Está buenísimo que nos permitamos ser
niños, porque lo somos, disfrazados de adultos, lo somos desde nacer hasta
siempre.
Una casa embrujada, con 5 anfitriones
histriónicos que llevan máscaras y raros peinados y vestidos nuevos.
Se mueven mucho y algunos, casi nada.
Van por toda la sala dando la bienvenida un rato.
Nos hemos convertido en huéspedes y me
da risa pero por momentos ¡ay que susto! Está todo oscuro y aunque sean
graciosos el suspenso se abre paso y no se sabe bien que pasa.
Nos dicen que son adictos al juego.
Que van a sortear quien pasa primero y nos quieren presentar a nuestros
compañeros de estadía. Van jugando y pasan de a uno, se quedan solos, mano a
mano con nosotros y pasa el primero:
Gastón Fumo, haciendo de “Sepelio
Gonzáles” nos cuenta que lo estafaron con el cuentito del cajón. Ahora quedó
jodido en el medio del cielo y la tierra y parece que intenta matar a algunos,
pero de risa.
Gastón es artista invitado, junto a
Romina Pugliese que canta una canción con polenta.
Luego, no sé como hacen pero en un
juego con la pantalla y el “detrás del telón” nos van llevando de la mano a
verlos haciendo personajes en simultáneo (anfitrión/ invitado).
Anita Bestel, como huésped es “La
nena”. Su actuación es tan detallista que realmente una nenita en escena está
contando cómo hacer unas madalenas
(siempre pensé que esos minibudines se llamaban “Magdalenas” como el nombre,
pero parece que es Madalena. Algo similar a Septiembre y sin la p) decía, unas madalenas deliciosas con kerosene e
hisopos usados. Muy chistoso.
Laurentino Blanco como “Roberto
Tristoni”, tiene la cara ya desfigurada de llorar. No puede más, los
calzoncillos largos y estertores, miedo también, perdió a su novia Luz y
Roberto en perpetuo shock. De tan deprimido causa gracia y parece que por eso
quedó capturado en la mansión.
Emiliano, es Ángel Blanco. ¿¿¿Que???
Se pregunta todo el tiempo, fue a un concurso y lo mandaron para allá, piensa
que gano pero lleva consigo el cartel de eliminado, no se lo va a descolgar.
Tiene tics, y una manera de hablar muy particular.
Estoy
escribiendo esto y explicar el por qué de algo divertido me resulta difícil
pero avanti. Yo estuve riéndome prácticamente todo el rato.
Sigue Zulema Solana caracterizada por
Julián Belleggia, impecable, una escritora zen y directa, que no quiere recibir
aplausos y pide al público que el amor que le dan a ella, rebote y les vuelva.
Nos presenta su libro de autoayuda, en especial dirigido a las mujercitas de la
nueva era.
Stand up en manos de Diego Moranzoni
haciendo un salpicón de opiniones, desde cómo se casó, hasta su punto de vista
sobre las amigas de su esposa.
Por último las electromecheras
coinciden al entrar al mismo lugar para robar. Sorprendidas, se ponen un poco
al día después de un tiempo de no verse. Son “Los Blanco” (Ángel y Laurentino) y
esta entrada fue genial.
Miriam Fontés y Leónidas Zeitlin se
mantienen siendo anfitriones y bastante se destacan.
Durísimo trabajo de escenografía,
luces, sonido, vestuario y maquillaje, mucho esfuerzo que se vio y llegó, si el
objetivo era hacer reír y sacarnos un poco de lo mismo de siempre, logrado para
mí. Al menos con uno funcionó y de eso se trata.
Crítica realizada por Laura Beraldi
·Jueves 20:30 hs.
Auditorio Losada
Av. Corrientes 1551, Buenos Aires
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