“No sé lo que quiero, pero lo quiero ya…” gran canción de
Luca Podrán, si es grande porque descree el mundo actual. Y hay alguien que
recobra esa frase, con la finalidad de realizar una comedia musical, está
acorde a los tiempos que convivimos, vos o yo. Porque no agregar a esa vecina
que se convierte en tu memoria barrial. ¿‘Quién es ese hombre? Te lo digo sin
tapujos, Marcelo Caballero. Un gentilhombre que hace un recorrido de nuestra vida,
de vuestra sociedad. La realidad es que es in mundo de los jóvenes pero te
atrapa y eso que yo soy un viejo, tuve que recorrer mi propia historia y
llevarme a esa etapa que no pintaba canas y deshacer los prejuicios en la
puerta del teatro. Y Caballero me sedujo y su obra “No sé lo que quiero”, es un
golpe certero al corazón. Me enamore de la ansiedad de esos personajes que
luchan por sus sueños. Si el sueño es ansiolítico, estamos en presencia de una
obra teatral ansiolítica. A pesar de mis canas rejuvenecí unas cuantas épocas
al recordar mi ansiedad, si hay música y canciones mi corazón desolado se
enamora.
Entre en el juego de seducción que te propone una obra
artística, si hay movimiento y si hay acción, mucho mejor. En la butaca
Caballero me acosaba y me llevó a la esa época donde lo sueños no los relegaba,
jugué y fui feliz, me olvide de mi propia existencia. Esos personajes que
cantaban, me llevaron a esa época donde
mis sueños eran parte de mi vida. Ellos contaban bajo las luces de un escenario
desprovisto de escenografía. Al entrar apagué mi celular, para mí no es parte
de mi existencia, seguramente te preguntaras el por qué. La obra habla de eso,
y este joven director se pregunta en toda la obra porque esa mierda que
llamamos celular, nos digitaliza nuestra existencia Nos lleva a nuestros miedos, a nuestros
temores a nuestro sueños. Los prejuicios no están dejados de lado, como también
nuestros deseos, nuestras insatisfacciones que compartí con Marcelo
Caballero. Esas sensaciones son las
mías. Mirá y veras que son las tuyas. Todos tenemos miedo de quedarnos
incomunicados y la obra busca una respuesta filosófica de la vida que es adonde
vamos como sociedad La respuesta es
sencilla, estamos cibernetizados.
Hagamos un párate, y hablemos de ese universo que nos
propone esta obra “Lo quiero ya”, es ese universo digitalizado por esa cosa que
sirve para comunicarnos, y todos la usamos como agenda de nuestra existencia.
Esa cosa que nos marca la rutina de cada día. Ese elemento nos hace
ansiolíticos por recurrir a la inteligencia artificial Y esa memoria, es ese
elemento que llamamos celular. Aquí me quiero parar, al ver la obra pensaba en
“2001, odisea del espacio” de Stanley Kubrick, un mundo manejado por esa
memoria artificial Si bien esta obra no pretende ese nivel de cuestionamiento
social, es una crítica al universo en que nos movemos. Y si en esa película es
una pregunta a donde vamos como sociedad, Caballero también nos marca un rumbo
que es tan meritorio como aquella película.
Los personajes de esta obra son ansiolíticos, como la
canción que hicimos referencia al comienzo, buscando respuestas mundanas
mediante ese artefacto que nos comunica.
Las preguntas de los personajes son mundanas A ellos le suceden cosas como a vos, como a
mí. Problemas
cotidianos y sueño de cualquier persona normal. Sueños, fantasías, deseos hasta
sus necesidades lo expresan mediante el dialogo y las canciones de la obra. .
Para Marcelo Caballero la vida es una pelea por cumplir esos deseos.
La obra habla de un mundo frustrante Hay un mago que no
gana un carajo con sus animaciones, la frustración de una actriz que no
consigue un papel, como contrapartida esta la actriz que es acosada por un
productor para conseguir un papel. Además esta una profesora de yoga frustrada
que solo espera el amor. Muestra lo que podemos hacer para sostener una pareja
que se ha roto hace tiempo. Y está también ese joven que quiere realizar un hit
musical, y se tiene que conformar con ser empleado de un bar. A esta camada de
personajes se le suma esa mujer que vende ilusiones que no sirven para un nada. No podemos olvidar la labor de los médicos que
también necesitan dormir, están presentes. Todos ellos buscan ser felices, y
está el problema que es la mediatización de nuestras vidas.
En la obra te propone una pregunta, ¿la felicidad es
posible? La respuesta es sencilla no lo sos, mientras estés acorralado por esa
gran matriz que te indica lo que tienes que hacer. La felicidad es efímera,
cuando nos encontramos con nosotros mismos. Y es ahí donde nos olvidamos de
nuestra mediatización, dejamos de ser ansiolíticos. Y termina la obra. Salí del
teatro y prendí el celular, acordándome que esa mierda era la piedra en mis
zapatos. Mientras las canciones de estos actores jóvenes que seguramente tienen las mismas frustraciones que sus
personajes resonaban en mi cabeza, mientras mis pies pisan el asfalto.
FICHA TÉCNICA
Libro: Marcelo Caballero y Martín Goldber
Música y Letras: Juan Pablo Schapira
Coreografías: Marina Paiz
Producción original: Lucien Gilabert y Nahuel Quimey
Elenco: Andres Passeri, Karina Barda, Victoria Cáceres, Victoria Condomi, Federico Fedele, Macarena Forrester, Lucien Gilabert, Lala Rossi, Julieta Rapetta, Juan Pablo Schapira, Nahuel Quimey y Nacho Zabala
Swing: Alejo Antonelli y Estefi Alati
Banda en vivo: Bateria: Franco de Paoli - Bajo: Pablo Barone - Guitarra: Gabriel Mathus
Producción Ejecutiva: Rosario Irusta
Stage Manager: Emiliana Di Pasquo– Luciana Lippi
Vestuario: Marina Paiz
Diseño de Escenografía: Vanessa Giraldo
Diseño de Iluminación: Marcelo Caballero
Diseño de Imagen: Marcelo Caballero
Dirección Coreográfica: Marina Paiz
Dirección Musical y Arreglos Vocales: Juan Pablo Schapira
Dirección de Actores: Martín Goldber
Dirección General y Puesta en Escena: Marcelo Caballero
Libro: Marcelo Caballero y Martín Goldber
Música y Letras: Juan Pablo Schapira
Coreografías: Marina Paiz
Producción original: Lucien Gilabert y Nahuel Quimey
Elenco: Andres Passeri, Karina Barda, Victoria Cáceres, Victoria Condomi, Federico Fedele, Macarena Forrester, Lucien Gilabert, Lala Rossi, Julieta Rapetta, Juan Pablo Schapira, Nahuel Quimey y Nacho Zabala
Swing: Alejo Antonelli y Estefi Alati
Banda en vivo: Bateria: Franco de Paoli - Bajo: Pablo Barone - Guitarra: Gabriel Mathus
Producción Ejecutiva: Rosario Irusta
Stage Manager: Emiliana Di Pasquo– Luciana Lippi
Vestuario: Marina Paiz
Diseño de Escenografía: Vanessa Giraldo
Diseño de Iluminación: Marcelo Caballero
Diseño de Imagen: Marcelo Caballero
Dirección Coreográfica: Marina Paiz
Dirección Musical y Arreglos Vocales: Juan Pablo Schapira
Dirección de Actores: Martín Goldber
Dirección General y Puesta en Escena: Marcelo Caballero
Crítica: José Marina
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