La puesta de Pablo D’Elia nos hace
pasear por las historias / histerias de 5 mujeres de distintas edades, que van
tocando diversos temas y que en algún vértice rozan al amor con cada punto de
vista.
Vestidas de blanco, las chicas juegan
entre asociaciones libres dejándose llevar por las ramas de la lógica, se
aventuran, giran en carrusel se miran, sonríen, lloran, hablan entre sí y
después no, miran al público. Divertidas, y sometidas a un planteo existencial
de sus hormonas, quieren descansar. Quieren decir algo, para frenar las cosas
un poco. Esto no puede seguir así. Esto no puede ser así. Porque si es así,
qué… ¿voy a sufrir siempre? ¿O no? Y mientras tanto ¿Dios? Quien sos ¿Dios?
¿Quien es Dios? Si creo ya no me lo creo y si no creo no quiero, tanto control.
Cuánto peso.
Son mujeres, quieren estar bien. A
pesar de sentirse sufrientes encaran las malas suertes con humor ironizando un
poco todo y meten al teatro adentro del teatro, y adentro de las cajas que
llevan puestas sobre sus hombros. Con actuaciones chispeantes cada una inmersa
en su hermosura, brillan.
Pablo dice que esto surgió a partir de
una recopilación de escritos en su adolescencia y ello se distingue en el halo
de inocencia que deja la pieza.
Pone en boca de estas chicas muchas
formas de encarar los cambios que nos ocurren, maneras de responder a la
demanda del pensamiento enajenado del tiempo de ahora.
Describe a la mujer desde un ángulo
tierno, apuntando a la fuerza, a la dulzura, al desinterés en fin, y al fin de
todo que siempre tiene lo femenino, lo instintivo, lo natural y hace un
recorrido así, hasta que concluye como siempre cuando volamos a pensar: y
bueno, ¿será todo así o no? Uno no puede más que sonreír y seguir, que todo
siempre vuelve a empezar y los que vienen atrás repiensan esto mismo que
acabamos de analizar. Al menos así parece.
Me gustó mucho el trabajo que hicieron
con la pantalla detrás, la vista de ellas al aire libre, y luego volviendo a
encerrarse en la dialéctica al regresar las imágenes al escenario que teníamos
enfrente. Fueron divertidos los apagones y las figuras bailando en soledad.
El teatro estepario es un lindo lugar
para alojar esta historia de florcitas y cuchillos.
Sexys y frescas, cabellos singulares.
Me transmite alegría estar presente
cuando el teatro se transforma en canal por necesidad de comunicar. Ir a ver
historias que pujen a concientizar algún “algo” mejor, siempre es valioso.
Todos los jueves a las 21hs se presenta “Nosotras no tenemos respuestas pero nos preguntamos todo el tiempo”, una obra escrita y dirigida por Pablo D´Elía y protagonizada por María Florencia Colace, Ayelén Duniec, Aldana Belén Illán, María Lujan Lamas y Gisele Rabinovich. En El Estepario, Medrano 484.
Prensa: Carolina Resnik
Crítica realizada por Laura Beraldi
Todos los jueves a las 21hs se presenta “Nosotras no tenemos respuestas pero nos preguntamos todo el tiempo”, una obra escrita y dirigida por Pablo D´Elía y protagonizada por María Florencia Colace, Ayelén Duniec, Aldana Belén Illán, María Lujan Lamas y Gisele Rabinovich. En El Estepario, Medrano 484.
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