¿Cómo se llamará, en psicología, filosofía matemáticas o biología… eso que pasa cuando el túnel de luz que cada uno tiene, desde el centro de la tierra hasta el cielo
..y
que será una línea, de lo que hablo es una línea
no
una burbuja que cubra todo,
tampoco un manto azul que signifique un rastro
de aura, nada de eso.
Una
línea que une los pies a la tierra y ella se une al centro y luego vuelve
–con
la fuerza multiplicada por menos diez-
y
atraviesa la columna verticalmente y sale
disparada rompiendo el cielo
y volviendo al sol así
se transforma en sendero, porque se
continúa en el tiempo? Se convierte en línea porque ese rayo vertical
perpetuado nos persigue, y allí la temperatura sube, porque cuando el tiempo
avanza la aceleración surge, y comienza la chispa. Luego el
fuego.
El incendio la sorpresa la
responsabilidad y el morir. Bueno hay varias cosas en medio pero qué importa.
Total, ya que importa.
No
le preguntes nada a ella, es aburrido hablar de uno mismo
Me gustaría saber cómo es que se
define eso de ir así, inmerso en la línea divisoria. Ni de un lado, ni del
otro.
Inmerso en ella como catapultado.
Caminando por la línea que separa,
anulado, no registrando las partes porque en esa instancia estamos en la línea. Es esta continuidad
que repito la que me enloquece.
De un lado, se presenta el existir.
Estar, sufriente porque te tengo.
Estar sufriendo porque no te tengo
sosteniéndote.
Haber pensado al conocerte que eras
mía porque surgiste desde el intestino.
Y hoy darme cuenta de que nunca te
tuve y no era este tu camino. Tenías tu camino distinto del mío, es que los
caminos nunca se han cruzado y yo estoy en este sol, de la línea ésta que me
persigue y que camina conmigo al ras, que es yo y que es ella y que siendo
conmigo formamos un quizá. No quiero ser tan abstracto, formamos, simplemente
algo más.
Del otro lado se presenta el no
existir. No estar. No verla, no sentirla, no saber que ella está. A esta altura
me es imposible demonios, yo ya confesé que ha pasado por aquí y eso indica su
presencia, aun no estando, ha salido de la carne y tomado el lugar, las paredes
ha pintado con su estigma y yo hoy aquí no logro olvidarle. Pero no existe, de
este lado del murallón.
No está. Pero está en mi camino.
Recién he oído gritar que los caminos
no se cruzan ¿como es eso?
Ella no está pero está en mi camino
porque no se ha ido, se produjo el doblez del surco, en el cuenco cayó el amor
que nos tuvimos y luego se fue pero el recuerdo a la humedad ha dejado una
colonia de insectos (no digo sean malos, sólo horrorosos diminutos e
incorruptibles insectos) la ha dejado como a mí y la colonia camina,
arrastrando vida por donde va.
Es el milagro del suceso.
Cuando algo apareció. Y luego ya no
importa nada de lo que pasa porque la respuesta que provoca en el mundo el
estímulo de una reacción espontánea, nadie sabe codificarla aún, nadie sabrá
nunca. Esa respuesta es un estallido de mil diamantes porque el sol se sabe que
sale, y la luna se sabe que se esconde.
O tal vez las dos salgan.
Pero
existe la poesía.
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