LLTV: Los tres libros más
importantes que hayas leído o que mayormente te constituyeron como persona.
ME: Apenas había aprendido a
leer, mi mamá me regaló La
Cabaña del Tío Tom y Mujercitas.
Elegí primero La Cabaña del Tío Tom,
por las ilustraciones. Me costó mucho leer todo el libro y no sé cuánto tiempo
me llevó, pero quedó grabado en mi memoria. La desgarradora historia de la
esclavitud, que era algo desconocido para mi corta vida, me sensibilizó
completamente. Soñaba con ese hombre escapando, saltando charcos. A lo largo de
mi vida, el tema del sometimiento esclavo en todas sus formas me sigue
provocando de la misma forma. Cando cumplí dieciocho años, una amiga me regaló
el libro Poemas de Otros, de Mario
Benedetti. Yo no lo conocía. Recuerdo que me dijo que lo cuidara porque no se
conseguía en librerías. Era el año 1976 y el autor uruguayo estaba
prohibidísimo por la dictadura. Tanto amé ese libro que aprendí todos los
poemas de memoria y los recitaba en cuanta reunión podía. Soy hija de una gran
escritora, Raquel Guidi. Desde chica compartí con ella su mundo literario. Su
primer libro Poemas Emancipados,
publicado por el Fondo Nacional de las Artes, fue también mi primer libro de
poemas. Yo tenía trece años y estuve en su presentación con dos poesías, Vestido obrero y Vestido de fiesta. Nunca escribí poesía, pero leí mucho con ella y
mi estilo de escritura teatral tiene claramente la impronta poética.
LLTV: ¿Último libro que
leíste?
ME: Hace muy poquito volví a leer El diario de Adán y Eva, de Mark Twain.
Lo había leído hace mucho y me reencontré con esos textos hermosos viendo la
obra.
LLTV: ¿Qué libro te marcó
algo para siempre y por qué?
ME: GAIA. Una nueva visión
de la vida sobre la tierra, de J. Lovelock. Un libro que explica
una teoría sobre los mecanismos de regulación a nivel planetario. Yo estaba
terminando mi licenciatura en biología. Esta teoría tiene casi cuarenta años, así que ya no es
nueva. En ese momento, me permitió aclarar e integrar lo que venía estudiando.
No es una obra literaria, pero vale, porque también tiene que ver conmigo.
LLTV: ¿En qué circunstancias
escribís?
ME: Escribo cuando tengo una motivación concreta. Todavía no me
considero de esos escritores que andan capturando imágenes por la vida con su
libreta de anotaciones. Creo que me falta para eso. No siento que sea una
escritora de oficio. Pero claramente, siempre que escribí algo, fue porque la
provocación estaba presente, ya sea como una hipótesis de trabajo, una
investigación o una práctica de taller. Hay una fuerza generadora que hace que
empiece a escribir y no quiera parar.
LLTV: ¿A qué personaje de
qué libro invitarías a tomar un café, y por qué?
ME: Invitaría a Don Quijote y dejaría que me cuente todas sus
aventuras con lujo de detalles. Yo, muda.
LLTV: ¿A qué personaje
de qué libro invitarías a comer en tu casa dispuesta a divertirte y pasar un
buen momento, y por qué?
ME: Madame Bovary. Hablaríamos de aventuras amorosas y ella estaría menos
atormentada.
LLTV: ¿Recordás qué libro te
generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?
ME: Ensayo sobre la lucidez de Saramago. Había leído Ensayo
sobre la ceguera y había quedado impactada por su estilo de escritura
transgresora y atrapante. Acto seguido, El
evangelio según Jesucristo. Y no me pasó lo mismo. Tal vez yo no estaba muy
lúcida. Debería darle otra oportunidad.
LLTV: ¿Qué cosa es lo que
más te sorprende de la humanidad?
ME: Me sorprende la evolución, la capacidad de adaptación y el amplísimo
espectro de capacidades, para lo más noble o lo más oscuro y perverso. El bien
y el mal, todo en la misma especie. Los descubrimientos más asombrosos para
mejorar la vida, el amor infinito y la capacidad destructora sin límites. Todo
en uno, es mucho.
LLTV: “Entropía o el orden
de lo vano” es una obra tuya que está en cartel en el teatro Belisario, Av.
Corrientes 1624, CABA. ¿Con qué se va a encontrar quien asista a verla?
ME: Una historia cercana y bella. Una obra en donde se ve un gran
trabajo integral del equipo artístico. Dos actores muy talentosos, Belén
Fernández Díaz y Pablo Pieretti que se entregan al juego teatral. Ya hace un
par de funciones que empecé a sentir que la obra les pertenece a ellos. Cada
vez más, la miro con ojos de espectadora y no de autora y directora.
LLTV: ¿Cuánto tiempo lleva
en tu cabeza esta obra y cuál fue el disparador?
ME: Se había caído un proyecto
teatral y en él venía trabajando sobre la hipótesis de la mujer irrumpiendo el
pensamiento masculino. Ese fue el disparador, un proyecto frustrado fue la semilla
que dio lugar a Entropía o El Orden de lo Vano. Esto sucedió en octubre del año
pasado.
LLTV: ¿En qué otros
proyectos estás trabajando?
ME: Estoy trabajando en una versión libre de Tartufo de Moliere, que se
estrenará en octubre. Es una obra que tiene muchos cruces con la realidad
concreta a partir de un hecho ocurrido en 1975, pero que sostiene en toda su
extensión el espíritu de Moliere y la hipocresía de Tartufo. Además, estoy
trabajando como actriz en la obra Mis
Tres Hermanas. Sombra y Reflejo, de Marcelo Savignone, inspirada en Tres Hermanas de A. Chejov.
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