Ir a ver un espectáculo
que se viene realizando hace varias temporadas con excelentes críticas no es
fácil. No porque ya esté todo dicho, de hecho nunca leo otras reseñas de obras
que me toca cubrir, sino porque a veces las expectativas parten de un piso muy
alto y, excelentes productos, se ven luego desdibujados ante la exigencia de nuestra
mirada.
Algo de ese temor flotaba
por mi cabeza antes que “La suerte de la fea” iniciara una nueva temporada,
esta vez, en el Teatro Picadero. Sin embargo, a poco de empezar la función me
olvidé por completo de los colegas que me la habían recomendado y de los
premios obtenidos.
Me sumergí en las
vivencias que Luciana Dulitzky transmitía con extrema sutileza en el escenario.
Conecté con ese mundo cruel, de soledad, lleno de injusticia y oscuridad que se
abría en los bares de los años 20, en los que Orquestas de Señoritas, atraían a
hombres lascivos que iban en busca de mujeres sensuales. Claro que esas
mujeres, las figurantas, no eran las verdaderas artífices en la ejecución de
las piezas musicales sino unas simuladoras. Porque había otras, las feas, que ocultas
entre los telones o los fosos de las orquestas, interpretaban el repertorio.
Mujeres llenas de erotismo, con una sensualidad diferente a la de los cánones
tradicionales, músicas apasionadas pero con falta de belleza o con demasiados años
encima para ser dignas de tocar a la vista de todos y de ser merecedoras de los
aplausos por su arte.
De la suerte de estas
mujeres, habla Mauricio Kartun. Y con un monólogo con dosis de humor, de
melodrama y de situaciones bizarras el gran maestro de la palabra conquista a
la platea.
Pero no hay dos sin tres.
Y la tercera variante de este producto es la mirada sensible de Paula
Ransenberg en la Dirección, que hace que todo en esta obra logre estar en el
plano justo: los momentos que transita la obra, los matices de la actuación, la
escenografía y el vestuario de Alejadro Mateo (que en ese espacio reducido
vuelve aun más inmensa la interpretación de Luciana Dulitzky) y la música en
vivo del violinista Federico Berthet.
No importa cuánto se ha
dicho de esta obra. A veces los planetas se alinean, y pase lo que pase, los
espectáculos nos llenan haciéndonos salir rebosantes de buen teatro. Y esta es,
sin dudas, ¡una de esas situaciones!
CRITICA:
CAROLINA AVIGLIANO
Ficha
técnico artística
Dramaturgia: Mauricio
Kartun
Actúa: Luciana Dulitzky
Intérpretes: Federico
Berthet
Diseño de vestuario:
Alejandro Mateo
Diseño de escenografía:
Alejandro Mateo
Diseño de luces: Fernanda
Balcells
Realización de
escenografia: Los Escudero
Realización de vestuario:
Lucina Tropini
Música: Federico Berthet
Fotografía: Sofía
Montecchiari, Ale Ojeda
Diseño gráfico: Zkysky
Asistencia de dirección:
Marcelo E. De León
Prensa: Simkin & Franco
Dirección: Paula
Ransenberg
Duración:
50 minutos
Domigos 16:30 hs
Teatro Picadero - Enrique Santos Discépolo 1857 (CABA)
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