Rondan los años ´40 en una Buenos Aires de
glicinas y naranjos en flor, de radioteatro y cine de multitudes, de zaguanes y
puerta cancel. En ese Buenos Aires naif de hombres eternamentes trajeados y
chicas preocupadas por el qué dirán, dos hermanas (Nidia y Mabel) en su madurez
(ya superaron su edad de merecer), transforman su amplia casona en un centro de
rehabilitación espiritual, de lugar de internación y cura de mujeres con penas
de amor, de espacio de contención para aquellas mujeres fisuradas por un amor
lacerante y no correspondido, damas a las cuales la angustia corroe el alma.
¿Nidia y Mabel están preparadas para tal tarea?
Pues ellas deciden que sí y se abocan con tesón a los tratamientos que implica
la liberación de sus pacientes, sus congéneres perturbadas.
Y un día llega La Trastornada.
Ésta es una enigmática mujer, un alma en pena
que camina desgreñada, fuera de horas, casi no come y no habla al punto que las
hermanas la creían muda. Hasta que La Trastornada cantó.
Y por medio de su canto, esa muda que canta,
cuenta sus endechas, su arrebato y tribulaciones, su amoroso desencanto, un
amor que alguna vez la deslumbró y ahora la desequilibra.
Con su canto y su encanto, La Trastornada
transformará la paz acordada entre hermanas y brotará el conflicto de un
antiguo amor compartido con el mismo hombre, la posterior comprensión y la
voluble cura.
La escenografía, vestuario e iluminación, están
armónicamente compuestos. Aportan calidez e inocencia a un relato de
cierta extrañeza.
El elenco realiza un trabajo meticuloso, siempre
manejando el discurso escénico en la clave propuesta de verosimilitud y
cofradía con el público. Respecto a éste último punto, María Inés Aldaburu
compone un personaje delicioso, deudor del Igor de “El joven Frankestein” (Mel
Brooks).
La dirección de Ariel Gurevich es muy buena y
siempre mantiene el ritmo del espectáculo, teniendo el buen gusto de permitir
el despliegue de excelentes actrices.
Este melodrama, estructurado como un musical en
tono de varieté y ficción en constante articulación con el público, es digna de
verse y disfrutar.
DRAMATURGIA:
Ariel Gurevich
ELENCO:
María Inés Aldaburu, Laura Esses, Marcela Farradás, Ariel Gurevich
VESTUARIO:
Julieta Harca
ESCENOGRAFÍA: Rodrigo González Garillo
ILUMINACIÓN: Leandra Rodríguez
DIRECCIÓN
MUSICAL: Diego Vila
COREOGRAFÍA: Gustavo Lesgart
DIRECCIÓN:
Ariel Gurevich
PRENSA: Octavia Comunicación
CENTRO
CULTURAL 25 DE MAYO
DOMINGOS 16 HS
Av. Triunvirato 4444 CABA
Crítica:
Gustavo Oviedo
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