe en verso de manera que
desarrolla una acción puesta en escena (drama significa acción),
que remite a hechos heroicos y míticos del pasado, por lo cual es considerado
(no sin tener antecedentes fragmentarios) el primero de los tres trágicos
canónicos, seguido por Sófocles y Eurípides. La “tragedia” que deriva de
“tragos”, macho cabrío, era un canto que se ofrecía en el altar de Dionisio,
dios de la alteridad y la transformación. Estas se presentaban en disputas,
análogas a competencias atléticas donde el ganador era distinguido y ofrecía el
sacrificio del cabrón al dios y la ciudad. Las obras presentaban un coro que
relataba imparcialmente las vicisitudes de la historia, un protagonista, y un
deuteragonista quienes sostenían un conflicto. En estas irreconciliables
diferencias se hallaba la armonía de la obra. Agamenón incorpora un
tritagonista, que corresponde a Casandra o Egisto.
Al
igual que las demás piezas, el destino trágico, inexorable, se ciñe sobre el
hogar de los átridas. Atreo tortura y ultima al padre de Egisto; Agamenón
ofrece para el favor de Artemis en su campaña bélica el sacrificio de su hija
Ifigenia : “Grave sino no obedecer, pero grave a una hija, el orgullo de mi
casa, degollar manchando mis manos en chorro brotado de una virgen moribunda.
¿Hay algo que esté libre de males? ¿Cómo escapo a la escuadra dejando a mis
aliados? Lícito es desear con ansia el sacrificio que amanse al viento con virginal
sangre. ¡Para bien sea!” (vv.205-217). Clitemnestra, hija de Tindáreo y
Leda, deseosa de venganza prepara junto a Egisto su plan. Casandra, hija de
Príamo, rey vencido de una ciudad pulverizada por el “rapto” de Helena a manos
de Paris, es similar a un botín de guerra. Cada historia contiene una lógica
para su desenlace trágico, justificable por las intervenciones del Olimpo. El
final de Agamenón, se articula con Las Coéforas y Las
Euménides, donde la historia de venganza vuelve a acechar teniendo como
protagonista a Orestes, hijo del fallecido rey.
Estas
pequeñas viñetas sobre el autor acompañan mis intenciones de describir la obra Casandra
está insolada. Es una muy original adaptación, sutil a la hora de plantear
similitudes y diferencias con el clásico; llena de emoción gracias a un elenco
que deja todo, paso a paso, parlamento a parlamento. Hay risa, hay tristeza,
hay ironía, hay de todo. Un placer ver el compromiso de una puesta en escena
que reivindique la obra clásica de una forma coloquial y novedosa. Esto es
teatro. Casandra está insolada demuestra que un drama de dos mil
cuatrocientos años atrás tiene infinitas posibilidades de contarnos los límites
del entendimiento y el sentir humanos.
Casandra está insolada se presenta los
Viernes 21 hs. En El Piso, teatro y afines, Hidalgo 878 CABA.
Ficha
técnica
Elenco: Julian
Castro (Egisto)
Florencia Colace (Casandra)
Ayelén Duniec (Clitemnestra)
Franco Planel (Agamenón)
Música
original: Rodrigo Alcaraz / Escenografía y vestuario: Casandra está
insolada / Diseño gráfico: Margarita Cubino / Diseño de Iluminación:
Marcos Ribas / Prensa: Carolina Reznik / Asistencia de Dirección:
Marianela Follonier / Dramaturgia y Dirección: Sabrina Marcantonio.
Crítica realizada por Guido Facile
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