lunes, 29 de abril de 2019

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL "UN ALMUERZO ARGENTINO"





                

                                       “La consigna para todo peronista, esté aislado
                                                                     o dentro de una organización, es contestar a
                                                                          una acción violenta con otra más violenta.
                                                                  Cuando uno de los nuestros caiga caerán cinco
                                                                                       de los de ellos!”
                                                                                                    (J. D. Perón / agosto 1955)


                                                                               “Viva el cáncer”  
                                                                                                         (grafitti anónimo 1952)


En 1952 yo era muy chico, un niño huraño, tímido, con una rebeldía tácita, con dudas, temores, certezas gelatinosas y muchas, muchas ganas de jugar, como un niño...con mis chiches.
Imagínense: nacido en la década de los ´60, en 1952 yo era muy chico.
También era muy observador.
Escuchaba a los adultos discutir, burlarse, pontificar, reírse, “cachar”, abrazarse. Ofensores vs. Ofendidos. Socarrones vs. Furiosos. Gritones vs. Masculladores. Más adelante comprendí que todo eso era algo así como… Civilización vs. Barbarie. A lo argentino. No me quedaba claro quién jugaba para cuál equipo.

La biblia y el calefón.
Entendí que los adultos eran unos niños grandes que se apasionaban con sus juegos y, a veces, sin querer (?), rompían sus juguetes. Y todo volvía a empezar de nuevo, como una gigante rueda en un parque de diversiones, una feria del ser niño argentino…

1952. En una casa de familia se festeja el compromiso de una de las hijas. Es domingo, se come pasta. Una familia peronista, con foto y altar incluídos. Los invitados: los tíos con sus hijos, todos antiperonistas.

Surgen entonces los brindis, las historias familiares, los reproches, lo que se debe callar, los gritos, las ofensas, los ferrocarriles, el oro en los bancos, el desprecio, etc. El regreso de una hija descarriada provoca un cisma; el prometido de la hija, un italiano picaflor y escondedor, incita a otra división.

Una deuda de juego del jefe de familia posibilita la aceptación de la hija deshonrosa, cuando ésta ofrece hacerse cargo de esa deuda y así salvar el negocio familiar. También la familia del hermano adversario aporta a la unión, condonando la deuda. La grieta en ese entonces, antes aún, también ahora.

Un almuerzo argentino” es una obra deliciosa en un espacio exquisito, un delicatesen para los sentidos del espectador. Actuaciones creativas y desopilantes, música en escena, canto, una puesta que jerarquiza las situaciones dramáticas. Un muy buen espectáculo, divertido, con lúdica alegría y correctamente elaborado. Como un buen almuerzo.

Ah…  hay empanadas y vino!
¿Acaso no estamos invitados a la fiesta?


ELENCO: Trinidad Asensio, Juan M. Charadia, Gabriela Dey, Amilcar Ferrero, Pablo Fetis, Nicole Kaplan, Federico Lozano, Melisa Omill, Guillermo Osuna, Horacio Pucheta, Lucila Rosende

VESTUARIO: Maricel Aguirre

DRAMATURGIA y DIRECCIÓN: Bernardo Cappa

Prensa: Mariano Casas Di Nardo



Teatro HASTA TRILCE
Domingos  13 HS
Maza 177  CABA


Crítica: Gustavo  Oviedo           





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