Pessoa, escrito en su nombre – Dir.: Alfredo Martín
Corre 1935. En alguna taberna del más
allá, un maestro tuberculoso irrita con sus decires a desentendidos bebedores.
Otro, de humor mendaz, tira colillas por una ventana. Un médico se burla de
pueriles aventuras con remembranzas helénicas. Aburridos del discurso, se
disponen a perderse, no sin antes mirarse fijamente. Cada uno se lleva un trozo
del mapa, con sus propias coordenadas, unidos por su lado incompleto. Una tarde
de noviembre, la sociedad de estos poetas inicia un viaje eterno.
En 1888 nace en Lisboa Fernando
Antonio Nogueira Pessoa, hijo de Joaquim de Seabra Pessoa y María Madalena
Pinheiro Nogueira. A los cinco años perderá a su padre, y poco después asistirá
a las segundas nupcias de su madre. La vida lo traslada a Durban, en Sudáfrica,
donde inicia sus estudios primarios. Su educación sajona perpetuará en él un
deleite por las letras inglesas, lo que empuja a este joven a recorrer el
camino de la creación literaria. Luego de graduarse con honores en cada
instituto al que accedió, retorna a su ciudad natal en 1905. Gracias a su
manejo del idioma inglés, se incorpora a la función pública como corresponsal
extranjero, además de dedicar su tiempo al periodismo y a la traducción de
obras inglesas al portugués. La vida lo encontrará con Ofelia Queiróz, una
joven menor que él, con quien mantendrá una escueta relación, interrumpida por
las extravagancias del poeta. A raíz de un cálculo biliar, consecuencia de su
excesiva ingesta de alcohol, muere el 30 de Noviembre de 1935.
Pessoa, escritor sin parangón en la
historia de Portugal, amante de las letras inglesas, poeta introspectivo,
aislado, controversial, nos legó una extensa obra en su corta vida. En su
mayoría, fue editada de manera póstuma, salvo sus obras de poemas y sonetos en
inglés, y el poema Mensagem. Uno de los elementos que ha cosechado
mayor curiosidad respecto a su estilo, corresponde a sus personajes
fantásticos, denominados heterónimos. De sus setenta y dos
heterónimos (aproximadamente), son cuatro los de renombre en su obra: un
misterioso poeta filósofo llamado Alberto Caeiro; Álvaro de Campos, un
ingeniero nihilista; el doctor Ricardo Reis; y el escritor Bernardo Soares.
Cada uno con sus particularidades,
los heterónimos funcionan como piezas del repertorio fantástico de Pessoa.
Encarnan una mirada sobre el quehacer poético y reflejan diferentes
aprehensiones sobre la vida. Éstos dialogan entre sí, y hasta polemizan con
Pessoa. Por fuera de su manipulación ficcional, el poeta les da vida a estos
personajes en su vida pública e íntima. En alguna ocasión, durante su
intercambio epistolar con Ofelia, la joven le hace saber que odia a Álvaro de
Campos, debido a que éste heterónimo (un ingeniero homosexual nihilista) la
rechaza de manera vehemente (Pessoa llegó a firmar cartas con el nombre de dicho
heterónimo). Sin excederse del marco de esta reseña, es preciso destacar que
Pessoa, atomizado en personajes ficticios (que hablan por sí mismos, y que
tienen fecha de natalicio y muerte), disimuló el asilamiento desde niño
utilizando estas creaciones, quizás para morigerar el encuentro con una nueva
familia. Desde pequeño, sus heterónimos fortalecieron un auto-diálogo, que poco
a poco fue tamizado y pulido con intenciones poéticas. La “realidad”,
doblemente ficcionalizada, se aísla en el vivir de estas almas fantásticas,
cada una con sus propios dilemas. Alberto Caeiro, a quien Pessoa lo apoda “el
maestro”, es un campesino sin instrucción formal, pero con una sólida capacidad
reflexiva y poética, que pregona una suerte de paganismo refractáreo a la metafísica.
Muerto joven por tuberculosis, es uno de los heterónimos que abultan su legado
poético. Otro caso es el de Ricardo Reis, médico, el cual se exilia en Brasil
por cuestiones políticas. Él es un conservador nato que reivindica ideales de
antaño, que intuye la razón en la proporción y la disciplina; y que recita
versos clásicos de Homero y de Píndaro.
Otra curiosidad es el afán de Pessoa
por la astrología y las organizaciones iniciáticas. En ocasiones defendió
públicamente a los Rosacruces y la masonería, tomando distancia de la
institución católica. A su vez, conoció al renombrado ocultista Aleister
Crowley, con quien mantuvo una estrecha relación.
Esta breve introducción nos permite
acercarnos a la propuesta del dramaturgo Alfredo Martín. Pessoa significa en
portugués “persona”. Un sujeto inicia su aventura en la vida encadenado a un
pivote: un nombre. Él es persona, alguien…algo que se eyecta de sus palabras.
Pessoa es una pluralidad de seres con rostro y lengua propia. Así toman vida
los heterónimos, que a él subsisten.
La magistral pieza nos involucra en
los diálogos que el poeta mantiene con sus personajes. Pessoa, minusválido por
su precaria salud, se encuentra bajo el cuidado de Isabel, una joven enfermera.
En su habitación desfilarán los seres significativos en su vida: el poético
Caeiro, el nihilista y reflexivo De Campos, Ofelia y el horaciano Reis. La obra
le da cuerpo a estos personajes, a estos pensamientos desdoblados del poeta, al
punto de ser ajenos, autónomos…
Pessoa, escrito en su nombre es una apuesta sublime, que
transporta las vicisitudes de estos seres a nuestra piel gracias a un elenco
excelente que nos roba la atención a lo largo de toda la obra.
Los nombres de Pessoa son varios.
Quizás para el poeta la palabra “vivir” haya sido particularmente amplia y
diversa. Muerto, aún tiene como elegir para contarnos su historia.
Pessoa, escrito en su nombre se presenta los Viernes 22:30
hs en Teatro Andamio 90, Paraná 660 CABA
Ficha técnica:
Elenco: Marcelo Bucossi (Fernando Pessoa)
Dolores Pérez Demaría (Isabel)
Leonel Dolara (Álvaro de Campos)
Mariano Scovenna ( Alberto Caeiro)
Daniel Begino (Ricardo Reis)
Lorena Szekely (Ofelia Queiróz)
Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova / Asistente
de escenografía: Isabel Gual / Diseño de sonido: Mariano
Schneier / Vestuario: Jessica Menéndez / Fotografía:
Sol Atta / Diseño gráfico: Gustavo Reverdito / Prensa:
Silvina Pizarro / Asistente de Dirección: Cinthia Demarco / Dramaturgia
y dirección: Alfredo Martín
Crítica realizada por Guido Facile
Muchas gracias por la reseña crítica Guido Facile. Para nosotros es un placer poder hacer esta obra, sumergiéndonos en cada función en el mágico universo de Fernando Pessoa. Saludos!
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