miércoles, 26 de junio de 2019

ENTREVISTA LITERARIA AL DRAMATURGO Y MÚSICO VÍCTOR DUPONT





LLTV: ¿Podrías mencionar los tres libros más importantes que hayas leído, o que mayormente te hayan constituido como persona? 
Es imposible nombrar tres libros nada más. Prefiero - si hablamos del número “tres” - pensar en tríadas de autores que, más que haberme “constituido”, me han felizmente deformado. Empiezo por la tríada maldita, presente y poderosa desde mi más tierna adolescencia: Baudelaire, Rimbaud, Lautréamont (pero, como los tres mosqueteros, son cuatro: sumo al divino Marqués de Sade). Sigo por una díada de poetisas: Pizarnik y Orozco. Tríada de filósofos: Nietzsche, Foucault y Diógenes el cínico. No serán autores, pero tengo que nombrar a continuación a dos dioses: Hermes (quien me patrocina en mis incursiones esotéricas) y Dionisos (el number one, por obvios motivos). En el terreno de la narrativa, doble tríada: Saer, Borges, Arlt; Kafka, Joyce y Proust. Me gustan y me constituyeron-deformaron también algunos textos sobre música: “La poética musical”, de Stravisnksy; “Cómo escuchar la música”, de Aarond Copland, por citar dos no más. En el terreno de los textos teatrales, otra tríada: “La filosofía del teatro” (de Dubatti, un texto infinitamente superior a la poética de Aristóteles); “El teatro y su doble”, de Artaud (bueno, de Artaud las obras completas también me deformaron); “Sacate la careta”, de Ure, donde se dio la increíble situación de que un tipo de teatro le pasó el trapo a todos los ensayistas de este país. Tríada científica: Hawking en su vertiente de los universos múltiples y este universo como uno más; Cantor y su proliferación de números infinitos; Kepler y su “Mysterium cosmographicum” o su maravilloso “Harmonices mundis”, donde basa sus hipótesis de la música celeste en relación a la velocidad de los planetas (sólo aplicada con total conciencia por el flaco Spinetta). En el terreno de la psicología, por decir una corriente poco interesante, también me atravesó sobre todo un tratado de pintura: “De lo espiritual en el arte”, de Kandinsky, donde la cosa del alma es saltar al vértice superior del triángulo de la creación; y, sin dudas, los textos del divino Dalí. Bueno, y cierro con otros textos ordenados aleatoriamente: “Rizoma”, de Deleuze; “Cinismos”, de Onfray; “El único y su propiedad”, de Stirner; “Siete manifiestos dadaístas”, de Tzara; “Manifiestos del surrealismo”, de André Breton.
LLTV: ¿Último libro que leíste?  
Ahora mismo estoy leyendo algunos libros para entender la teoría de las cuerdas. Y también un texto, que tiene cosas piolas, sobre cómo los perros y gatos tienen sueños cuánticos.
LLTV: ¿En qué circunstancias escribís, cuales son los momentos?  
En cualquier circunstancia. Pero veo que se repite un patrón: o estoy totalmente sobrio, o totalmente embriagado. En el medio, quizá lea o haga esa otra cosa aburrida que es vivir, pero no escribir.
LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué? 
De todos los que mencioné antes, quizá los que más me marcaron, por su intensidad, son los libros de los poetas malditos. Y, sin dudas, Nietzsche. Quien lee bien bien a Nietzsche no vuelve nunca más de ahí. Te libera para siempre. Ahora, si no te lo tomás tan en serio, es un autor que hasta se llega a reír de vos y de tu vida (entonces te defendés, decís que es facho, bla bla). Por eso, siempre supe que debía tomármelo muy en serio y a veces no podía: mi vida y mi cuerpo eran demasiado pobres para sus exigencias. Entonces, en un momento hice algo muy bueno: por algunos años no lo leí, derribé mi vida tal cual era antes de su lectura y volví a leerlo para reírme y conquistar las cimas que él me propuso. 

LLTV: ¿Tenés manías en el ejercicio de la lectura?
Sí. Tengo que tener siete u ocho libros alrededor y saltar de libro en libro, sin detenerme mucho en uno solo, salvo que sea un libro que realmente me arrase y no pueda pensar en otra cosa. Cuando eso pasa es hermoso: incluso pongo todo en pausa y entro en modo de vigilia perpetua, sin dormir ni comer ni nada de esas costumbres humanas. Cuando un libro te toma en serio, te lleva a una zona infrahumana o suprahumana o animal; te descubre tu verdadera piel salvaje, y no importa más nada. Eso, como con los amores más intensos, pasa poco. Pero cuando pasa...

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a tomar un café para conversar profundamente , y por qué?
Se me ocurren algunos, pero ninguno para tomar café (prefiero el mate). Invitaría mejor a un poeta: al Rimbaud adolescente y nos iríamos de gira, a puro escabiao y faso (como mínimo) para destrozar esta Buenos Aires y amanecer, como él quería, totalmente ebrios en la playa de otra ciudad.

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a comer en tu casa dispuesto a divertirte y pasar un buen momento, y por qué?  
A Juliette, de la novela célebre de Sade. Ella no tendría drama en hacer un trío y pasarla muy bien, con algún otro femenino personaje del Marqués, si es posible ya iniciado en las mieles del libertinaje, para que no haya problemas legales ni históricos. Entre coito y coito, tendríamos deliciosas conversaciones sobre filosofía y ciencia.

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción? 
“Lobo Estepario”, de Hesse. Libro que se presenta como un libro “rebelde”, fruto de no sé qué conciencia misántropa, de abrazo del mal y demás cosas (a la larga, el libro cuenta las peripecias de un personaje que no es más que un Hello Kitty sintiendo culpa por tener un resto de testosterona en algún lugar no identificable de su organismo angustiado)Al lado de la intensidad de un cuarto de página de “Los cantos de Maldoror”, este lobo es el abuelo de Heidi.

LLTV: ¿Qué cosa es lo que más le sorprende de la humanidad?
Que sea, al menos hasta ahora, la única especie que estudia el universo; que no pueda ser reducida a vegetar por el planeta como una gallina o un insecto miserable, aunque en el fondo lo sea: insecto miserable, pero insecto pensante. El número cósmico, el número posible final de partículas que constituyen la materia (uno a la ochenta) es menor a las conexiones cerebrales de las que somos capaces los humanos (excepción hecha para los votantes reincidentes de Macri). Sin embargo, lo más sorprendente de la humanidad es que va a ser superada por una edad futura, mucho más signficativa ontológicamente: la edad de las arañas.

LLTV : Contanos sobre El Club de los Sofistas

Es una experiencia poética y artística fulminante. Maravillosa. Llena de belleza. Con un rigor extremo, pero con una velocidad y un swing ejemplares. Es un prisma desde donde se refleja una forma de ver y vivir la existencia. Un programa de radio que ha nacido póstumo y tiene, según me informó Hermes, un lugar asegurado en el futuro. 

El Club de los Sofistas todos los jueves de 18 a 20 hs. www.laideafijaradio.com.ar



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