Un líder carismático (Un dictador), su doctrina
y sus dogmáticos. Cientos de ellos ocuparon el poder a través del tiempo
histórico y siempre la misma matriz de engaño, con diferentes vestimentas por
supuesto. Siempre, inexorablemente funciona ese perverso mecanismo de
manipulación.
Porque mandar, manda cualquiera, pero manipular
tu voluntad… eso es otra cosa. Quien suscribe ha visto los hilos del titiritero
muchas veces, en personas con o sin formación académica, hasta en individuos
cultos. La misma idiotez, el mismo fanatismo. Y no estamos hablando de pícaros
que medran, si no de aquellos movilizados por la fe. ¿En quién? En un líder. Y
en nombre de ese amor que más se parece al espanto, se han pisoteado algo más
que ilusiones…
Dos hermanas, Nora y Margot, han sido aisladas
en un confinamiento vigilado, observadas en su encierro, cuyo objeto es ser
quienes prueben los alimentos del líder, para comprobar si han sido
envenenados. Como en una suerte de cámara gesell las vigilan y contemplan, las
auscultan con ansia y curiosidad, cada gesto, cada palabra.
No son sujetos, son objeto: de estudio, de
castigo. También, de sádico deseo.
Allí están porque su padre las ofreció como
voluntarias, las sacrificó al régimen, suerte de Agamenón, ciego a todo aquello
que no esté en consonancia con la creencia, como si la política solo fuera una
teología solo comprendida por los conversos. Y las Noras y Margots del mundo
son el cordero de esa Quimera.
Nora es la de la fe ciega, inquebrantable, en la
razón del líder. Y Margot que si alguna vez creyó, hoy se asume en el engranaje
descartable de la maquinaria de poder. Las hermanas, probando el amargo bocado
de la vida ó la muerte, son mantenidas en una constante hambruna para que no se
nieguen a su tarea.
Un bocado, a todo o nada. Solo las sostiene su
imaginación y su memoria, sus más ricos alimentos en ésta, su hora aciaga. Y el
deseo, sal de la vida, de que todo cambie. Y todo cambiará para ellas, de modo
inesperado, en ambiguo sentido.
Buenas actuaciones hacen creíble ese mundo
opresivo. Interesante diseño escenográfico: el espacio carcelario demarcado con
líneas de leds y una ventana vidriada, configuran el dispositivo de vigilancia
y control. Correcta la dirección de Rubens Correa.
Elenco:
Romina Moretto, Alejandra Hollender, Fidel Vitale
Dramaturgia:
Pedro Gundesen
Escenografía:
Natalia Byrne, Aureliano Gentile
Vestuario:
Daira Gentile
Iluminación:
Leandra Rodriguez
Dirección:
Rubens Correa
Prensa: Silvina Pizarro
TEATRO DEL PUEBLO
Sábados 21 Hs.
Av. Roque Sáenz Peña 943 CABA
Crítica:
Gustavo Oviedo
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