jueves, 23 de mayo de 2019

CRÍTICA A LA OBRA TEATRAL "LA PATADA DEL CAMELLO"




¿Qué hace el hombre cuando tiene un problema? 

La respuesta es sencilla, huye. Huimos de nuestros temores, de nuestros prejuicios... Y huir en esta obra, es el disparador del conflicto. Ellas huyen a un país exótico, si a Egipto. Cada vez que escapamos, buscamos respuestas necesarias para nuestra existencia. Yo cada vez que tengo un problema, recorro las calles de mi barrio enemistado con mis problemas y reflexiono conmigo mismo. Para mi es superador y calma a esas ideas locas que me acosan. 

Ellas huyen a otro país, a otra cultura, su propia realidad las ha superado. ¿Juzgarlas?. Desde mi humilde realidad te respondo, no son culpables de lo que les sucedió en la vida, son dos mortales como vos o como yo. ¿Acaso yo soy culpable de refugiarme en la soledad de esta ciudad que rompe corazones? No lo soy, entonces ¿las puedo juzgar a ellas por viajar? 

Egipto es una excusa, el viaje es encontrarse con uno, es encontrarse con su pasado para poder enfrentar el presente. Egipto es un viaje al interior de estas mujeres que encuentran malestar en la cultura. Y del malestar habla la obra, se plantea lo que es ser mujer en un universo machista y por eso las reivindica. Ellas dicen que no la pasaron bien en la estigmatización del rol femenino. Ellas creen que tienen suficiente potencial para poder igualarse a esa persona que lleva dos siglos sometiéndolas.

Si, por lo que te dije que  es una obra feminista y a mí me gusta cuando ellas toman la palabra y reniegan de su sometimiento y se rebelan a la inculcación cultural. 

Por suerte, ellas hablan y luchan por la igualdad, ¿Las podemos cuestionar?. La respuesta es no, tal vez a vos no te agrade por ser machista. Ellas enarbolan sus banderas y la sociedad proclama por la igualdad de género, como si las mujeres fueran algo diferente a los hombres. Poseen igual psiquismo que los aquellos que son el "sexo fuerte". Ellas tienen sueños, fantasías... Esas ganas locas de ser alguien en la vida, la vida no se les restringe a la procreación. Ellas buscan su camino y por eso enarbolan la bandera de la igualdad. Quieren ser algo más que un vientre. Por eso huyen, para reencontrarse en su rol femenino y para demostrarle al mundo que deben ser escuchadas. 

Este es el conflicto de estas dos heroínas que se buscan. Una consagrada, la otra la otra reprimida. Y ellas son parte de este entramado social, no son voces de segunda categoría. Ellas son, la historia busca darles identidad y por eso es necesaria esta obra porque habla de ellas, desde su pertenencia en el mundo y porque no de sus frustraciones. Ellas tienen sus ideales y yo un simple servidor al universo femenino, brindo por ello.

Al comenzar la crítica te dije que camino por los cien barrios porteños, ellas eligen la catarsis como elemento superador a su propia historia. Las historias de ellas no fueron fáciles, si lo miramos desde nuestra mirada podemos afirmar que todos tenemos un muerto en un placard. Ellas elijen a una desconocida. Y contarle sus desventuras en este mundo, hacen catarsis. A veces en la vida es más sencillo contarle a un desconocido. Sabes que no lo vas a ver nunca más. El anonimato da fuerza para hablar de nosotros. El otro se entera de lo que contamos y eso permite aliviar nuestra propia existencia. A mi pasa, que le cuento al psicólogo y dejo que él sea Dios inquisidor y es parte de mi vida. No es cuestión de ponerse moralista, cada uno sabe lo que le libera y yo soy un simple espectador de la vida ajena. 



“La patada del camello” te invita a entrar en el mundo de las mujeres, en su forma de narrar sus experiencias de vida. Es una obra psicoanalítica, aunque a mí la catarsis no me guste. Y al espectador lo indaga, le hace preguntar ¿Quién soy?, ¿Adónde voy?, ¿Qué hice de mi existencia? Interrogantes universales, el motor de la vida. Otro elemento que surge es el rol del varón desde la mirada femenina y no es muy halagador, pues claro llevamos años sometiéndolas y esa es la venganza de eso que llamamos "sexo débil".

Dos mujeres y un pasado pasado por agua. Dos heroínas, una Sofía González, una artista plástica consagrada y bisexual, como contrapartida esta Sandra Criolani, una mujer reprimida y tristemente casada con un hijo. Ellas solas en un avión cuentan sus peripecias de ser mujer. En este universo hay lugar para el varón, Federico Ferreyra, un azafato cholulo como una mujer que mira “Indiscreciones”. 

Aquí se invierten los roles y para mi es una jugada magistral de la obra. Si te cuento que el director es un hombre, te vas a caer de espalda, Ernesto Domínguez. A pesar de ser varón, entiende a las mujeres mejor que nadie y te toma de las manos para que ellas hablen de sus peripecias y de sus necesidades. Lo más logrado es que a pesar de contar bajezas de la vida, no te pega en el hígado. Todo se enuncia con total normalidad, como la vida misma. Y transcurre en un avión, pero bien podría ser el dialogo entre dos mujeres en una peluquería.

No puedo dejar mi fanatismo por el feminismo, y vos te me dirás que ellas han alcanzado igualdad, mi respuesta es no. Todavía son maltratadas por el macho cabrío, todavía son relegadas socialmente, laboralmente y culturalmente. 

¿Acaso el aborto legal, no es un derecho de elección de las mujer? No te pienso responder, pero la obra toma partido. Mirala y te vas a dar cuenta cual es el posicionamiento de Sofía González y de Sandra Criolani, dramaturgas de este culebrón feminista. 

Yo salí a la calle y camine sin rumbo, pensando cuál era “Patada del camello” y me sentí feliz.  

Crítica: José Marina

Ficha técnica

Autoras:
Sofía González y Sandra Criolani
Dirección:
Ernesto Domínguez
Elenco:
Sofía González, Sandra Criolani y Federico Ferreyra
Voces off:
Barbie Martínez, Martina Zalazar y Ernesto Domínguez
Música original:
Sebastián Lerena
Diseño de sonido:
Ernesto Domínguez
Diseño de iluminación:
Ernesto Domínguez
Escenografía:
Sabrina López Hovhannessian
Vestuario:
Sofía Isabel González y Sandra Criolani
Producción general:
Sofía Isabel González y Sandra Criolani
Arte gráfico:
Nahuel Lamoglia
Prensa y difusión:
Shirly Potaz


Todos los sábados a las 21hs 

Teatro:
El Método Kairós” 
Dirección: El Salvador 4530. C.A.B.A


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