Le Corviné
Casi
en mil novecientos cuarenta, un polaco delirante que pasaría veinte años de su
vida vagando por Buenos Aires y sus alrededores, escribió una obra de teatro
llamada Yvonne, Princesa de Borgoña. No fue hasta hace muy pocos años que
Witold Gombrowicz (el polaco en cuestión) fue reivindicado y estudiado en
nuestro país como se lo merece. Su estilo burlón, irreverente, caprichoso y
provocador hizo que la crítica no le reconociera su lugar en la historia de la
literatura. O quizás su mirada sobre el mundo, su opinión sobre Borges,
su homosexualidad.
Hoy
es otra historia, muchos de sus libros pueden conseguirse fácilmente y hasta se
organiza en esta ciudad un Congreso en su nombre (www.congresogombrowicz.com).
Este resurgir gombrowiano tiene también como devenir a Le Corviné, una obra que
los Sábados a las 22:00 se da en Espacio Aguirre (Aguirre 1270) con la
Dirección de Braian Alonso. Un elenco muy joven da vida a este texto, con algunas
decisiones de puesta que revisan y reescriben este texto en una clave que este
humilde observador no pudo terminar de interpretar cabalmente. Pero aun así,
muestran un despliegue muy intenso de actuaciones (cercanas a un tratamiento
más clownesco que naturalista) que inyectan constantemente intensidad y colores
en la obra. Lo primero a destacar, yo creo, es el trabajo que este grupo de
actores y actrices entregan a lo largo de la pieza.
La
puesta pareciera estructurarse alrededor de lo falso, hace acordar al
imaginario de Tim Burton en esa sensibilidad roja y negra que tanto lo
caracteriza en, por ejemplo, Alicia en el País de las Maravillas. El
vestuario, los maquillajes, las actuaciones, la música, todo subraya el
artificio que el texto implica: ya que la obra cuenta la historia de un joven
príncipe (bellamente interpretado por Julián Cardoso) al que las formas
asignadas a su Majestad lo aburren. Se pregunta al principio de la pieza cuál
es la ley que le obliga a esposar mujeres bellas y seductoras, y sólo para
provocar a sus padres elige a la más fea (Yvonne, la muda) y se casa con ella.
Esto genera un escándalo en la decadente corte y produce un simbronazo con
resultados inesperados para el Rey Ignacio y la Reina Margarita y también para
el Chambelán (sirviente y confesor del príncipe) que interpreta con mucha
gracia Germán Rodriguez Estraviz. Por momentos, expresionista, la puesta
redunda en el carácter artificial del comportamiento de la corte con una gran
serie de recursos y efectos, algunos más afortunados que otros. Durante la obra
le entran a uno ganas de que a esos personajes tan artificiales pudiera
sucederles algo que los desestabilice, como bien sucede en el texto y la puesta
de Alonso pareciera haber dejado de lado.
Pero
es sólo una opinión, que no es la única, ya que la sala de Aguirre el día del
estreno estuvo colmada de gente que aplaudió de pie y agradeció el viaje
delirante que la compañía Pablito no Clavó Nada ofreció para su deleite. Le
Corviné es una oportunidad para descubrir el trabajo de Gombrowicz, al que
todavía hoy muchas personas desconocen.
Ficha Técnica:
Interpretes:
Natalia Lisotto, Malen Sposito, Florentina Messina, Rosario Ibarra, Juan Pablo
Ruiz, Romina Trigo, Julián Cardoso, Germán Rodríguez Estraviz
Dirección:
Braian Alonso
Autor:
Juan Pablo Ruiz
Vestuario:
Virginia Vega, Tamarindo Vestuario, Josefina Tarquini
Crítica: Mariano Rapetti
Crítica:
Mariano Rapetti.
Escenografía:
Adriana Baldani
No hay comentarios:
Publicar un comentario