Sharon Olds |
Y después, a veces, acabaste
muchas veces
y sentís que no podés parar,
y él no quiere parar,
en el resplandor sombrío
casi sonriendo,
y podés escucharlo cantar bajito,
pensás que seguro está
sonriendo, o gimiendo un gemido
en un jadeo, casi acabando
también, pero él
quiere que esto siga y siga,
el amor
que baila fuera de tiempo –
y, después,
parece que nunca terminará, vas
sin
dirección, te fuiste hacia
algún
centro del placer, ya no
podés
dejarlo y volver, acabás de
nuevo
sin haber vuelto a empezar,
ya no estás más
yendo violenta hacia eso,
vos sos la cosa que
hace eso, como si pudieras
perder todo lo otro, acá –
si no hubieran estado
sellados en lo pleno, sintiéndose
completamente, podrías estar
cansada, perdida,
como si nada se pareciera a
tu casa, como si
esto fuera tu casa,
sin propósito, como si cada
red
de latidos deshaciéndose
fuera un pulso de lo existente
sin principio ni final. Vos te
caés dentro
por la tarde, y sólo esos
sonidos de
amor y ese toque del amor –como
un picnic
familiar, a la distancia, escuchado
por un ermitaño
detrás
de las ramas de un pino – te salvan de la desesperación.
Sometimes
And
then, sometimes, you have come many times
and
you feel you can’t stop, and he doesn’t want you to stop,
in
the somber radiance he almost laughs,
and
you can hear him hum, with a bass purr, you
think
he may be smiling, or he’ll groan a groan in a
gasp,
almost coming himself, but he
wants
this to go on and on, love
dancing
outside time – and, then,
it
seems it may never end, you grow
directionless,
you have fallen into
some
center of pleasure, you can no longer
leave
and come back, you came again
without
having left, you are no longer,
ever,
driving wildly toward it,
you
are it, one who does this, as if you could
lose
everything else, here –
if
you were not sealed in bliss, feeling
complete,
you could be exhausted, lost,
as
if nothing would point you home, as if
this
were your home,
purposeless,
as if each net
of
undoing throbs were one pulse of what had
no
beginning nor end. You fall into it
for
an afternoon, and only those sounds of
love,
and that loving touch – like a family
picnic,
at a distance, which a hermit hears
behind
the pine boughs – keep you from despair.
de Blood, Tin, Straw (2005)
Versión Noelia Palma
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