En un principio, parece que estamos en presencia
de unos personajes salidos de un film de Tarantino. Groseros, soeces,
atractivos, un tanto violentos, cínicos, de una gracia corrosiva. Pero no: son
bien nuestros.
Estos muchachos, capaces de pequeños y grandes
“negociados” (ojo que hablamos de negociados, no de negocios). Siempre están
donde se debe estar para estos asuntos: cerca de los que deciden, los que cortan
el bacalao. Para hacerles la vida fácil a unos pocos y de miseria a muchos.
Hablan de tabaco, de cigarrillos, de fumar, de
fuego, de cenizas, de humo invadiendo todas las cosas, de tamaño. El tamaño de
las cosas es lo que importa. La conversación los remita al pasado, a lo
iniciático de cada uno de ellos, al machismo mal entendido por mal aprendido,
al aprendizaje de la humillación, como doctrina y culto. Porque me la banco soy
macho. Y como tal, piso, escupo, denigro: la ley del gallinero. Más grandes ya,
subliman: hacen “negociados”. El mundo es aquello que está allí para tomarlo
por asalto, del cuello, usarlo, apropiarse de él. Violarlo.
Buenos muchachos.
El espacio: un micrófono, una tarima con una
notebook, banquetas, etc. todo se convierte en manos de los tres actores en
dispositivos precisos, cuasi minimalistas, potentes materiales del discurso
escénico. La luz, casi siempre fría, y la música, estridente, algunas veces
chirriante, otras sensualmente filosa, dan cuenta de este mundillo hostil.
La actuación es visceral y empuja el relato a
fuerza de acción, y de un texto plagado de un imaginario de cinismo y
degradación, que resuena acorde con muchas situaciones conocidas por estas
tierras.
La dirección de Guillermo Ghio es precisa y
propone una lúdica ominosidad.
El espectáculo nos invita a asistir como
espectadores, del juego abusivo y enloquecido de unos niños crueles, que una
vez crecidos juegan al juego que mejor saben y más les gusta: tomar la medida
de las cosas. Y de las personas.
Para luego usarlas y tirarlas.
Cómo es que se llaman esa especie de pilotos que
se usan y se tiran?
Buen espectáculo en un teatro cálido y acogedor.
ELENCO: Norberto Portal, Patricio Schwartz,
Pablo Turchi
DRAMATURGIA: Lautaro Vilo
VESTUARIO: Pheonia Veloz
ILUMINACIÓN: Omar Possemato
MÚSICA: Javier Estrin
DIRECCIÓN: Guillermo Guio
TEATRO EL ÓPALO Viernes 23 HS
JunÍn 380 CABA
Crítica: GUSTAVO OVIEDO
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