lunes, 29 de septiembre de 2014

VALORAR Por SOL FA




Admiro esa fuerza que tienes,
sobre las brasas de ese fuego
que dentro de tu estomago late,
tu respiración fluye hasta apagarlo
con el desafío que enfrenta saber,
que tú eres quien puede generarlo.

Admiro esa tenacidad donde sobre la quietud
que penetra la mirada ajena
tomas el poder de sus palabras,
aceptas verte real y en las debilidades
vuelcas la humildad de sentirme piel.

Admiro tu sensibilidad,
poesía que llega sorpresivamente sobre el aire
de tus pensamientos,
reglamento que no cumple ante la sociedad sus placeres,
pero sin duda el placer de sentirte creador en su fuego,
eso admiro. 

Admiro la fragilidad que mientes no tener,
y en ella paseas cuando de amor se trata.
Reflejo del desamparo que a veces sientes venir,
como poder no regalarte un abrazo, o un sinfín de miradas.

Admiro el poder de tu voz,
como en frases dibujadas adhieres en la brisa
que despierta al ruiseñor,
el palpitar de tus sueño y las fantasías,
desde allí transmutas para llegar más lejos.

Admiro esa energía que emanas,
se disfraza con una armadura a veces
y pienso donde puedes caer
y nada te detiene a pesar de las tormentas.

La carcajada de tu risa embiste
y ganas el saber, el aprender. 
 
Admiro tu alegría, que fortaleza premia tu magia,
en esa senda donde el golpe fue como adversidad
un peldaño quebrado,
desde la estructura donde el niño inocente
con la sabiduría vivida has luchado, admiro eso. 

Admiro conocerte o solo admirarte,
ante el espejo que la vida nos presenta,
deja que te muestre lo maravilloso que posees.
No juzgues, ni veas al defecto,
ellos están para mostrarte otra cosa.

Pero abre tus ojos, y empieza mirarte,
a observar donde posas tus pupilas,
 y pregúntate, ¿Qué estas viendo?

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